miércoles, 2 de mayo de 2018

¡Me has llamado a seguirte!

Si medito en Tu soledad y vislumbro Tu agonía,
las lágrimas fluyen, Señor, pues también la culpa es mía.

Yo también, ¡Hijo de Dios! ante el mundo te he negado,
y con palabras y acciones en la cruenta cruz clavado.

Pues cuando no comparto con los demás Tu amor,
es como anunciarle a todos que no eres mi Señor.

Y si no trato de aliviar del hermano su quebranto.
clavo espinas en Tus sienes aunque diga amarte tanto,

Cuando soy indiferente al dolor del que está al lado,
no reflejo la compasión que Tú me has demostrado.

¡Niego que te conozco! si a otros miento o engaño,
si me corroe la envidia o a mi prójimo le hago daño.

Cuando aún a sabiendas de que estoy equivocado,
no reconozco mi error y al inocente he culpado.

Cuando no dedico tiempo para conocerte mejor,
elevarte una oración y amarte más, mi Señor.

¡Niego que ando contigo! si hay orgullo y vanidad,
creo ser más que los otros y me hace falta bondad.

Si guardo resentimientos, y aún no sé perdonar,
y me parece natural juzgar al vecino y criticar.

Cuando la perenne queja reemplaza a la alabanza,
y en vez de agradecimiento hay ingratitud en la balanza.

¡Niego que soy de los Tuyos! cuando hablo sin pensar,
y no me importa si al otro pueda herir o molestar.

Si permito a los problemas arrebatarme la alegría,
y no vivo plenamente porque nublado está el día.

Si dejo que entre la duda y el miedo en mi corazón,
por no percibir Tu ayuda en momentos de aflicción.

Perdóname, Jesús mío, pues aún no he aprendido,
a reflejarte un poquito, como Tú me lo has pedido.

Dame una fe más fuerte, y cual la honda tira la piedra,
eche lejos duda y miedo y no proliferen cual hiedra.

¡Hazme sembrador de paz, portador de comprensión,
y mire a través de Tus ojos llenos de compasión!

Enséñame a amarte mucho cómo Tú me has amado,
y lo haga siempre con gozo por cuánto me has perdonado.

Ayúdame a ser cómo Tú sensible al dolor ajeno,
manso, servicial y humilde, un ser más puro y bueno.

Tú me llamas a seguirte, negarme, tomar mi cruz,
mas sé que no tengo aguante para hacerlo solo, Jesús.

Por eso te pido ayuda; ¡Fortaléceme con Tu amor,
acompáñame, dame más fe, y cargue mi cruz con valor!

Poema de Sigli Probst - Panamá

Mateo 16:24  Entonces Jesús dijo a sus discípulos. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario