martes, 19 de agosto de 2025

El momento en que comprendí Su amor…

¿Alguna vez has sentido que, a pesar de tus errores y alejamiento, alguien te sigue amando incondicionalmente? Ese alguien es Dios. Su amor no depende de nuestras acciones; es constante, paciente y siempre dispuesto a perdonar.
La canción ‘Supe que me amabas’ de Marcela Gándara expresa esta verdad de manera conmovedora. A través de sus letras, muchos han encontrado consuelo y esperanza, recordando que, sin importar cuán lejos hayamos ido, Dios siempre está esperándonos con los brazos abiertos.​
¿Por qué nos alejamos de Dios?
Es común que, en momentos de dificultad o confusión, nos alejemos de Dios. Las razones pueden variar:​
·        Sentimientos de culpa o indignidad
·        Influencias externas o presiones sociales
·        Dudas sobre la fe o la existencia de Dios
·        Experiencias dolorosas que nos hacen cuestionar Su amor​
Sin embargo, la verdad es que Dios nunca se aleja de nosotros. Él permanece fiel, esperando pacientemente nuestro regreso.​
El poder transformador del perdón divino
El perdón de Dios no es condicional ni limitado. Es un regalo que nos ofrece, independientemente de nuestras faltas. Cuando reconocemos nuestros errores y nos acercamos a Él con un corazón sincero, experimentamos una transformación profunda.​
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” — 1 Juan 1:9
Este versículo nos recuerda que el perdón está disponible para todos, sin excepción.​
Aplicando el amor de Dios en nuestra vida diaria
Reconocer el amor de Dios es solo el primer paso. Para vivir plenamente en Su gracia, podemos:​
1.     Orar diariamente: Establecer una comunicación constante con Dios fortalece nuestra relación con Él.
2.     Leer la Biblia: Encontramos guía, consuelo y sabiduría en las Escrituras.
3.     Participar en una comunidad de fe: Compartir con otros creyentes nos brinda apoyo y crecimiento espiritual.
4.     Servir a los demás: Demostrar el amor de Dios a través de nuestras acciones hacia los demás.​
Al incorporar estas prácticas en nuestra vida diaria, experimentamos una conexión más profunda con Dios y con quienes nos rodean.​
Reflexión final: ¿Estás dispuesto a regresar?
Dios te ama con un amor eterno e incondicional. No importa cuán lejos hayas ido o cuántos errores hayas cometido; Él te espera con los brazos abiertos.​
Te invito a reflexionar: ¿Estás dispuesto a regresar al abrazo amoroso de tu Padre celestial? Hoy puede ser el comienzo de una nueva etapa en tu vida, llena de paz, propósito y amor verdadero. RdeP

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