Un nivel alto de antígeno prostático puede ser un indicador de cáncer de
próstata, pero también puede ser el resultado de afecciones menos graves. Una
prueba de antígeno prostático específico es una herramienta de diagnóstico que
se utiliza para detectar el cáncer de próstata, una enfermedad que afecta la
glándula prostática ubicada entre la vejiga y el pene en los hombres. Según la Urology Care Foundation, los médicos
pueden recomendar esta prueba si presentas síntomas como agrandamiento de la
próstata, dolor en la zona pélvica inferior, micción frecuente o dificultad
para orinar.
Además
de los síntomas, su médico puede sugerir una prueba de antígeno prostático como
parte de la atención de rutina, especialmente si tienes más de cierta edad
o tienes factores de riesgo de cáncer de próstata. La prueba funciona midiendo
el nivel de antígeno prostático, una proteína producida tanto por células
prostáticas normales como cancerosas, en la sangre. Según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), los
niveles elevados de antígeno prostático pueden sugerir la presencia de
cáncer de próstata, pero la prueba no es infalible. Algunas personas pueden
tener niveles elevados de antígeno prostático sin cáncer, lo que da lugar
a falsos positivos. Sigue leyendo para explorar las razones comunes, más
allá del cáncer de próstata, que podrían causar niveles elevados de antígeno
prostático.
Pruebas
para el cáncer de próstata
Según
la Sociedad Estadounidense del Cáncer
(American Cancer Society, ACS), el cáncer de próstata es la segunda causa
principal de muertes relacionadas con el cáncer entre los hombres en los
Estados Unidos, detrás del cáncer de pulmón. Si bien muchos cánceres de
próstata crecen lentamente y permanecen confinados en la glándula prostática,
algunos son más agresivos. Dado que el cáncer de próstata en etapa temprana a
menudo no presenta síntomas, la prueba de antígeno prostático puede ayudar a
detectar el cáncer antes de que se propague, lo que mejora las posibilidades de
un tratamiento exitoso.
Sin
embargo, la prueba de antígeno prostático tiene sus limitaciones. Según la ACS,
un nivel de antígeno prostático más alto no prueba definitivamente la presencia
de cáncer y un nivel más bajo no garantiza su ausencia. Pueden ocurrir falsos
positivos cuando los niveles elevados de antígeno prostático se deben a otras
afecciones. En algunos casos, el cáncer de próstata puede crecer tan lentamente
que tratarlo podría causar más daño que beneficio, lo que lleva a un riesgo de
sobretratamiento.
En
vista de estas complejidades, la Asociación
Urológica Estadounidense desaconseja la prueba de antígeno prostático para
hombres menores de 40 años debido a la falta de beneficios comprobados. En el
caso de los hombres de entre 40 y 54 años, también se desaconseja la
realización de pruebas de detección de rutina a menos que existan factores de
riesgo individuales, como tener más de 50 años, ser de ascendencia
afroamericana o caribeña o tener antecedentes familiares de cáncer de próstata.
El Dr. Amin Herati de Johns Hopkins Medicine señala que, por lo general, se
recomienda la realización de pruebas de detección a los hombres de entre 55 y
69 años, en particular a los que tienen un riesgo más alto, y se ajusta a las
directrices del Grupo de Trabajo de
Servicios Preventivos de EEUU. Las pruebas de antígeno prostático también
son útiles para controlar la recurrencia del cáncer después del tratamiento.
No
existe un acuerdo universal entre los proveedores de atención médica sobre el
mejor momento para la detección del cáncer de próstata, y las recomendaciones
pueden evolucionar. Es esencial tener una conversación informada con su médico
sobre los riesgos y los beneficios de la prueba de antígeno prostático antes de
proceder.
Causas
no cancerosas de un resultado alto en la prueba de antígeno prostático
Un
resultado alto de antígeno prostático no siempre significa cáncer. Existen
varias razones por las que los niveles de antígeno prostático pueden estar
elevados, entre ellas:
1.
Envejecimiento
A
medida que los hombres envejecen, sus niveles de antígeno prostático tienden
naturalmente a aumentar, incluso en ausencia de problemas de próstata
subyacentes. Este aumento se debe en gran medida a los cambios en el tejido
prostático a lo largo del tiempo. La glándula prostática se agranda con la
edad, lo que puede contribuir a un aumento gradual en la producción de antígeno
prostático. Este es un proceso normal y no necesariamente indica cáncer.
Los
médicos utilizan puntos de corte basados en la edad para determinar qué
constituye un nivel de antígeno prostático ‘normal’. Por ejemplo, los niveles
de antígeno prostático superiores a 2,5 nanogramos por mililitro (ng/mL) se
consideran anormales para los hombres de entre 40 y 50 años, mientras que los
niveles superiores a 4,0 ng/mL son más preocupantes en los hombres de entre 60
y 69 años o más. Sin embargo, estos valores no son inamovibles: lo que es más
importante es la velocidad a la que aumentan los niveles de antígeno prostático
con el tiempo. Incluso si una lectura de antígeno prostático está dentro del
rango normal, un aumento rápido de un año al siguiente podría indicar un
problema subyacente, lo que incita a los médicos a investigar más.
Este
aumento gradual con la edad hace que sea esencial que los médicos evalúen los
resultados de antígeno prostático en el contexto de la edad y el historial de
salud personal del paciente. En muchos casos, un nivel elevado de antígeno
prostático en un hombre mayor podría deberse simplemente al envejecimiento
natural, pero aun así justifica un seguimiento cuidadoso a lo largo del tiempo
para descartar otras afecciones.
2.
Prostatitis
La
prostatitis es una inflamación de la glándula prostática y es una de las causas
más comunes de niveles elevados de antígeno prostático, especialmente en
hombres jóvenes. La Fundación para el
Cáncer de Próstata informa que hasta el 50% de los hombres padecerá
prostatitis al menos una vez en su vida, lo que la convierte en una
preocupación generalizada.
Existen
diferentes tipos de prostatitis y cada uno puede afectar los niveles de
antígeno prostático de manera diferente:
La
prostatitis bacteriana aguda es
causada por una infección bacteriana y, a menudo, se presenta con síntomas
repentinos, como fiebre, escalofríos, dolor en la parte inferior del abdomen y
dificultad para orinar. Los antibióticos suelen ser eficaces para tratar esta
forma de prostatitis.
La
prostatitis bacteriana crónica es una
infección bacteriana de mayor duración que puede ser más difícil de tratar. Los
síntomas pueden ser más leves que en los casos agudos, pero a menudo son persistentes,
lo que provoca malestar a largo plazo y niveles elevados de antígeno
prostático.
El
síndrome de dolor pélvico crónico (SDPC)
o prostatitis no bacteriana es la forma más común y no es causada por una
infección. Sus síntomas incluyen dolor crónico en la región pélvica, dolor al
orinar y malestar general en el área de la próstata. La prostatitis no
bacteriana puede ser más difícil de tratar, ya que a menudo se desconoce la
causa exacta. Factores como la inflamación, el daño a los nervios, los espasmos
musculares o el estrés pueden influir en su desarrollo.
Debido
a que la prostatitis implica inflamación, puede provocar una elevación
significativa del antígeno prostático, que puede confundirse con signos de
cáncer de próstata. Cuando se sospecha prostatitis, el tratamiento a menudo se
centra en reducir la inflamación y los niveles de antígeno prostático pueden
volver a la normalidad una vez que la afección se resuelve. Sin embargo, los
casos crónicos pueden causar aumentos a largo plazo en el antígeno prostático,
lo que puede complicar el control continuo de la próstata.
3. Procedimientos
médicos
Ciertos
procedimientos médicos también pueden causar un aumento temporal en los niveles
de antígeno prostático. Cualquier traumatismo o manipulación cerca de la
próstata puede alterar el equilibrio normal y provocar un aumento en la
producción de antígeno prostático. Los procedimientos que comúnmente causan
esto incluyen:
Sondaje: insertar un catéter en la vejiga, especialmente si se hace
con fuerza o con dificultad, puede traumatizar la próstata. Este traumatismo
suele provocar un aumento temporal de los niveles de antígeno prostático. Los
catéteres se suelen utilizar antes de las cirugías o en casos de problemas
urinarios graves. Sin embargo, el aumento de antígeno prostático provocado por
el cateterismo tiende a disminuir en unos pocos días.
Cistoscopia: este procedimiento implica la inserción de un cistoscopio (un tubo delgado y flexible con una cámara)
a través de la uretra hasta la vejiga para examinar el tracto urinario. Si bien
esta prueba es importante para detectar problemas de vejiga como obstrucciones,
estrechamientos o cáncer, también puede irritar la próstata, lo que provoca un
aumento transitorio de los niveles de antígeno prostático.
Biopsia
de vejiga: se puede realizar una biopsia de la vejiga
durante una cistoscopia para comprobar si hay signos de cáncer u otras
anomalías. Este procedimiento también puede provocar niveles elevados de
antígeno prostático como resultado de la inflamación causada por la biopsia.
Si bien
estos procedimientos pueden provocar aumentos temporales del antígeno
prostático, estas elevaciones suelen ser de corta duración. Según el Dr.
Herati, un período de espera de tres días suele ser suficiente para permitir
que los niveles de antígeno prostático vuelvan a la normalidad después de un
procedimiento menor, como la colocación de un catéter.
4. Hiperplasia
prostática benigna (HPB)
La
hiperplasia prostática benigna, o HPB, es un agrandamiento de la glándula
prostática que no es canceroso pero que puede provocar niveles elevados de
antígeno prostático. La HPB es extremadamente común en hombres mayores y no es
una forma de cáncer, pero debido a que implica la proliferación de células
prostáticas, se produce más antígeno prostático, lo que contribuye a valores
más altos.
La HPB
generalmente comienza a desarrollarse en hombres mayores de 50 años y se
caracteriza por un aumento del tamaño de la glándula prostática, que puede
comprimir la uretra, causando síntomas urinarios como dificultad para comenzar
a orinar, micción frecuente y un chorro débil. Estos síntomas se superponen con
los del cáncer de próstata, por lo que es fundamental que los médicos distingan
entre las dos afecciones.
Para
ayudar a identificar si la HPB o el cáncer están causando niveles elevados de
antígeno prostático, los médicos pueden medir el ‘antígeno prostático libre’,
que se refiere al antígeno prostático que circula libremente en la sangre en
lugar de estar unido a otras proteínas. Los niveles más altos de antígeno
prostático libre tienen más probabilidades de asociarse con la HPB, mientras
que los niveles más bajos de antígeno prostático libre podrían indicar un mayor
riesgo de cáncer de próstata. Esta distinción ayuda a los médicos a decidir si
es necesario realizar más investigaciones, como una biopsia.
5. Infección
del tracto urinario (ITU)
Una
infección del tracto urinario (ITU) también puede provocar un aumento de los
niveles de antígeno prostático. La razón exacta no se entiende del todo, pero
se cree que la infección puede aumentar la permeabilidad de las membranas que
separan la próstata del torrente sanguíneo. Cuando esto sucede, puede filtrarse
más antígeno prostático a la sangre, lo que da lugar a niveles elevados.
Las ITU
son infecciones que pueden afectar cualquier parte del sistema urinario,
incluida la vejiga, la uretra y los riñones. Los síntomas comunes incluyen una
sensación de ardor al orinar, micción frecuente y orina turbia o con olor
fuerte. Para los hombres con HBP, el riesgo de desarrollar una ITU es mayor, ya
que una próstata agrandada puede obstruir el flujo de orina y crear condiciones
que fomenten el crecimiento bacteriano.
La Fundación para el Cáncer de Próstata
recomienda que los hombres con una ITU retrasen la prueba de antígeno
prostático hasta que la infección haya desaparecido para evitar resultados
engañosamente altos. Una vez que se trata la ITU, los niveles de antígeno
prostático normalmente vuelven a la normalidad en unas pocas semanas.
6. Eyaculación
La
eyaculación puede provocar un aumento leve y temporal de los niveles de
antígeno prostático, al igual que un examen rectal digital. Estos aumentos
suelen ser menores, pero los médicos suelen recomendar evitar la eyaculación
durante unos días antes de una prueba de antígeno prostático para evitar sesgos
en los resultados.
Al
final, la decisión de someterse a una prueba de antígeno prostático debe
basarse en una conversación exhaustiva con su médico. Si bien la detección
puede ser beneficiosa para algunos hombres, también se deben considerar los
riesgos de falsos positivos, tratamientos innecesarios y efectos secundarios.
La ACS recomienda hablar con tu proveedor de atención médica sobre tus factores
de riesgo personales y decidir juntos si la prueba de antígeno prostático es
adecuada para ti.
Para
los hombres que eligen someterse a la prueba, tu médico ayudará a interpretar
los resultados y te guiará a través de los siguientes pasos. JQR
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