Todos sabemos lo que es una
pesadilla. Los sueños molestos, aterradores y disfuncionales pueden tener un
efecto profundamente penetrante en nuestras emociones, arrancándonos del sueño.
Lo creas o no, las pesadillas de los adultos son bastante raras; son mucho más
comunes en los niños. Las pesadillas de los adultos pueden ser causadas por una
variedad de hábitos bastante inesperados, así como por medicamentos o
condiciones de salud subyacentes. Repasamos las 6 causas más comunes de las
pesadillas y cómo remediarlas.
Alcohol
Beber unas cuantas copas de
vino puede provocar sueño, por lo que puede creer que pasar una noche de copas
sólo te ayudará a dormir. En realidad, el alcohol afecta a nuestro sueño de una
manera más complicada: al principio, te ayudará a dormir más profundamente,
pero cuando los niveles de alcohol en sangre empiezan a bajar, te hacen tener
un sueño más ligero. Además, el alcohol puede aumentar el tiempo de sueño de
movimientos oculares rápidos (REM). Durante este ciclo de sueño, los sueños
vívidos y las pesadillas son mucho más probables. De este modo, el consumo de
alcohol puede contribuir a las pesadillas.
La solución: Evita
beber demasiado alcohol: limita la cantidad a una o dos copas de vino o a una
bebida fuerte. Además, asegúrate de esperar al menos 3-4 horas antes de
acostarte.
Aperitivos a última hora de la
noche
La digestión es un trabajo
duro para el cuerpo, y esto puede chocar con los ciclos de descanso de tu
cuerpo. “Esto se debe a que tu cuerpo estará trabajando duro para descomponer
la comida y enviará señales a tu cerebro para que esté más activo, lo que puede
desencadenar pesadillas”, dijo Phil Lawlor, un experto en sueño, al Huffington
Post. Cualquier tipo de bocadillos puede provocar pesadillas, pero los
alimentos picantes y dulces tienen un mayor riesgo de causar problemas de
sueño. Los mismos tipos de alimentos también son más propensos a contribuir al
reflujo ácido, que también puede interrumpir el sueño.
La solución: Si puedes,
evita comer 2-3 horas antes de acostarte. Pero si eres un habitual de los
bocadollis nocturnos, hazlo en pequeñas cantidades y elige alimentos y bebidas
conocidos por favorecer el sueño, como el té de manzanilla, el pavo, el pollo o
un puñado de frutos secos y semillas.
Estrés y ansiedad
Los sucesos vitales
traumáticos -tanto los graves, como un mal día en el trabajo, como los graves,
como un accidente de coche- aumentan tus niveles de estrés y fomentan las
preocupaciones, que a menudo se filtran también en tus sueños, provocando
terrores nocturnos. El miedo y el estrés pueden resultar tan abrumadores que
acabas teniendo pesadillas. Esto concuerda con las observaciones científicas
que afirman que las personas que sufren ansiedad y estrés persistente están
predispuestas a padecer un trastorno de pesadillas, una afección en la que las
pesadillas “ocurren a menudo, provocan angustia, interrumpen el sueño, causan
problemas en el funcionamiento diurno o crean miedo a irse a dormir”, según la
Clínica Mayo.
La solución: La buena
noticia es que este tipo de pesadillas suelen desaparecer. Evita los contenidos
de miedo o que induzcan al estrés antes de ir a dormir. Esto significa no leer
libros de miedo, películas de terror o noticias. Para reducir los niveles de estrés
justo antes de acostarse, dedica el tiempo antes de dormir (o cualquier otro
tiempo libre disponible) a relajarte. Toma un baño relajante, da un paseo,
medita, escucha música relajante o haz un poco de yoga.
Medicamentos y suplementos
nutricionales
Aunque los científicos no
están seguros de cómo los medicamentos pueden provocar pesadillas, no es raro
que fármacos como los antidepresivos, los medicamentos para la presión
arterial, los medicamentos para la enfermedad de Parkinson, los betabloqueantes
y los medicamentos utilizados para ayudar a las personas a dejar de fumar
puedan hacer que tengas más pesadillas. Si tomas melatonina para conciliar el
sueño, ten en cuenta que este suplemento también puede desencadenar terrores
nocturnos.
La solución: Cuando se
trata de medicamentos y suplementos, las cosas pueden ser complicadas, ya que
puedes necesitar estos medicamentos para controlar tu salud. Por lo tanto, lo
más seguro es que hables de tus preocupaciones con tu médico y le preguntes si
tienes alguna alternativa que no desencadene pesadillas.
Condiciones de salud mental
Las pesadillas son un síntoma
conocido del trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los enfermos de TEPT
experimentan con frecuencia pesadillas vibrantes en las que reviven los sucesos
traumáticos que causan el trastorno. Pero los pacientes que sufren otros
trastornos mentales, como el trastorno bipolar, la esquizofrenia, la depresión
y la ansiedad, son más propensos a tener también pesadillas.
La solución: Tratar el
trastorno de salud mental es la mejor manera de hacer que las pesadillas
también desaparezcan. Además, recuerda que la propia privación del sueño puede
provocar pesadillas. Intenta dormir lo suficiente y las pesadillas serán menos
frecuentes o desaparecerán por completo.
Dormir boca arriba
El dormir boca arriba tiene
muchas ventajas: menos arrugas y menos dolor de espalda, por nombrar sólo
algunas. Por desgracia, esta posición para dormir también tiene algunas
desventajas, entre ellas una mayor probabilidad de tener malos sueños. Las
investigaciones sugieren que los que duermen de espaldas son más propensos a
tener dificultades para respirar, lo que puede provocar pesadillas en las que
se asfixian, son perseguidos o se ahogan.
La solución: Intenta
cambiar su posición para dormir. Los expertos recomiendan dormir sobre el lado
derecho. No pasa nada si cambias de posición para dormir durante la noche, pero
intenta dormir sobre el lado derecho siempre que puedas.
Aquí tienes otros consejos que
te ayudarán a sobrellevar una pesadilla:
1. Reconoce la pesadilla y
detenla. Cuando tengas un sueño desagradable, mira a tu alrededor los espejos o
relojes. En un sueño, suelen tener un aspecto extraño. También puedes intentar
pellizcarte la nariz o rascarte la piel. Si no sientes nada, estás soñando.
Cuando reconozcas que estás soñando, puedes despertarte. También puedes
intentar cambiar el final de tu sueño por tu cuenta.
2. Empieza un diario de sueños. Un diario
de sueños puede ayudarte a entender cómo te influyen tus sueños. Mantén el
diario en tu mesita de noche y anota todos tus sueños -tanto los buenos como
los malos- a primera hora de la mañana. Puedes llevar la cuenta de tu tiempo
total de sueño. Revisa el diario de vez en cuando e intenta comprender por qué
te están causando malestar.
¿Cuándo hay que acudir al
médico? Las pesadillas ocasionales no son motivo de preocupación, pero los
terrores nocturnos recurrentes pueden ser síntoma de un trastorno de pesadillas
o incluso de una afección cerebral subyacente, como la enfermedad de Alzheimer.
Consulta a tu médico si experimentas alguno de los siguientes signos
1.
Experimentas pesadillas más de una vez a la semana.
2. Las
pesadillas alteran su estado de ánimo, su sueño o sus actividades cotidianas.
3. Empezaste a
tener pesadillas cuando empezaste a tomar una nueva medicación. SF
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