Un nuevo estudio demostró que la culebrilla,
también conocida como herpes zóster, está asociada con casi un 30% más de
riesgo a largo plazo de un evento cardiovascular importante como un derrame
cerebral o un ataque al corazón.
Este riesgo podía persistir incluso hasta 12
años después de la infección, reveló el trabajo.
Los resultados se publicaron en el Journal
of the American Heart Association.
“Nuestros hallazgos sugieren que el herpes zóster
tiene implicaciones a largo plazo y resaltan la importancia de los esfuerzos de
salud pública para la prevención”, dijo la doctora Sharon Curhan, autora
principal y epidemióloga en el Brigham and Women's Hospital de Boston.
“Dado el creciente número de estadounidenses en
riesgo de contraer esta enfermedad dolorosa y a menudo incapacitante y la
disponibilidad de una vacuna eficaz, la vacunación contra la culebrilla podría
brindar una valiosa oportunidad para reducir la carga de la culebrilla y reducir
el riesgo de complicaciones cardiovasculares posteriores”, agregó Curhan.
Aproximadamente 1
de cada 3 personas desarrollará herpes zóster en su vida, y se proyectan más casos a medida que la población envejece
y más personas tienen inmunidad comprometida debido a una enfermedad o al uso
de medicamentos.
La culebrilla a menudo causa una erupción dolorosa y
puede ocurrir en cualquier parte de la cabeza o el cuerpo. La culebrilla es
causada por el virus varicela zoster, el mismo virus que causa la varicela.
Después de que una persona tiene varicela, el virus permanece en su cuerpo por
el resto de su vida.
Años e incluso décadas después, el virus puede
reactivarse como culebrilla. Casi todas las personas de 50 años o más en los
Estados Unidos se han infectado con el virus de la varicela y, por lo tanto,
corren el riesgo de que sus organismos reactiven el herpes zóster.
Todo aquél que haya padecido varicela tiene
el virus latente en su cuerpo, que se mantiene ‘escondido’ en los ganglios
nerviosos después que la persona se curó.
Esto puede provocar la aparición posterior —incluso
décadas después de haber tenido varicela— del herpes zóster
(shingles, culebrilla), una condición que es muy dolorosa.
Según explica un reporte del Programa Mundial de
Vacunas e Inmunización de la OMS “en el 10-20% de los casos, la varicela
va seguida, años más tarde de herpes zóster, una erupción vesicular dolorosa
que se distribuye siguiendo los dermatomas (las erupciones de la varicela). La
mayor parte de los casos de herpes zóster se producen después de los 50 años de
edad o en personas inmunodeprimidas".
La complicación más común del herpes zóster es la
neuralgia posherpética. Esta condición afecta las fibras nerviosas y la
piel, causando un dolor ardiente que dura mucho tiempo después de que
desaparecen la erupción y las ampollas de la culebrilla. Sin embargo, un
creciente cuerpo de evidencia sugiere que la reactivación del virus puede tener
efectos secundarios aún más duraderos.
Este virus se ha detectado en vasos sanguíneos grandes
y pequeños, que con el tiempo pueden causar inflamación y cambios vasculares
crónicos. Estos cambios pueden aumentar el riesgo de bloqueos en los vasos
sanguíneos, flujo sanguíneo restringido y eventos cardiovasculares como
accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
Los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades (CDC) recomiendan que las personas mayores de 50 años se vacunen
para protegerse de la culebrilla.
Detalles
del estudio
El estudio
longitudinal prospectivo siguió a tres grandes
cohortes de Estados Unidos de más de 200.000 mujeres y hombres: el Estudio de
Salud de Enfermeras y el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud.
Los participantes no tenían antecedentes de
accidente cerebrovascular o enfermedad coronaria. El equipo recopiló
información sobre herpes zóster, accidente cerebrovascular y enfermedad
coronaria mediante cuestionarios recopilados cada dos años y confirmó los
diagnósticos con la revisión de registros médicos.
El equipo siguió a los participantes hasta por 16
años y evaluó si aquellos que habían desarrollado culebrilla tenían un mayor
riesgo de accidente cerebrovascular o enfermedad coronaria años después del
episodio de culebrilla.
Los investigadores rastrearon las incidencias de accidentes cerebrovasculares y
enfermedades coronarias, definidas como tener un
infarto de miocardio no fatal o fatal (ataque cardíaco) o un procedimiento de
revascularización coronaria. También evaluaron un resultado combinado de
enfermedad cardiovascular, que incluía accidente cerebrovascular o enfermedad
coronaria, lo que ocurriera primero.
Los resultados mostraron que las personas que
habían desarrollado culebrilla anteriormente tenían un riesgo a largo plazo un
30% mayor de sufrir un evento cardiovascular importante en comparación con las
que no habían tenido culebrilla, y el riesgo elevado puede persistir durante 12
años o más después de haber tenido culebrilla.
Debido al momento, gran parte del estudio se llevó
a cabo en el período anterior a que las vacunas contra la culebrilla estuvieran
ampliamente disponibles. Incluso después de su introducción, la aceptación de
la vacunación ha sido generalmente baja. Debido a estas limitaciones, los
investigadores no pudieron evaluar si el estado de vacunación puede influir en
la asociación del herpes zóster y el riesgo a largo plazo de un evento
cardiovascular importante.
A medida que más personas elijan recibir la vacuna
contra la culebrilla, los estudios futuros podrían examinar si la vacunación
influye en la relación entre la culebrilla y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Curhan agrega: “Actualmente estamos recopilando información sobre vacunación
entre nuestros participantes y esperamos realizar estos estudios en el futuro”. HD
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