Abad y
obispo, 24 de Junio
Elogio: En el monasterio de Lobbes, en
Austrasia, san Teodulfo, obispo y abad.
País: Bélgica - †: 776
El
monasterio de Lobbes fue una de las grandes fundaciones merovingias, en el que
en aquel momento era el reino franco de Austrasia, en la actual Bélgica. Sus
primeros abades habían sido san Ursmaro y san Erminio. En aquella época estos
grandes emprendimientos, promovidos e impulsados por la corona, servían a la
vez de focos de irradiación en medio de una población sumida aun en el
paganismo religioso y el atraso cultural. Por ello mismo los abades recibían
junto con su consagración abacial la ordenación episcopal, aunque normalmente
sin sede, como obispos evangelizadores.
A este
contexto pertenece san Teodulfo, enviado por Carlomán, hermano de Pipino el
Breve y mayordomo del palacio de Austrasia, quien realizó una importantísima
labor de fundación de monasterios (entre ellos el de Fulda), apoyó activamente
las reformas de san Bonifacio, y fue él mismo un reformador de las costumbres
del clero.
San
Teodulfo fue consagrado abad y obispo de Lobbes por orden de Carlomán a la
muerte de san Erminio, es decir, hacia el año 737, y gobernó el monasterio por
un largo período, hasta el 776, cuando reinaba ya Carlomagno, así que fue
testigo del cambio de época, con los comienzos de la dinastía Carolingia.
Su fama
de santidad y virtudes va unida a la de sus milagros. Un cronista del
monasterio cuenta que -por esta fama de milagros- quisieron trasladar el cuerpo
de san Teodulfo desde el monasterio hasta un pueblo, pero que el santo, una vez
desplazado, no hizo ni un solo milagro, al punto que se lo regresó al
monasterio, en el que volvió a curar a ciegos, cojos, mudos, y todos los
aquejados con todo género de males y dolencias.
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