Ven a mí Señor. Ven a mí Jesús. Maestro ven, no tardes,
que perezco. Que me diluyo en el desaliento y en la evasiva. Ven, pasa, que ya
me las arreglaré para tocarte la orla de la túnica, o para besar siquiera una
de tus huellas. ¿Me escuchas? Quizá quieres que clame un poco más, que rece de
verdad (con el corazón), que cambie de raíz. Ven a mí, por favor; ven pronto,
cuanto antes. Quizá no repares en mí. Comprendo que hay mucha gente, que hay
muchos que Te necesitan más que yo, que al fin y al cabo vivo bien, y como
todos los días, y tengo un par de iglesias al lado de mi casa donde ir yo a Ti.
Me quejo de vicio. Soy un hijo demasiado consentido. De heroico tengo poco. Y
aún así me atrevo a salirte al paso. Escucho las voces. Dicen que es Cristo que
pasa. Voy, voy. Pasas al lado de mi alma. Pasas, estás pasando… Señor, mírame.
Sólo mírame durante un décima divina. ¡Oh Dios, mi Jesús, soy yo! Soy
Guillermo. Llévame Contigo. Llévame a donde vayas, en Tu compañía. ¿Qué quieres
que haga? ¿Quieres que me quede aquí y siga escribiendo? ¿O quieres otra cosa?
Lo que Tú me digas. Sé bien que no me pertenezco, que nada es mío, que lo que
hago es fruto de Tu insólita inspiración. Nunca dejas de pasar a mi lado. Nunca
Te vas. Pero aún así necesito decirlo: Ven Señor Jesús. Ven más adentro, más
aún, hasta que no piense en otra cosa que en Tu Amor. Quiero ir a Tu paso,
agarrarme a Ti, tomar impulso en Tu gracia para hacer lo que debo hacer y
hacerlo como Tú quieres que lo haga. Nada para mí. Todo es Tuyo. Y ven, y
tómame, y enciéndeme el alma en Tu santidad. Mi vocación eres Tú, permanecer en
Ti pase lo que pase. Mi vocación es serte fiel, con delicadeza, con
naturalidad. Ser como Tú. Ser Tú, el que ahora pasa, el que me mira. Y al ir a
comprar el periódico hacerlo como lo harías Tú. Y al trabajar lo mismo. Y lo
mismo cuando en casa cunda el nerviosismo o la intemerata. Ven. O espera. Ya
salgo a Tu encuentro. Ya voy, estoy yendo. ¿Ves? Soy ese. Me despisto no poco.
No poco me desoriento. Pero soy yo, el mismo que viste y calza. Y lo tengo muy
claro: el éxito de mi vida es identificarme Contigo. No hay otro éxito.
Vibrando, buscando la eficacia de Tu gracia. Por eso ven a mí. Y yo voy también
hacia Ti. Trasteando, pero voy. GU
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