viernes, 27 de junio de 2025

Sagrado Corazón de Jesús… (Un día de retiro en casa)

Propuesta
Querido Teófilo: (Utilizo este nombre simbólico, que significa ‘amigo de Dios’ para dirigirme a todos los que desean conocer y amar más al Señor).
Todo tiempo es bueno para rezar, pero algunos días son muy especiales. La solemnidad del Sagrado Corazón es un día muy particular para reflexionar, con más tiempo, en el amor del Señor.
Sabiendo que la vida actual no siempre nos facilita la oración, quisiera proponerte algunas líneas para que te sirvan y estimulen a rezar más y mejor. Incluso me animo a proponerte hacer una especie de retiro en casa, una forma adaptada de jornada de oración más profunda sin descuidar tus ocupaciones habituales.
Por eso te propongo un texto breve con algunas ayudas hablar con Dios y dejar que Él transforme tu vida. Busca el momento y el lugar más propicios que encuentres para rezar con tranquilidad. La propuesta consiste en:
                  Pensamientos breves para la noche anterior.
                  Durante el día, breves textos tomados de la encíclica Dilexit Nos del Papa Francisco.
                  Preguntas orientadoras para la meditación. Comienza cada momento con una oración, un momento de silencio, recordando que estamos en la presencia de Dios. 
Pensamientos para la noche anterior
                  “Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores” (Rm 5,8).
                  “Así habla el Señor: «¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él” (Ez 34,11).
                  “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar” (Salmo 22).
Momentos de meditación para el día del Sagrado Corazón
Primer momento: Dios nos ama
Textos seleccionados
Texto 32: Manantial divino de amor
El Corazón de Cristo, que simboliza su centro personal, desde donde brota su amor por nosotros, es el núcleo viviente del primer anuncio. Allí está el origen de nuestra fe, el manantial que mantiene vivas las convicciones cristianas.
Texto 90: Amor que inspira confianza
Ante el Corazón de Cristo es posible volver a la síntesis encarnada del Evangelio y vivir aquello que propuse poco tiempo atrás recordando a la entrañable santa Teresa del Niño Jesús: «La actitud más adecuada es depositar la confianza del corazón fuera de nosotros mismos: en la infinita misericordia de un Dios que ama sin límites y que lo ha dado todo en la Cruz de Jesucristo». Ella lo vivía con intensidad porque había descubierto en el Corazón de Cristo que Dios es amor: «A mí me ha dado su misericordia infinita, y a través de ella contemplo y adoro las demás perfecciones divinas». Por eso la oración más popular, dirigida como un dardo al Corazón de Cristo, dice simplemente: «En Ti confío». No hacen falta más palabras.
Texto 101: Amor que vivifica
En el Corazón traspasado de Cristo se concentran escritas en carne todas las expresiones de amor de las Escrituras. No es un amor que simplemente se declara, sino que su costado abierto es manantial de vida para los amados, es aquella fuente que sacia la sed de su pueblo.
Puntos de reflexión
                  ¿Pienso habitualmente en el amor que Dios me tiene?
                  ¿Puedo relacionar mi vida de fe, mi vida cristiana, con el amor de Cristo por mí?
                  ¿Mi vida es una respuesta de amor al Señor?
                  Un lindo propósito podría ser habituarme a rezar durante el día esta sencilla pero significativa oración: “Jesús, en Vos confío.”
                  Testimonio de San Pablo: Hch 26,12-18
“Una vez, cuando me dirigía a Damasco con plenos poderes y con la orden de los sumos sacerdotes, en el camino, hacia el mediodía, vi una luz más brillante que el sol, que venía del cielo y me envolvía a mí y a los que me acompañaban. Todos caímos en tierra, y yo oí una voz que me decía en hebreo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Te lastimas al dar coces contra el aguijón». Yo respondí: «¿Quién eres, Señor?». Y me dijo: «Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y permanece de pie, porque me he aparecido a ti para hacerte ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que yo me manifestaré a ti. Te libraré de los judíos y de las naciones paganas. A ellas te envío para que les abras los ojos, y se conviertan de las tinieblas a la luz y del imperio de Satanás al verdadero Dios, y por la fe en mí, obtengan el perdón de los pecados y su parte en la herencia de los santos»”.
Podemos escribir algún pensamiento, reflexión, propósitos personales o alguna oración al Señor y a su Madre.
Segundo momento: nuestra respuesta de amor
Textos seleccionados
Texto 91: Devoción al Sagrado Corazón
Dos aspectos fundamentales que hoy debería reunir la devoción al Sagrado Corazón para seguir alimentándonos y acercándonos al Evangelio: la experiencia espiritual personal y el compromiso comunitario y misionero.
Texto 106: Encuentro con Cristo
San Buenaventura une las dos líneas espirituales en torno al Corazón de Cristo: al mismo tiempo que lo presenta como la fuente de los sacramentos y de la gracia, propone que esta contemplación se convierta en una relación de amigos, en un encuentro personal de amor…
Texto 166: Jesús quiere que correspondamos a su amor
Jesús habla de su sed de ser amado, nos muestra que no es indiferente a su Corazón la reacción que nosotros tengamos ante su deseo: «Tengo sed, pero una sed tan ardiente de ser amado de los hombres en el Santísimo Sacramento, que esta sed me consume; y no hallo nadie que se esfuerce, según mi deseo, en apagármela, correspondiendo de alguna manera a mi amor». El pedido de Jesús es amor.
Texto 167: Amor al prójimo
Necesitamos volver a la Palabra de Dios para reconocer que la mejor respuesta al amor de su Corazón es el amor a los hermanos, no hay mayor gesto que podamos ofrecerle para devolver amor por amor. La Palabra de Dios lo dice con total claridad: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40).
Puntos de reflexión
                  Nuestra devoción al Sagrado Corazón de Jesús debería tener varios elementos: encuentro personal con Jesús, práctica de los sacramentos, amor al prójimo, iniciativas apostólicas.
                  ¿Busco momentos de oración y cercanía a Jesús, especialmente en la Eucaristía?
                  ¿Mis encuentros con Jesús me hacen más paciente, comprensivo, bondadoso con los demás? ¿Soy generoso con los otros?
                  ¿Me interesa que los demás conozcan y amen a Jesús? ¿Qué hago para ayudarlos en eso?
Podemos terminar escribiendo algún pensamiento, reflexión, propósitos personales o alguna oración al Señor y a su Madre
Oración Final
Señor Jesús, que nos amas con un amor eterno, que buscas nuestra felicidad más que nosotros mismos, confiamos en tu amor, depositamos en él toda nuestra esperanza, queremos dejarnos guiar por ese Corazón que tanto nos ha amado, queremos ser testigos de tu misericordia ante los demás.
Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros.

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