Sabemos que el ejercicio
regular es beneficioso para nuestra salud física. Sin embargo, una nueva
investigación ha demostrado que también puede tener un impacto positivo en su
cerebro y ayudarte a combatir el Alzheimer. Según un nuevo estudio publicado en
la revista Neurology, incluso pequeñas cantidades de ejercicio, como 15 minutos
de caminata u otras actividades físicas, tienen un efecto notable en casi todas
las regiones del cerebro, especialmente en las relacionadas con la memoria. El
estudio afirma además que mantenerse activo beneficia más a las personas
mayores de 70 años, ya que ven un aumento significativo en la materia gris.
“Los resultados de nuestro
estudio indican que incluso pequeños cambios de comportamiento, como caminar 15
minutos al día o usar las escaleras en lugar del ascensor, pueden tener un
efecto positivo sustancial en el cerebro y contrarrestar potencialmente la
pérdida de materia cerebral relacionada con la edad y el desarrollo, de
enfermedades neurodegenerativas”, dice el autor del estudio, el Dr. Ahmad Aziz,
del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas en un comunicado de
prensa. “En particular, los adultos mayores ya pueden beneficiarse de aumentos
modestos de actividad física de baja intensidad”.
Una caminata diaria de 15
minutos puede mejorar la salud de tu cerebro
Se estima que para 2050, el
número de casos de demencia se triplicará. Actualmente, no existe una cura para
la demencia, pero existen medicamentos y otros tratamientos que pueden ayudar
con sus síntomas. Se sabe que el ejercicio es bueno tanto para la mente como
para el cuerpo. Este estudio, sin embargo, es el primero que ha identificado
exactamente cómo y dónde afecta al cerebro. Los autores del estudio dicen que
el cerebro generalmente se considera como un todo en investigaciones
anteriores. Su motivo era echar un vistazo más detallado al cerebro y
comprender qué regiones se veían más afectadas por la actividad física. El
estudio encontró que la actividad física estimula las neuronas en todo el
cerebro, particularmente en el hipocampo, la región que controla la memoria.
Los datos se recopilaron de 2.550 participantes de 30 a 94 años. Para medir su
actividad física, se pidió a todos los participantes que usaran un acelerómetro
en la parte superior del muslo durante siete días.
Además, también se sometieron
a resonancias magnéticas (RMN) que midieron el volumen de su cerebro y el
grosor de la capa externa del cerebro, o corteza. Los resultados mostraron que
la actividad física tenía un impacto considerable en casi todas las regiones
del cerebro, particularmente en áreas con una gran cantidad de mitocondrias que
proporcionan energía al cuerpo. Las regiones del cerebro con muchas
mitocondrias requieren mucho oxígeno y, por lo tanto, necesitan un flujo
sanguíneo adicional. Los autores del estudio afirman que se produce un aumento
del flujo sanguíneo durante la actividad física, lo que podría explicar por qué
estas regiones del cerebro se benefician del ejercicio. Cuanto más alta e intensa
era la actividad física, “más grandes eran las regiones del cerebro, ya sea en
cuanto al volumen o al grosor cortical”. Se dieron cuenta de esto,
particularmente en el hipocampo, y explican que un volumen cerebral más grande
es más fuerte contra la neurodegeneración que uno más pequeño. Sin embargo, los
investigadores notaron que las dimensiones de las regiones del cerebro no
aumentaron linealmente con la actividad física. Notaron que los cambios más
grandes, casi repentinos, se observaron en adultos mayores activos en
comparación con sus pares sedentarios. Además, los participantes jóvenes y algo
atléticos que realizaban actividad física moderada también tenían un volumen
cerebral relativamente alto. En personas mayores aún más activas, estas
regiones eran ligeramente más grandes. Cuanto más activo sea, mayor será el
efecto que tendrá en su cerebro. Los investigadores también buscaron bases de
datos de genes para clasificar las áreas que más se beneficiaron de la
actividad física.
Incluso la actividad física
modesta puede prevenir enfermedades neurodegenerativas
Según los investigadores, los
resultados de su estudio sugieren que incluso pequeños cambios de
comportamiento, como caminar 15 minutos al día o usar las escaleras en lugar
del ascensor, pueden ayudar a contrarrestar la pérdida de materia cerebral
relacionada con la edad y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Las
personas mayores pueden beneficiarse más de aumentos modestos en la actividad
física de baja intensidad.
Un análisis posterior reveló
que existe una superposición considerable entre los genes activados por el
ejercicio y los afectados por la enfermedad de Alzheimer, Parkinson o
Huntington. Los resultados ofrecen una nueva explicación de por qué la
actividad física reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Los
autores del estudio esperan que su investigación proporcione un nuevo impulso
para que las personas se vuelvan más activas físicamente y ayude a promover la
salud del cerebro y prevenir enfermedades neurodegenerativas. JQR
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