domingo, 3 de agosto de 2025

La Oración Dominical - 03 de Agosto…

Ofrecemos estos breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la misa del domingo 3 de agosto de 2025.
Se dividen en tres partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta; y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
                  “Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?» Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas»” (Lc 12,13ss).
                  “Hermanos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con Él, llenos de gloria. Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador. Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos” (Col 3, 1-5. 9-11).
Reflexión
No se gloríe el sabio de su saber, no se gloríe el rico en su riqueza, no se gloríe el soldado de su valor, aunque hubieren escalado la cima del saber, de la riqueza o del valor. Voy a añadir a la lista nuevos paralelismos: Ni se gloríe el famoso y célebre en su gloria; ni el que está sano, de su salud; ni el guapo, de su hermosa presencia; ni el joven, de su juventud; en una palabra, que ningún soberbio o vanidoso se gloríe en ninguna de aquellas cosas que celebran los mortales. En todo caso, el que se gloríe que se gloríe sólo en esto: en conocer y buscar a Dios, en dolerse de la suerte de los desgraciados y en hacer reservas de bien para la vida futura. Todo lo demás son cosas inconsistentes y frágiles” (San Gregorio de Nacianzo, Sermón 14).
Nosotros le hablamos
                  “Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores. Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida” (Salmo 89).
                  “Derrama, Padre, tu misericordia sobre tu pueblo suplicante, y ya que nos gloriamos de tenerte por Creador y Señor, renueva en nosotros tu gracia y consérvala en tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos” (Oración Colecta).
Nuestra vida cambia
                  ¿Cuáles son las realidades que más deseamos? ¿Las usamos según la voluntad de Dios o nuestro corazón se apega a ellas?
                  ¿Deseamos vivir según el plan amoroso de Dios?

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