Texto
del Evangelio (Mt 10,26-33): En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres. Pues
no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de
saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que
oís al oído, proclamadlo desde los terrados.
»Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden
matar el alma; temed más bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y
cuerpo en la gehena. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno
de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a
vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis,
pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
»Porque todo aquel que se declare por mí ante los
hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que
está en los cielos».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús nos transmite esperanza. A veces hay mucho
ruido en el mundo: en la calle, en la televisión… Frecuentemente, mucho ruido
acompañado de malas noticias. Y todo eso nos asusta. Dios, en cambio, actúa al
revés: poco ruido y mucho bien. ¿Te acuerdas de Herodes? Mucho ruido y nada
bueno. No consiguió nada. ¿El gobernador Pilatos?…
—Herodes se acabó, Poncio Pilatos se acabó… Aquí quien
reina es Jesús, el eterno Dios. ¡Si rezas, le oirás!
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