Es
esa fuerza generadora de vida y voluntad que despierta en el hombre deseos de
superar adversidades y llevar a cabo proezas que, viniendo del amor de
Dios de darles sosiego y reposo a los hombres, envía su fuerza creadora y
regeneradora en auxilio de la humanidad.
Este
hecho sobrenatural es conocido como ‘querer de Dios’ que dispone, en su
bondad, los acontecimientos propios para dar a los hombres seguridad y
responsabilidad en sus acciones y quereres, anticipando el deseo de libertad
que es la obra mayor de la Creación.
Esa
libertad inédita en el hombre que sucumbe ante acciones hostiles y les lleva a
caminar distinto a los quereres de Dios, y es allí, donde el auxilio y la
Providencia de Dios, esos Bienes Superiores, auxilian al hombre para
advertirles del riesgo que ponen en sus acciones y pueden lastimar su seguridad
y su integridad.
Dios
envía Dones Espirituales que poseen fuerza y valor y aunados a la
voluntad humana, hacen cambiar a mejor la situación de peligro y de muerte
(mortandad), que son contrarios al querer de Dios.
El Espíritu Santo es una fuerza Creadora y
regeneradora que auxilia a la humanidad, encauzándola por caminos de virtud y
de bienestar, de sosiego y de paz.
Dios
actúa siempre en favor de los hombres. Actúen ustedes como Dios y todo
mejorará.
En
el deseo de salir adelante en sus combates y luchas está siempre presente
la fuerza y el poder de Dios en el Espíritu Santo que ya se os
anticipó, formando seres espirituales superiores y ayudando a desarrollar
vuestro amor en el querer y deseo de Dios de daros su bienestar.
Ayúdense
mutuamente y el Espíritu Santo multiplicará vuestras acciones tendientes al
Bien Común, Amén
Vuestro
Padre que mucho os ama, y desea conservar vuestro Amor.
(Desarrollaros
en el Amor, Único Valor Universal y Eterno). Vuestro Padre, Dios. MG
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