¿Qué es?
La paruresis es un
trastorno psicológico que impide o dificulta la micción en baños públicos o
privados, especialmente si hay otras personas cerca. Si se tiene
paruresis, se evitará ir al baño en bares, restaurantes, discotecas,
aeropuertos u otros lugares públicos, donde es altamente probable que haya
otras personas orinando a su lado, aunque haya una mampara de por
medio. Incluso, si el caso es severo, se evitará ir al baño en la casa de un
familiar, o en su propia casa si tiene visitas.
Las alteraciones al
orinar pueden variar según el grado de paruresis. Algunas personas sufren una
espera más o menos larga para el inicio de la micción (paruresis leve) y otras
directamente no pueden orinar nada (paruresis severa).
Causas
Lo que sucede es lo
siguiente: las personas afectadas por este trastorno sienten mucho estrés y
ansiedad cuando tienen que orinar en baños públicos o privados, cuando tienen
otras personas cerca. Esta ansiedad impide o dificulta que el esfínter
voluntario de la uretra se relaje, y por lo tanto, también se dificulta o se
impide la salida de la orina.
Algunos
investigadores creen que la paruresis podría tratarse de una manifestación
especial de fobia social.
Los problemas para orinar
cerca de otras personas suelen comenzar en la pubertad, a raíz de una
experiencia traumática, de gran estrés, o de una personalidad extremadamente
tímida e introvertida, con baja autoestima y complejo de inferioridad.
También es posible
que sus padres u otras personas les hayan hecho sentir mucha vergüenza, que
hayan sufrido acoso escolar en el baño, o que hayan sufrido abuso sexual.
Muchas personas que
han pasado por este tipo de situaciones no han desarrollado paruresis, lo que
indica que también hay otros factores que influyen, como podría ser una
predisposición física o psicológica.
Sea cual sea el
caso, después de la situación traumática que genera el trastorno o de la
primera mala experiencia al querer orinar en un servicio público, el subconsciente
relaciona estas emociones negativas con el hecho de orinar en presencia de
otras personas.
Así, quien sufre
paruresis comienza a evitar los baños públicos y el problema se mantiene o
empeora, si no se sigue un tratamiento adecuado.
En una gran cantidad
de casos, los afectados por este trastorno piensan que las otras personas
presentes cerca de ellos en el baño les están observando o se burlarán de
ellos. Por
otra parte, a muchas personas les avergüenza hablar de este problema, porque
sienten que no serán comprendidos.
Es un problema muy
común (se cree que afecta al 10% de la población), por lo tanto hay millones de
casos en todo el mundo y la mayoría de ellos tienen cura.
Síntomas
Estas son algunas de
las conductas frecuentes en personas con paruresis:
- Evitan orinar en baños públicos.
- También evitan orinar en baños privados o en
su propia casa, si hay otras personas cerca.
- Evitan beber líquidos cuando tienen que salir
de casa.
- Los ruidos, olores y falta de privacidad
visual les inhiben la micción.
Si se tiene
problemas para orinar, se debe consultar al médico y descartar que haya
problemas orgánicos de fondo, como una infección urinaria, litiasis renal o
problemas de próstata en el caso de los hombres.
Pero básicamente, si
se puede orinar sin problemas en la privacidad de tu hogar pero se tiene
dificultades para hacerlo en un baño público concurrido, entonces es probable
que se padezca de paruresis.
Consecuencias negativas
Si se tiene este
problema, seguramente ya han empezado a evitar ciertas situaciones, como viajes
largos por ejemplo.
Si no es capaz de
orinar en otro lado que no sea su casa, posiblemente comiencen a evitar
reuniones sociales y salidas a un restaurante o un cine, por ejemplo.
O tal vez orinan
antes de salir de casa, luego cuando tiene que salir no beben casi nada de
líquidos y se aguantan los deseos de orinar hasta volver nuevamente a su
hogar.
Pero esto no es
bueno para la salud: estas situaciones provocan mucho estrés y ansiedad.
De modo que si se
tienes paruresis (afección también conocida como “vejiga tímida” o “psicogenia
urinaria”), lo mejor es buscar una solución rápidamente.
Tratamiento
Afortunadamente, la
paruresis se puede curar en la mayoría de los casos. Estos son los dos
tratamientos más efectivos.
Terapia
cognitivo-conductual
Algunos estudios
indican que 8 o 12 sesiones de este tipo de terapia, o un taller de una semana
ayuda a 4 de cada 5 personas con paruresis.
La terapia cognitivo
conductual es un tratamiento que combina dos aspectos.
El primero es el
aspecto cognitivo del problema. La persona que tiene paruresis muchas veces
cree que otras personas les observarán o se burlarán de ellos mientras
orinan.
No olvides que esta
afección es considerada una forma de fobia social. Los fóbicos sociales son muy
sensibles a los ruidos y los olores que ellos mismos producen y cuando tienen
que orinar cerca de otras personas, temen ser criticados por esto. Durante
las sesiones del tratamiento psicológico cognitivo el terapeuta intenta
desterrar estos miedos irracionales y sustituir los pensamientos negativos por
ideas positivas más racionales.
El segundo aspecto
es el conductual. Se trata de modificar la conducta de la persona por medio de
la exposición gradual, para que logre dominar la ansiedad y orinar en un baño
público, como se explica a continuación.
Terapia
de exposición gradual
Algunas personas no
necesitan la terapia cognitiva, especialmente si la paruresis que sufren es
leve.
Simplemente con
exponerse gradualmente al objeto de su miedo y ver que tienen éxito al orinar
cerca de otras personas y que nada malo sucede, los síntomas comienzan a
desaparecer. Lo ideal es que esta exposición sea guiada por un
psicoterapeuta, especialmente en los casos de paruresis severa. Pero si
tus síntomas no son demasiado intensos, entonces tal vez puedas vencer la
ansiedad tú mismo, sin ayuda de otra terapia adicional, y para que puedas
hacerlo, te daremos algunos consejos:
- En primer lugar, bebe abundantes líquidos
antes de empezar, preferentemente agua.
- Cuando sientas muchas ganas de orinar, será el
momento de comenzar con la exposición gradual.
- Comienza intentando orinar en un baño privado,
en tu casa o la de un familiar, sabiendo que hay otras personas cerca de
la puerta del baño (necesitarás la ayuda de un amigo o familiar para
esto.)
- Trata de orinar durante al menos 3 o 4
segundos.
- Si no puedes hacerlo, pídele a la otra persona
que se aleje un poco de la puerta del baño.
- Trata de relajarte respirando profundamente.
- Date tiempo. A veces la micción puede demorar
en comenzar. Si pasan más de cuatro minutos, entonces sal del baño,
descansa un poco y luego lo vuelves a intentar.
- Si logras orinar, trata de hacer el mayor
ruido posible, porque el ruido es lo que muchos paruréticos temen que
otras personas escuchen. No abras el grifo del lavamanos para ocultar tus
ruidos.
- Cuando tienes éxito orinando en un baño
privado sabiendo que hay una persona del otro lado de la puerta, es hora
de dar el siguiente paso.
- Lo siguiente puede ser intentar orinar con tu
amigo o familiar más cerca de la puerta o incluso estando dentro del baño
contigo, según lo vayas tolerando.
- Si no tienes a nadie que te pueda ayudar,
también puedes comenzar tu tratamiento en baños públicos que no son muy
concurridos, para luego pasar, a medida que vas teniendo éxito, a baños
públicos con más gente.
Debes practicar este
tratamiento con frecuencia, si puedes varias veces por semana y durante el
tiempo necesario. Lo ideal es que cada “sesión” dure cerca de una hora y
que incluya 15 o 20 intentos de orinar con personas cerca. Por eso al principio
te aconsejábamos beber abundantes líquidos antes de empezar. También
puedes beber líquidos durante cada sesión, para tener siempre la sensación de
querer orinar con urgencia. Si un día tienes éxito y al día siguiente no
consigues o te cuesta mucho orinar, no te preocupes, los vaivenes en los
resultados son normales. Un consejo más antes de terminar esta sección: no
avances demasiado rápido, ve exponiéndote lentamente a la cercanía de las
personas y a baños públicos más concurridos. Y recuerda: si también tienes
problemas para orinar en casa, tienes que consultar a un médico con urgencia,
podría tratarse de una infección o una obstrucción de las vías urinarias.
Curiosidades sobre la paruresis
- Al parecer, cientos de trabajadores de los
Estados Unidos podrían haber perdido sus trabajos debido a la paruresis,
cuando se les solicitó obtener una muestra de orina en presencia de un
testigo para una prueba aleatoria de drogas de abuso, y fueron incapaces
de obtenerla.
- La Asociación Internacional de
Paruresis es la única que trabaja a nivel internacional para que
esta afección sea más conocida. Organiza talleres y dirige grupos de apoyo
en más de diez países diferentes. También existen muchos foros en internet
donde las personas afectadas comparten información importante.
- En 1975 los investigadores Bill Rees y Debbie
Leach describieron tres tipos de incomodidad en los retretes públicos:
visual, olfativa y auditiva. A las mujeres les incomodaban más los ruidos,
mientras que los hombres se sienten más intimidados por lo que ven.
Los resultados de
estos estudios fueron publicados en la Journal
of American College Health Association.
- En la Edad Media la paruresis ya se conocía,
aunque se creía que era un hechizo que dejaba impotentes a los enemigos, o
incapaces de expeler su orina.
- La paruresis podría no ser un problema para
ti. Algunas personas no pueden orinar en un urinario bajo ciertas
condiciones, pero sí en un excusado, y esto no representa un problema para
esas personas. Pero a otras personas les pasa lo mismo y consideran que
tienen una seria discapacidad, sienten que su vida vale menos por eso.
Si tienes
dificultades para orinar en ciertas condiciones pero esto no afecta tu vida
mayormente, entonces la paruresis tal vez no sea un problema para ti.
¿Sabían que la paruresis puede mejorar
si aumentas tu autoestima? Algunos expertos opinan que las personas con
miedos y fobias, muchas veces otorgan un cierto “poder” al objeto de su fobia,
un poder que creen no poder superar.
Entonces, cuando la
persona mejora la seguridad en sí misma, el objeto de su miedo pierde fuerza,
pierde su poder y los síntomas mejoran o desaparecen.
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