Las cicatrices forman parte del proceso natural de
sanación de las lesiones en la piel. Estas marcas pueden afectar la estética
corporal, y aunque para algunas personas pueden ser motivo de orgullo, en otras
pueden causar vergüenza e inseguridad. Afortunadamente, existen diferentes
formas de disminuir su presencia.
¿Qué
son las cicatrices?
Las cicatrices surgen cuando la primera y
segunda capa de la piel (epidermis y dermis respectivamente) sufren daños. El organismo
produce fibras de colágeno para formar una especie de ‘parche’ que cubra la
herida. Normalmente, aparecen después de sufrir cortaduras, quemaduras, llagas
o raspones.
Las cicatrices también pueden ser provocadas por
cirugías, infecciones cutáneas, como varicela, u otras afecciones de la piel,
como acné.
El aspecto de la cicatriz dependerá de diferentes
factores, como tamaño y profundidad de la herida, localización, tiempo de
curación o edad de la persona afectada. A su vez, existen distintos tipos de
cicatrices:
·
Atróficas:
este tipo de cicatriz suele vincularse al acné o la varicela. Se caracteriza
por la pérdida del tejido, por lo que suelen tener un aspecto plano contra la
capa superior de la piel y una pigmentación más oscura.
·
Hipertróficas:
en este caso, se destaca un exceso de tejido sobre la piel. Suelen tener una
pigmentación más oscura y su crecimiento se limita al área afectada.
·
Queloides:
son cicatrices gruesas e inflamadas debido a una producción excesiva de tejido.
A diferencia de las hipertróficas, pueden crecer fuera del área afectada.
Tratamiento
de las cicatrices
Al producirse una herida sobre la piel, esta buscará
sanarse mediante el proceso de cicatrización. Por este motivo, la cicatriz no
puede ‘borrarse’ o ‘desaparecer’, aunque sí se puede intentar que se vea lo más
‘normal’ posible. Esto significa que mediante distintos tratamientos se busca
que la cicatriz se asemeje a la piel en color, flexibilidad, o textura. Para
ello, se realiza una evaluación de la piel con el objetivo de determinar qué
tipo de cicatriz tiene la persona, analizando variables como relieve,
funcionalidad y color. El método más extendido para la evaluación de las
cicatrices, que determina una puntuación en función de la pigmentación,
vascularización, elasticidad y altura de la cicatriz, se llama escala de
Vancouver.
Tras realizar una valoración de la cicatriz, se puede
optar por diferentes técnicas para tratarla:
Aparatología
La aparatología, en este caso, abarca a todas las
técnicas que se realizan mediante distintos tipos de máquinas o dispositivos
para disminuir las cicatrices:
·
Dermoabrasión:
es un proceso de rejuvenecimiento de la piel en el que se usa un dispositivo de
rotación rápida para eliminar la capa externa de la piel. Puede disminuir las
líneas faciales, marcas, arrugas e incluso mejorar la apariencia de las
cicatrices.
·
Radiofrecuencia:
es una técnica que mediante la aplicación de calor busca estimular la
producción de colágeno y elastina, y así reducir distintas marcas que se
encuentran en la piel, incluidas las cicatrices.
·
Ultrasonido de 3 MHz: se recurre al uso de ondas mecánicas para producir
movimientos en los tejidos cutáneos (compresiones y descompresiones
alternantes). Estas distintas presiones provocan efectos térmicos (por la
fricción de los tejidos), mejorando la circulación sanguínea y el aspecto de
las cicatrices.
·
Vacumterapia:
es un procedimiento que se realiza por medio de equipos que ejercen presión
negativas en zonas específicas del cuerpo. Este tratamiento es eficaz contra
las cicatrices ya que aumenta la irrigación sanguínea, estimula la producción
de colágeno y elastina, y moviliza la grasa subcutánea.
Masoterapia
La masoterapia consiste en el uso de distintas
técnicas de masaje con fines terapéuticos, es decir, para tratar diferentes
enfermedades y lesiones. En el caso de las cicatrices, puede ser útil para
aumentar la elasticidad de la piel dañada, y disminuir la inflamación y el
edema (acumulación de líquido en los tejidos).
Otras
opciones
Dependiendo el tipo de cicatriz que se presente, el
profesional de la salud puede optar por aplicar:
·
Exfoliación química: se busca desprender la capa superior de la piel a
partir de un producto químico.
·
Inyecciones:
se puede aplicar ácido hialurónico, colágeno o esteroides, dependiendo el tipo
de cicatriz.
·
Cirugía:
se busca restaurar la apariencia de la piel mediante la extirpación de tejido
cutáneo. También existen alternativas como la criocirugía, donde se congelan
las capas superficiales de la piel para disminuir el tamaño de las cicatrices.
·
Vendaje neuromuscular o kinesiotaping: se utilizan cintas de algodón con un adhesivo
acrílico. Con ello se busca mejorar la circulación y el drenaje linfático.
Remedios
caseros
Desde la medicina tradicional se recomiendan
diferentes remedios naturales para complementar el tratamiento de las
cicatrices, debido a que aceleran el proceso de recuperación y ayudan a
controlar la pigmentación. Entre las opciones más utilizadas se encuentran:
·
Aceite de coco u oliva.
·
Aloe vera o sábila.
·
Bicarbonato de sodio.
·
Caléndula.
·
Incienso.
·
Lavanda.
·
Miel.
·
Rodajas de limón o papa.
·
Rosa mosqueta.
·
Vinagre de manzana. HD
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