Ofrecemos estos
breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación
individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la
misa del domingo 18 de mayo de 2025.
Se dividen en tres
partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a
comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta;
y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a
muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
•
“Durante la Última Cena, después que Judas salió, Jesús dijo:
«Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en Él.
Si Dios ha sido glorificado en Él, también lo glorificará en sí mismo, y lo
hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un
mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como Yo los he amado,
ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que
ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros»” (Jn 13,31-33a. 34-35).
•
“Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía
de Pisidia. Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe,
recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el
Reino de Dios. En cada comunidad establecieron presbíteros, y con oración y
ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído. Atravesaron Pisidia y
llegaron a Panfilia. Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a
Atalía. Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la
gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir. A su llegada,
convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había
hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos” (Hch 14,21b-27).
Reflexión
“El Señor Jesús pone
de manifiesto que lo que da a sus discípulos es un nuevo mandamiento, que se
amen unos a otros: Os doy —dice— un mandamiento nuevo: que os améis
unos a otros.
¿Pero acaso este
mandamiento no se encontraba ya en la ley antigua, en la que estaba escrito: Amarás
a tu prójimo como a ti mismo? ¿Por qué lo llama entonces nuevo el Señor, si
está tan claro que era antiguo? ¿No será que es nuevo porque nos viste del
hombre nuevo después de despojarnos del antiguo? Porque no es cualquier amor el
que renueva al que oye, o mejor al que obedece, sino aquel a cuyo propósito
añadió el Señor, para distinguirlo del amor puramente carnal: como yo os he
amado.
Este es el amor que
nos renueva, y nos hace ser hombres nuevos, herederos del nuevo Testamento,
intérpretes de un cántico nuevo” (San
Agustín de Hipona, Tratado 65 sobre el
evangelio de san Juan (1-3).
Nosotros le hablamos
•
“Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te
bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder” (Salmo 44).
•
“Dios omnipotente y eterno, realiza plenamente en nosotros el
misterio pascual, para que, renacidos por el santo bautismo, con tu ayuda demos
fruto abundante y alcancemos la alegría de la vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos” (Oración
Colecta).
Nuestra vida cambia
•
¿Qué significa amar como ama Jesús?
•
¿Cómo puedo yo, en mis circunstancias concretar, vivir este
amor cristiano?
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