Texto
del Evangelio (Lc 8,19-21): En
aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba,
pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y
tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre
y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».
Comentario del Evangelio
Hoy las palabras de Jesús ‘traen cola’ porque vienen
de lejos. En la antigüedad el amor a Dios se centraba en sacrificios de
animales. Esto era sólo una sombra del auténtico culto. Dios no necesita
animales, ni la sangre de los animales puede borrar los pecados. ¿Cuántas veces
hacemos ‘sacrificios’ y resulta que no es lo que necesitan mis padres o
hermanos? Tampoco es lo que espera Dios, porque son ‘sacrificios’ que
‘sacrifican’ (fastidian) a los demás.
—¿Quieres de verdad honrar a Dios? Ajústate a su
voluntad. ¿Dónde está su voluntad? En su Palabra… y en tu oración. ¡Todos
saldremos ganando! ¡Y tú serás hermano (incluso
‘madre’) de Jesús!
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