1. Son los más cercanos a los humanos
Desde Pseudo-Dionisio Areopagita, Padre de la
Iglesia del siglo VI, se suele enumerar tres jerarquías de ángeles. En la
primera están los Serafines, Querubines y Tronos. Les siguen las Dominaciones,
Virtudes y Potestades. Mientras que en la tercera jerarquía se encuentran los
Principados, Arcángeles y Ángeles. Estos últimos son los que están más cercanos
a las necesidades de los seres humanos.
2. Los arcángeles son también santos
La palabra ‘santo’ (del
griego ‘hagios’) significa ‘el que es sagrado’. No significa ‘ser humano santo’, sino que
puede aplicarse a los santos que no son humanos.
Los arcángeles eligieron estar del lado de Dios y
rechazaron al diablo, por lo tanto son ángeles santos.
3. Son mensajeros de anuncios importantes
La palabra Arcángel proviene
de las palabras griegas ‘Arc’ que significa ‘principal’ y ‘ángel’ que es
‘mensajero de Dios’. Al respecto, señala San Gregorio
Magno:
“Hay que saber que el nombre de ‘ángel’ designa la
función, no el ser del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la
patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados
ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los
que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que
anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles”.
4. Hay 7 Arcángeles según la Biblia
En el libro de Tobías
(12,15) San Rafael se presenta como ‘uno de los siete ángeles que están
delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia’. Mientras que en
el Apocalipsis (8,2) San Juan
describe: “vi a los siete Ángeles que estaban delante de Dios, y ellos
recibieron siete trompetas”. Por estas dos citas bíblicas se afirma que son 7
Arcángeles.
5. Solo conocemos tres nombres
La Biblia solo da el nombre de tres Arcángeles:
Miguel, Rafael y Gabriel. Los otros nombres (Uriel, Barachiel o Baraquiel,
Jehudiel, Saeltiel) aparecen en libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de
Esdras y en literatura rabínica.
Sin embargo, la Iglesia solamente reconoce los tres nombres
que se encuentran en las Sagradas Escrituras. Los demás
pueden servir como referencia, pero no son doctrina.
6. Gabriel significa “fortaleza de Dios”
En el Antiguo Testamento, San
Gabriel Arcángel aparece en el libro sagrado de Daniel explicándole al profeta
una visión del carnero y el chivo (Dn. 8:16), así como instruyéndolo en las cosas futuras (Dn. 9,21-27). En los Evangelios, San Lucas (1,11-20) lo menciona
anunciando a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista y a María (Lc. 1,26-38) que concebiría y daría a
luz a Jesús.
San Gabriel Arcángel es
conocido como el ‘ángel mensajero’, se le representa con una vara de perfumada azucena y es patrono de
las comunicaciones y de los comunicadores porque trajo al mundo la más bella
noticia con la Anunciación.
7. Rafael en hebreo es “Dios sana”
El único libro sagrado que menciona a San Rafael
Arcángel es el de Tobías y figura en varios capítulos. Allí se lee que Dios
envía a este arcángel para que acompañe a Tobías en un viaje, en el que se casó
con Sara, una mujer cuyos maridos fueron asesinados por el demonio Asmodeo.
De igual manera San Rafael le indicó a Tobías cómo
devolverle la vista a su padre. Por esta razón es invocado para alejar
enfermedades y terminar felizmente los viajes.
8. Miguel significa “¿Quién como Dios?”
El nombre del Arcángel Miguel
viene del hebreo ‘Mija-El’ que significa ‘¿Quién como Dios?’ y
que, según la tradición, fue el grito de guerra en defensa de los derechos de
Dios cuando Lucifer se opuso a los planes salvíficos y de amor del Creador.
San Miguel es mencionado por su nombre en tres
libros de la Escritura: en el libro de Daniel se le describe como ‘uno de los
principales príncipes’ en la jerarquía celestial; en Judas se dice que San
Miguel había peleado con el diablo por el cuerpo de Moisés; y en Apocalipsis,
San Miguel y sus ángeles son representados luchando contra el diablo y
arrojándolos del cielo.
La Iglesia Católica ha
tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para
pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Se le suele representar con el traje de guerrero o
soldado centurión poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo. R