domingo, 5 de octubre de 2025

La Oración Dominical - 5 de Octubre…

Ofrecemos estos breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la misa del domingo 5 de octubre de 2025.
Se dividen en tres partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta; y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
                  “Dijo el Señor a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti diciendo: "Me arrepiento", perdónalo». Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe»” (Lc 17,3bss).
                  “Querido hermano: Te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí. Conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros” (2 Tim 1, 6-8. 13-14).
                  “El que no tiene el alma recta, sucumbirá, pero el justo vivirá por su fidelidad” (Ha 2,4).
Reflexión
“Duerme tu fe. ¿Por qué eres todavía zarandeado por la tempestad de la duda? Despierta a Cristo, despierta a tu fe: mira la vida futura con los ojos de la fe; por esa vida has creído tú, por esa vida has sido signado tú con la señal de aquel que vivió esta vida para mostrarte lo despreciable que es la vida que amabas y cuán deseable es la vida en la que tú no creías.
Si, pues, despertares la fe y fijares los ojos de la fe en las realidades últimas y en los goces del siglo futuro de que disfrutaremos a raíz de la segunda venida del Señor, una vez celebrado el juicio, después de haber entregado el reino a los santos; si pensares en aquella vida y en el ocioso negocio de aquella vida, del que con frecuencia os hemos hablado, carísimos, entonces no zozobrará nuestro negocio, nuestro ocioso negocio lleno de una dulzura sin igual, no interrumpido por molestia alguna, no condicionado por la fatiga, no mediatizado por nube alguna. Y ¿cuál será nuestro negocio? Alabar a Dios, amarle y alabarle; alabarle en el amor, amarle en las alabanzas. Dichosos los que viven en tu casa alabándote siempre(San Agustín de Hipona, Comentario sobre el salmo 147).
Nosotros le hablamos
                  “Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso sobrepasas los méritos y los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia perdonando lo que inquieta nuestra conciencia y concediéndonos aún aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos” (Oración Colecta).
Nuestra vida cambia
                  ¿Cómo podemos reavivar en nosotros la fe?
                  ¿Nuestra fe en Dios nos lleva a vivir según su voluntad, por ejemplo perdonando a los demás, siendo fieles a Él en todo, dando testimonio con nuestra vida?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario