Virgen
y mártir, 22 de Mayo
Elogio: En la isla de Córcega, conmemoración
de santa Julia, virgen y mártir.
País: Francia - †: s. inc.
Patronazgos: patrona de la isla de Córcega, y de
Brescia, Bérgamo y Livorno, y protectora de las víctimas de tortura.
Muchos
martirologios occidentales mencionan el nombre de esta mártir de Córcega. Según
opinan los bolandistas, Julia fue martirizada en el siglo V o VI por los
piratas sarracenos. Las «Actas» legendarias de la santa se basan en una
tradición posterior, que embellecen con muchos detalles imaginarios. Lo
esencial se reduce a esto: Julia era una noble doncella de Cartago. Cuando
Genserico tomó la ciudad, en 439, fue vendida como esclava a Eusebio, un
mercader pagano originario de Siria. Julia llevó una vida ejemplar y supo
servir con tanto esmero a su amo, que éste la llevó consigo en un viaje que
hizo a las Galias para vender productos del Oriente. El navío en que hicieron
la travesía atracó en las costas de Córcega. Eusebio bajó a tierra para asistir
a un festival pagano, mientras Julia, que había condenado abiertamente la
conducta de su amo, se quedó en el navío. Félix, el gobernador de la isla,
interrogó a Eusebio acerca de la esclava que se había atrevido a insultar a los
dioses; Eusebio confesó que era cristiana, pero dijo al gobernador que no podía
prescindir de los servicios de una esclava tan fiel y habilidosa. Félix le
ofreció cuatro de sus mejores esclavas a cambio de Julia, pero Eusebio replicó:
«Todas vuestras posesiones no valen los servicios que ella me presta». Sin
embargo, el gobernador aprovechó la circunstancia de que Eusebio había bebido
demasiado y mandó traer a Julia para obligarla a ofrecer sacrificios a los
dioses. Así pues, propuso a la santa la libertad, con tal de que sacrificase.
Julia se negó indignada y proclamó que no deseaba otra libertad que la de
seguir en el servicio de su Señor Jesucristo. Esta respuesta enfureció al gobernador,
quien ordenó al punto que la golpeasen en el rostro y le arrancasen de raíz los
cabellos; después mandó que la crucificaran. Según se cuenta, unos monjes de la
isla de Giraglia rescataron el cadáver de Julia, que fue trasladado a Brescia,
el año 763. Santa Julia es la patrona de Córcega y Livorno. Esta última ciudad
pretende poseer una parte de sus reliquias.
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