Los ruidos intensos son la principal causa del aumento
de la hipoacusia o sordera en la población, tanto por vivir en la ciudad como
por el uso de dispositivos. La pérdida de audición se detecta cada vez en
edades más tempranas.
Según estiman los expertos, el problema va en
aumento: 3 de cada 4 habitantes de grandes ciudades padecen algún tipo de
sordera por la exposición a ruidos estridentes y 1 de cada 10 acabará siendo
sordo dentro de 30 años si no modifican los factores de riesgo.
El 73 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología
y Cáncer de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), celebrado en Las Palmas de Gran
Canaria, ha reunido a más de 1.500 otorrinolaringólogos y cirujanos de cabeza y
cuello, que han debatido sobre las últimas novedades en el campo y las
propuestas que pretenden paliar la aparición de problemas auditivos.
Factores
que favorecen el aumento de la sordera
La Agencia
EFE habló
con el Dr. Xabier Altuna, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del
Hospital Universitario Donostia (España), quien hizo un repaso de los factores
de riesgo asociados al aumento de la sordera en la población.
El
ruido
El principal responsable de los problemas actuales.
El concepto de ‘ruido’ normalmente está asociado a cualquier sonido que
supere los 90 decibelios (dB), considerándose intenso por encima de los 100 dB.
Claro que también es ruido aquel sonido que, pese a solo alcanzar los 80 dB se
prolonga en el tiempo, de la misma forma que se puede hablar de un ruido
intenso si, estando en los 90 dB, se extiende unos minutos.
En este sentido, es inevitable trazar una línea relacional entre tipo de
vida y sordera. Porque el ámbito en el que nos movemos condicionará nuestra
situación.
«La vida en la ciudad es mucho más ruidosa que el ámbito rural: tenemos
el tráfico, las obras», indicó el Dr. Altuna.
La exposición al ruido puede desembocar en daños en las células ciliadas
del oído interno.
Mal
uso de dispositivos
Escuchar música a todo volumen es muy peligroso.
Aunque percibido como algo inofensivo e ignorado por no tener
consecuencias a corto plazo, es un verdadero problema.
Es más, según estimaciones de la OMS, las personas de entre 12 y 35 años
de países con ingresos medios y altos utilizan dispositivos de audio a niveles
inseguros.
«Empiezan a hacer caso cuando después de una exposición muy prolongada
sufren un tinnitus o acúfeno, es decir, un pitido del oído», aseguró el
otorrinolaringólogo.
Fármacos
Pueden afectar al oído interno.
Ciertos fármacos pueden alterar el estado de nuestro oído interno. Esto
dependerá de la dosis, la extensión del tratamiento, predisposición genética,
etc. Por ello, debemos ser conscientes de las contraindicaciones de los
medicamentos.
Alimentación
No tiene la trascendencia de los otros dos, pero
influye.
Aunque no existen muchos estudios al respecto, la alimentación, pese a
no tener el mismo peso que el ruido en lo que al aumento de la sordera
poblacional respecta, sigue siendo un factor importante.
En este sentido, el Dr. Luis Lassaletta, presidente de la Comisión de
Otología de la SEORL-CCC habló de la mala alimentación como un factor
influyente en la hipoacusia.
Y es que los alimentos con alto contenido en azúcar y las bebidas
alcohólicas se asocian con la pérdida auditiva relacionada con la edad. En esta
misma línea, la obesidad, hipertensión, el aumento del colesterol o la diabetes
también se relacionan con la sordera.
¿Se
pueden revertir los daños?
Los daños se pueden prevenir, evitando
fundamentalmente la exposición del ruido. Así lo ha señalado el Dr. Xabier
Altuna. Pero en lo que a la reversibilidad se refiere, es más cauto.
«Si es un daño muy reciente se puede revertir con antinflamatorios, los
llamados esteroides, en el caso de que sea diagnosticado enseguida», apuntó.
Pero cuando hablamos de un daño crónico, a largo plazo, lo más habitual
es que pase lo contrario. De ahí que el experto enfatice en la importancia de
las campañas de prevención.
Recomendaciones
El Dr. Luis Lassaletta aseguró que la pérdida de
audición es clasificada como la tercera causa de años vividos con discapacidad,
detrás del dolor lumbar y de la migraña. Una realidad que afecta a tantos debe
contemplarse desde otra perspectiva.
Aunque los consejos son obvios, es necesario indicar que debemos:
·
Protegernos frente al ruido en
lugares de trabajo o conciertos.
·
Evitar el uso prolongado de
reproductores de audio.
Otras realidades de la sordera
Pero más allá de factores condicionantes que pueden
evitarse, el tratamiento temprano también es algo a destacar: Y es que en niños
casi el 60% de los casos de pérdida de audición podrían prevenirse con una
detección precoz de la otitis media o mediante la vacunación frente a la
rubeola y la meningitis.
Cinco de cada mil recién nacidos padecen algún tipo de sordera, lo que
en España supone una cifra de 1890 niños con afecciones auditivas al año.
Además, el 80% de las sorderas infantiles están presentes desde el nacimiento
(congénito, mayoritariamente).
Para
que la hipoacusia no sea limitante
La Dra. Isabel García López, secretaria de la
SEORL-CCC, advirtió de la importancia de acudir a un otorrinolaringólogo y
cirujano de cabeza y cuello para conseguir que la hipoacusia no sea tan
limitante para la vida cotidiana.
Para paliar la pérdida auditiva, los audífonos y los implantes cocleares
consiguen mejorar la calidad de vida del paciente, aunque en algunos casos es
necesario una cirugía de alta complejidad. BP
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