Ya con pocas restricciones, o ninguna, y el restablecimiento de los
viajes y la sociabilización en pleno apogeo otra vez, parece que un esperado
aumento de la COVID-19 está a punto de encontrarse con una temporada de
influenza que se reanuda, cosa que daría lugar a la llamada ‘doble pandemia’, o
incluso a una pandemia triple con un tercer virus, el virus sincicial
respiratorio (VSR), que se añadiría a esta combinación.
Hospitales
infantiles saturados en Estados Unidos
Los casos de influenza han comenzado a repuntar de manera más temprana
de lo normal y se espera que aumenten durante las siguientes semanas. Los niños
infectados con VSR (que provoca síntomas parecidos a los de la influenza y el
COVID-19), rinovirus y enterovirus ya están saturando los hospitales infantiles
de varios estados.
«Estamos viendo que todo regresa con mayor fuerza», comentó la Dra.
Alpana Waghmare, especialista en enfermedades infecciosas del Centro de Cáncer
Fred Hutchinson y médico del Hospital Infantil de Seattle (EEUU).
Los expertos en salud pública advirtieron que es probable que los casos
de COVID-19, influenza y VSR sean leves en su mayoría, pero juntos podrían
hacer que millones de estadounidenses se enfermen y desborden los hospitales.
«La inmunidad menguante para el COVID coincide con el impacto de la
influenza que está avanzando y con el VSR», señaló el Dr. Andrew Read,
microbiólogo evolutivo en la Universidad de Pensilvania (EEUU). «Estamos en un
territorio desconocido».
Todos los años, el VSR es el causante de casi 14.000 muertes entre los
adultos de 65 años o más y de hasta 300 decesos de niños menores de 5 años. No
existen vacunas para esa enfermedad, pero al menos hay dos candidatas en las
últimas fases de los ensayos clínicos y parece que tienen mucha eficacia en los
adultos mayores. Pfizer también está desarrollando un medicamento antiviral.
¿Otra
ola de COVID-19 en el hemisferio Norte?
Son pocos los casos de coronavirus, pero están comenzando a aumentar en
algunas partes del país. Muchos países europeos, como Francia, Alemania y el
Reino Unido, están viviendo un repunte en las hospitalizaciones y los
fallecimientos, lo cual hace que a los expertos les preocupe que Estados Unidos
sea el siguiente en experimentar algo similar, como ha sucedido con olas
anteriores.
Algunas de las variantes del coronavirus que están tomando fuerza son
muy hábiles para esquivar la inmunidad y los fármacos como el Evusheld y el
Bebtelovimab, que son especialmente importantes para proteger a las personas
inmunosuprimidas.
Las personas cuyos sistemas inmunitarios están debilitados «siguen
estando en riesgo a pesar de tener las dosis recomendadas o incluso dosis
adicionales de la vacuna», comentó la Dra. Waghmare.
Los especialistas en salud pública están preocupados sobre todo por la
constelación de las variantes de ómicron que, al parecer, esquivan mejor que
las variantes anteriores la inmunidad de las vacunas e incluso la proporcionada
por una infección reciente.
Las últimas vacunas de refuerzo elaboradas por Pfizer y Moderna fueron
diseñadas para las variantes que predominaron el verano pasado, pero no para
estas variantes más nuevas. Sin embargo, los niveles de anticuerpos en general
siguen aumentando y deberían ayudar a prevenir los síntomas graves y a
disminuir la duración de la enfermedad, mencionó la Dra. Aubree Gordon,
investigadora en salud pública de la Universidad de Míchigan (EEUU).
Hasta hace poco, la variante BA.5 fue la que mejor esquivó la inmunidad,
pero está siendo sustituida con rapidez por otras variantes, entre ellas dos
que muestran una habilidad todavía mayor de sortear la inmunidad.
Una de ellas, conocida como BQ.1.1, es la principal candidata a provocar
la ola de invierno y ya ha hecho que los casos aumenten en Europa. Pese a que,
juntas, esta y una variante muy emparentada llamada BQ.1 solo representan el
11% de los casos en Estados Unidos, el porcentaje de ambas se ha elevado con
rapidez, el cual era solo del 3% apenas hace 2 semanas.
Una combinación de dos subvariantes de ómicron llamadas XBB ha estado
originando una ola de casos en Singapur, que es uno de los países con mayores
tasas de vacunación en el mundo. Su subvariante XBB.1 acaba de llegar a Estados
Unidos. También otra variante llamada BA.2.75.2 puede esquivar muy bien la
inmunidad y hace que la enfermedad sea más grave, pero hasta ahora es la
responsable de menos del 2% de los casos en todo el país.
Señales
de una mala temporada de influenza
Antes de que el coronavirus azotara en el mundo, los virus de la
influenza hacían que millones de personas se enfermaran todos los inviernos y
que murieran decenas de miles de estadounidenses. En la temporada 2018-19, la
influenza fue responsable de 13 millones de consultas médicas, 380.000
hospitalizaciones y 28.000 decesos.
La temporada de influenza en el hemisferio sur, que casi siempre es
entre mayo y octubre, sirve muy bien para pronosticar los inviernos en el
hemisferio norte. Este año, la influenza comenzó semanas antes de lo normal en
Australia y Nueva Zelanda, y el número de casos y hospitalizaciones fue
considerablemente más elevado.
La Dra. Gordon hace un seguimiento de las tasas de influenza entre los
niños de Nicaragua, donde la temporada de influenza abarca junio y julio y hay
una más extensa a fines del otoño. Se consideraba que, para el pasado enero,
más del 90% de la población tenía el esquema completo de vacunación contra la
COVID-19 y que muchas personas también habían adquirido la inmunidad derivada
de una o más infecciones.
No obstante, durante la primera mitad de este año, en este país hubo
tasas elevadas tanto de COVID-19 como de influenza. Las tasas de influenza
entre los niños fueron más altas que durante la pandemia de influenza de 2009
y, en promedio, los niños enfermaron más que en los años anteriores. «Hubo
muchas hospitalizaciones», comentó la Dra. Gordon.
En Estados Unidos, la influenza casi siempre comienza a aumentar en
octubre y se prolonga hasta marzo, con picos entre diciembre y febrero, pero en
algunos estados la temporada ya está en curso.
En Estados Unidos, de acuerdo con los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), hasta el 8 de
octubre, a nivel nacional, cerca del 3% de las pruebas para la influenza
resultaron positivas, pero las tasas son mayores al 10% en algunos estados del
sureste y mayores al 5% en la región centro sur. En Texas, la proporción de las
pruebas positivas para la influenza aumentó al 5,3% a principios de octubre,
cuando la semana anterior había sido del 3,7%.
Algunas comunidades se encuentran en un mayor riesgo de enfermedad grave
y hospitalización por influenza. De acuerdo con un informe publicado la semana
pasada por los CDC, durante las temporadas de influenza de 2009 a 2022, las
tasas de hospitalización fueron 80% más elevadas entre los adultos negros, 30%
más altas entre los adultos indígenas de Estados Unidos/nativos de Alaska y 20%
más elevadas entre los adultos latinos, en comparación con los adultos blancos.
Sin embargo, las tasas de vacunación contra la influenza fueron mucho
menores en estos grupos. Si tomamos como base el año pasado, la cobertura de la
vacuna también disminuyó cerca de 9 puntos porcentuales en las mujeres
embarazadas de todos los grupos étnicos y raciales. BP
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