La devoción al Inmaculado Corazón
de María está generalizada en todo el mundo católico y se celebra al día
siguiente de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
El Corazón de
María es mencionado explícitamente en la Biblia, en el pasaje de la adoración
de los pastores en el pesebre al Niño Dios, citado por el evangelista Lucas (2, 19), quien dice: “María guardaba
todo esto en su corazón y lo tenía muy presente”, y también en Lucas (2, 51) al referirse a cuando Jesús se
quedó en Jerusalén platicando con los maestros de la ley, mientras María y José
lo buscaban y lo creían perdido: “su madre guardaba todo esto en su corazón”.
Durante siglos,
el arte sacro, apoyado por teólogos y expertos en Biblia, ha destacado la
relevancia del corazón de María. Por ejemplo, cuando el Niño Jesús fue
presentado en el templo y Simeón le dijo a la Virgen que una espada traspasaría
su alma (Lucas; 2, 35) lo cual fue
representado con 7 puñales en el corazón de María que representan momentos de
dolor y angustia.
Por todo este
valor simbólico, el Inmaculado
Corazón de María es una devoción que nos conduce a la vida interior de la
Virgen y que abarca sus virtudes, gozos y tristezas, y que en parte se
enumeran en el rezo del Santo Rosario y su letanía.
Ya desde el
siglo III San Gregorio Taumaturgo, uno de los Padres de la Iglesia, mencionaba
esta devoción al igual que Teodoro de Ancira en el siglo V, así como el teólogo
benedictino Ruperto de Deutz, en el siglo XII.
Para el siglo
XII, el sacerdote francés Juan Eudes escribió los primeros estudios teológicos
sobre el Corazón de María y fundó algunas congregaciones que llevaban su nombre,
pues siempre se ha dicho que Ella es madre de la Iglesia.
San Antonio
María Claret fundó en su natal España, en 1849, la Congregación Misioneros
Hijos del Inmaculado Corazón de María, y la Congregación de las Religiosas de
María Inmaculada Misioneras Claretianas, y Teófilo Verbista, en 1862, en
Bélgica, fundó la Congregación del Inmaculado Corazón de María.
En 1917, durante las apariciones de la Virgen María
en Fátima a los tres pastorcitos, Ella pidió la consagración del mundo a su
Inmaculado Corazón, la difusión de esta devoción, así como el rezo
diario del Santo Rosario.
La mística y
beata portuguesa Alejandrina de Balazar (1904-1955), entre 1936 y 1941, tuvo
revelaciones privadas de Cristo en las que pedía la consagración del mundo al
Inmaculado Corazón de María, y el Papa Pío XII realizó una consagración el 31 de
octubre de 1942 que fue transmitida por Radio Vaticana, y que luego fue
renovada en Roma el 8 de diciembre de aquél año.
De igual modo,
San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de
1984, luego del atentado del 13 de mayo, en la plaza de San Pedro.
En México, destaca el sacerdote San José María Robles
(1888-1927), quien por su amor a Jesús y María, era apodado por sus amigos como
El loco de los Sagrados Corazones, y durante la persecución religiosa en
nuestro país fue apresado y encarcelado justamente en esa fecha, el 24 de junio
de 1928 y fue martirizado al día siguiente, en día del Inmaculado Corazón
Inmaculado de María. DlaF
No hay comentarios.:
Publicar un comentario