La llegada del otoño significa que es hora de
comenzar a plantar bulbos. Aunque lo más probable es que pienses en plantar
narcisos, tulipanes y todas esas espectaculares flores primaverales, también
podrías considerar otros bulbos más productivos. Al ser una planta resistente
capaz de soportar tanto el frío como el calor, el ajo, o Allium sativum, es una
de las mejores opciones para estos casos. Hay muchas razones para elegir
esta planta. Además de ser fácil de cultivar y altamente provechoso, tener esta
planta en tu jardín significa que podrás disfrutar de un producto fresco y
orgánico en cualquier momento que desees.
Información general
El ajo es una planta perenne con hojas planas y
delgadas que llegan a alcanzar unos 30 cm de longitud. Sus raíces alcanzan
profundidades de 50 cm o más. El bulbo, de piel blanca, forma una cabeza
dividida en gajos que son comúnmente llamados dientes. Debido a que esta planta
requiere varios meses para ser cosechada, podríamos decir que el ajo no es para
personas impacientes. Los bulbos son recolectados a medida que el follaje
comienza a decaer, hacia finales de la primavera o comienzos del verano. Una
vez cosechados, los bulbos pueden ser almacenados y utilizados durante varios
meses. Aunque el ajo puede soportar tanto el frío como el calor, en zonas muy
frías, la plantación se realiza a finales de invierno, y en climas más
templados se puede realizar a partir de noviembre hasta enero.
Plantación
• Aunque la plantación también puede realizarse
durante la primavera, el otoño es, sin duda, la estación más recomendada para
los jardineros. De esta forma, cuando realices la cosecha en el verano,
descubrirás que los bulbos son más tiernos y sabrosos.
• Separa los dientes del bulbo unos días antes de
la plantación, sin quitar la cascarilla.
• No plantes bulbos comprados en supermercados, ya
que son más duros y difíciles de cosechar. Siempre elige las opciones
naturales, que puedes conseguir en tiendas de flores y viveros.
• Asegúrate de que el suelo se encuentre bien
drenado y con abundante material orgánico. Te recomendamos elegir un sector
soleado.
• Planta cada diente con una separación mínima de
12 a 15 cm. Si el cultivo está organizado en filas, asegúrate de que haya una
distancia de 30 cm entre cada una.
• Durante la primavera, cuando las temperaturas se
vuelvan más cálidas, los brotes comenzarán a emerger del suelo.
Cuidado
• En las regiones de climas fríos, el suelo debe tratarse con abundante abono. Luego de que haya pasado el riesgo de congelamiento, el abono debe ser removido.
• En las regiones de climas fríos, el suelo debe tratarse con abundante abono. Luego de que haya pasado el riesgo de congelamiento, el abono debe ser removido.
• Corta cualquier brote de flor que aparezca en
primavera, ya que esto puede reducir la calidad y el tamaño del bulbo.
• El ajo necesita niveles adecuados de nitrógeno,
por lo que deberás fertilizar el suelo para generar estas condiciones, en especial
si observas hojas amarillas.
• Al ajo le gustan los suelos húmedos. La falta de
riego puede hacer que los bulbos crezcan muy pequeños.
Recolección
• Cuando las hojas de la planta se hayan marchitado
y tornado amarillentas, significa que es hora de recolectar.
• Recoge los bulbos con una pala pequeña, retira el
excedente de tierra, y déjalos secar en un lugar aireado y sombreado durante
dos semanas. Para ello, cuélgalos hacia abajo, en ramos de 5 a 6 bulbos.
• Los bulbos estarán listos para almacenar cuando
la capa que los envuelve y las raíces estén secas.
• Una vez que los bulbos estén secos, podrás
almacenarlos. Retira cualquier excedente de tierra, y recorta las raíces y
hojas.
¡Ahora podrás disfrutar de tu propio ajo orgánico para darle sabor a tus
platillos y disfrutar de sus maravillosos beneficios para la salud!
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