viernes, 2 de septiembre de 2022

Causas inesperadas de las pesadillas y cómo prevenirlas…

Todos sabemos lo que es una pesadilla. Los sueños molestos, aterradores y disfuncionales pueden tener un efecto profundamente penetrante en nuestras emociones, arrancándonos del sueño. Lo creas o no, las pesadillas de los adultos son bastante raras; son mucho más comunes en los niños. Las pesadillas de los adultos pueden ser causadas por una variedad de hábitos bastante inesperados, así como por medicamentos o condiciones de salud subyacentes. Repasamos las 6 causas más comunes de las pesadillas y cómo remediarlas. 
Alcohol 
Beber unas cuantas copas de vino puede provocar sueño, por lo que puede creer que pasar una noche de copas sólo te ayudará a dormir. En realidad, el alcohol afecta a nuestro sueño de una manera más complicada: al principio, te ayudará a dormir más profundamente, pero cuando los niveles de alcohol en sangre empiezan a bajar, te hacen tener un sueño más ligero. Además, el alcohol puede aumentar el tiempo de sueño de movimientos oculares rápidos (REM). Durante este ciclo de sueño, los sueños vívidos y las pesadillas son mucho más probables. De este modo, el consumo de alcohol puede contribuir a las pesadillas. 
La solución: Evita beber demasiado alcohol: limita la cantidad a una o dos copas de vino o a una bebida fuerte. Además, asegúrate de esperar al menos 3-4 horas antes de acostarte. 
Aperitivos a última hora de la noche 
La digestión es un trabajo duro para el cuerpo, y esto puede chocar con los ciclos de descanso de tu cuerpo. “Esto se debe a que tu cuerpo estará trabajando duro para descomponer la comida y enviará señales a tu cerebro para que esté más activo, lo que puede desencadenar pesadillas”, dijo Phil Lawlor, un experto en sueño, al Huffington Post. Cualquier tipo de bocadillos puede provocar pesadillas, pero los alimentos picantes y dulces tienen un mayor riesgo de causar problemas de sueño. Los mismos tipos de alimentos también son más propensos a contribuir al reflujo ácido, que también puede interrumpir el sueño. 
La solución: Si puedes, evita comer 2-3 horas antes de acostarte. Pero si eres un habitual de los bocadollis nocturnos, hazlo en pequeñas cantidades y elige alimentos y bebidas conocidos por favorecer el sueño, como el té de manzanilla, el pavo, el pollo o un puñado de frutos secos y semillas. 
Estrés y ansiedad 
Los sucesos vitales traumáticos -tanto los graves, como un mal día en el trabajo, como los graves, como un accidente de coche- aumentan tus niveles de estrés y fomentan las preocupaciones, que a menudo se filtran también en tus sueños, provocando terrores nocturnos. El miedo y el estrés pueden resultar tan abrumadores que acabas teniendo pesadillas. Esto concuerda con las observaciones científicas que afirman que las personas que sufren ansiedad y estrés persistente están predispuestas a padecer un trastorno de pesadillas, una afección en la que las pesadillas “ocurren a menudo, provocan angustia, interrumpen el sueño, causan problemas en el funcionamiento diurno o crean miedo a irse a dormir”, según la Clínica Mayo. 
La solución: La buena noticia es que este tipo de pesadillas suelen desaparecer. Evita los contenidos de miedo o que induzcan al estrés antes de ir a dormir. Esto significa no leer libros de miedo, películas de terror o noticias. Para reducir los niveles de estrés justo antes de acostarse, dedica el tiempo antes de dormir (o cualquier otro tiempo libre disponible) a relajarte. Toma un baño relajante, da un paseo, medita, escucha música relajante o haz un poco de yoga. 
Medicamentos y suplementos nutricionales 
Aunque los científicos no están seguros de cómo los medicamentos pueden provocar pesadillas, no es raro que fármacos como los antidepresivos, los medicamentos para la presión arterial, los medicamentos para la enfermedad de Parkinson, los betabloqueantes y los medicamentos utilizados para ayudar a las personas a dejar de fumar puedan hacer que tengas más pesadillas. Si tomas melatonina para conciliar el sueño, ten en cuenta que este suplemento también puede desencadenar terrores nocturnos. 
La solución: Cuando se trata de medicamentos y suplementos, las cosas pueden ser complicadas, ya que puedes necesitar estos medicamentos para controlar tu salud. Por lo tanto, lo más seguro es que hables de tus preocupaciones con tu médico y le preguntes si tienes alguna alternativa que no desencadene pesadillas. 
Condiciones de salud mental 
Las pesadillas son un síntoma conocido del trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los enfermos de TEPT experimentan con frecuencia pesadillas vibrantes en las que reviven los sucesos traumáticos que causan el trastorno. Pero los pacientes que sufren otros trastornos mentales, como el trastorno bipolar, la esquizofrenia, la depresión y la ansiedad, son más propensos a tener también pesadillas. 
La solución: Tratar el trastorno de salud mental es la mejor manera de hacer que las pesadillas también desaparezcan. Además, recuerda que la propia privación del sueño puede provocar pesadillas. Intenta dormir lo suficiente y las pesadillas serán menos frecuentes o desaparecerán por completo. 
Dormir boca arriba 
El dormir boca arriba tiene muchas ventajas: menos arrugas y menos dolor de espalda, por nombrar sólo algunas. Por desgracia, esta posición para dormir también tiene algunas desventajas, entre ellas una mayor probabilidad de tener malos sueños. Las investigaciones sugieren que los que duermen de espaldas son más propensos a tener dificultades para respirar, lo que puede provocar pesadillas en las que se asfixian, son perseguidos o se ahogan. 
La solución: Intenta cambiar su posición para dormir. Los expertos recomiendan dormir sobre el lado derecho. No pasa nada si cambias de posición para dormir durante la noche, pero intenta dormir sobre el lado derecho siempre que puedas. 
Aquí tienes otros consejos que te ayudarán a sobrellevar una pesadilla: 
1. Reconoce la pesadilla y detenla. Cuando tengas un sueño desagradable, mira a tu alrededor los espejos o relojes. En un sueño, suelen tener un aspecto extraño. También puedes intentar pellizcarte la nariz o rascarte la piel. Si no sientes nada, estás soñando. Cuando reconozcas que estás soñando, puedes despertarte. También puedes intentar cambiar el final de tu sueño por tu cuenta. 
2. Empieza un diario de sueños. Un diario de sueños puede ayudarte a entender cómo te influyen tus sueños. Mantén el diario en tu mesita de noche y anota todos tus sueños -tanto los buenos como los malos- a primera hora de la mañana. Puedes llevar la cuenta de tu tiempo total de sueño. Revisa el diario de vez en cuando e intenta comprender por qué te están causando malestar. 
¿Cuándo hay que acudir al médico? Las pesadillas ocasionales no son motivo de preocupación, pero los terrores nocturnos recurrentes pueden ser síntoma de un trastorno de pesadillas o incluso de una afección cerebral subyacente, como la enfermedad de Alzheimer. Consulta a tu médico si experimentas alguno de los siguientes signos 
1. Experimentas pesadillas más de una vez a la semana. 
2. Las pesadillas alteran su estado de ánimo, su sueño o sus actividades cotidianas. 
3. Empezaste a tener pesadillas cuando empezaste a tomar una nueva medicación. SF

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