Esteban Vicente Frelichowski, Beato
Sacerdote y Mártir,
23 de Febrero
Martirologio Romano: En
el campo de concentración de Dachau, cercano a Múnich, de Baviera, en Alemania,
beato Esteban Vicente (Stefan Wincenty) Frelichowski, presbítero, que durante
la guerra, encarcelado en varias prisiones, nunca decayó ni de la fe ni de su
misión pastoral, y atendiendo a enfermos cayó enfermo a su vez, llegando a la
visión de la paz eterna después de muchas pruebas (1945).
Fecha de
beatificación: 7 de junio de 1999 por el Papa Juan Pablo II.
Esteban Vicente
Frelichowski nació el 22 de enero de 1913 en Chelmza, Polonia. Al terminar la
escuela primaria, entró en el colegio para muchachos donde, en marzo de 1927,
ingresó a la Tropa Scout 2 de Chelmza. Al cabo de tres meses hizo la promesa.
En esta tropa llegó a ser guía de la patrulla “Los Zorros”, y con el tiempo,
antes de entrar en el seminario, ejerció la función de líder de la tropa. En
ese entonces, también ayudaba en Misa y, según sus diarios, con insistencia
pedía al Sagrado Corazón de Jesús una vocación clara y
ardiente
Después de ingresar en
el seminario de Pelpin, en el norte de Polonia, empezó
el servicio como miembro y presidente (1933-1936) del grupo de Clan en el
seminario. Desde 1933 fue también un informal líder de su tropa del colegio.
Fue ordenado el 14
de marzo de 1937. Fue enviado a la iglesia de la Asunción de la Virgen en
Torun. Como capellán de los scout, su mayor preocupación fue que cuantos
participen a Misa entren totalmente en la Liturgía. Se dedicó a trabajar con
los niños y los jóvenes, se ocupó de los enfermos, organizaba también una ayuda
para los pobres y editaba el periódico parroquial.
Fue arrestado el 18
de octubre de 1939, durante la ocupación nazi de Torun. Inicialmente lo
retuvieron en el Fuerte 7 de Torun; luego inició su ruta al martirio por los
campos de concentración en Stutthof, Sachsenhausen y finalmente Dachau donde
pasó hambre, dolor, humillación, tortura física y moral.
Como prisionero puso
su vida en manos de Dios. Encontró aun bastante fuerza para servir a sus
compañeros trayéndoles un consuelo sacerdotal y la ayuda material que podía
conseguir. Formó grupos de oración y brindaba servicio sacramental, escuchaba
confesiones en francés, polaco y alemán. Animó a sus compañeros para que
ayudaran a los demás en el campo. De buena gana compartía su exigua comida con
los demás.
Incluso poniendo en
riesgo su vida, siguió atendiendo a los enfermos de tifus durante la epidemia
de 1944. Se contagió de tifus y contrajo pulmonía. Murió dando la vida por los
demás el 23 de febrero de 1945.
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