Durante todo el mes de septiembre, la Iglesia
celebra el mes de la Santa Biblia y presta especial atención a la Palabra de
Dios contenida en las Sagradas Escrituras.
La primera exhortación apostólica del Papa
Francisco: ‘La alegría del Evangelio’ contiene material valioso para celebrar
encuentro de oración alrededor de la Palabra de Dios.
¿Por qué celebramos la Biblia en septiembre?
Para nosotros, los Cristianos Católicos, septiembre
es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San
Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la
Biblia al latín.
San Jerónimo nació en Dalmacia, cerca del año 340 y
murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del
griego y el hebreo al latín.
La traducción al latín de la Biblia hecha por San
Jerónimo, llamada la Vulgata
(de vulgata editio, ‘edición para el pueblo’), ha sido hasta la promulgación de
la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana.
En este mes, la Iglesia Católica llama a la
población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios.
La Nueva Evangelización nos exige este conocimiento
de la Palabra para afrontar los nuevos desafíos. En una realidad que cambia
constantemente y es necesario sembrar en ella la semilla del Evangelio, para
que el mensaje de Jesús llegue a ser una interpretación válida, comprensible,
esperanzadora y relevante para la vida del hombre y de la mujer de hoy
La intención, es que, durante este mes, en todas
las comunidades cristianas o grupos familiares, se desarrollen algunas
actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra
de Dios.
La palabra de Dios se configura como alimento
espiritual para la vida de todo Cristiano. Los mensajes, parábolas y
vivencias contenidas en la Biblia nos permiten entender y comprender la gran
obra de salvación de Jesucristo.
¿Qué dijo el Papa Francisco sobre la Biblia?
“Nosotros los cristianos tenemos que tener un único
objetivo en nuestra vida de fe y es poner la Biblia en el centro de nuestra
vida cristiana para que ella sea una brújula, pero también para que ella sea
como la primavera de nuestra vida espiritual, para que ella sea la que nos
indique el camino a seguir, pero sobre todo porque como decía San Jerónimo:
quien desconoce la escritura desconoce la persona de Jesús”.
¿Qué dice el Catecismo?
La Biblia es alimento de la vida espiritual, y
todos los cristianos deben tener un fácil acceso a la Sagrada Escritura (Cat. 131). Es el alma de la teología,
la predicación y la catequesis (Cat. 132).
La Iglesia recomienda la lectura ‘asidua’
(frecuente, cotidiana) de la Sagrada Escritura. Desconocerla, es desconocer a
Jesús. En cambio, quienes la disfrutan, adquieren la mente de Cristo (Cat. 133. Comp. 24).
Esperemos que el Espíritu Santo haga que algunos de
estos elementos nos toquen la mente y el corazón, y nos ayuden a acercarnos al
libro más leído en la historia de la humanidad, en el cual el Padre Celestial
sale a dialogar con sus hijos (Cat. 103),
y del que se conservan los manuscritos más cercanos al original. Y a
través de él conocer, amar y seguir a Jesús, que es lo propio del cristiano.
San Juan Pablo II, nos dejó además unas palabras hermosas sobre esta
celebración de la Biblia en Septiembre: “Los católicos durante el mes de septiembre debemos
dedicarlo a impulsar el conocimiento y divulgación de los textos bíblicos con
mayor énfasis, ya que quien se llame cristiano tendría que conocer la historia
de la salvación y la Palabra de Dios, interpretadas auténtica y fielmente por
el Magisterio de la Iglesia”.
Métodos para leer la Biblia y sacarle el mejor provecho
Lectio Divina
Es una celebración de la Palabra que se remonta a
tiempos antiquísimos y su método se atribuye al monje Orígenes. Se puede
celebrar en comunidad, en familia o de modo individual.
La Lectio Divina o lectura orante de la Biblia
consiste en el estudio de la Palabra en un dialogo íntimo con Dios.
Lectura del texto Bíblico
Relectura, búsqueda de términos complicados y
reconstrucción imaginaria de los hechos tal y como son descritos letra a letra.
Meditación
Consiste en el análisis del mensaje de Salvación
que el texto ofrece y la enseñanza para la vida que contiene.
Oración
Es la respuesta que das a Dios después de haber
escuchado su Palabra, el ofrecimiento de tu vida y la solicitud de su
misericordia siempre en sintonía con el mensaje leído
Contemplación
Es la cuestión de interiorizar el mensaje, es
preguntarse qué quiere Dios de mi con este mensaje de Salvación, ¿a qué voy a
comprometerme?
Si la Lectio Divina se hace en casa, se recomienda
estar libre de distracciones y crear un clima de santidad; realizarlo frente a
un crucifijo, con una vela encendida y comenzando con un acto penitencial y la
invocación al Espíritu Santo.
Recomendaciones
para leer la Biblia
Orar al Espíritu Santo para recibir su luz y
entendimiento.
·
Leer con
humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.
·
Interpretar
según la Iglesia. La humildad exige que se pregunte y estudie.
·
Leer la
Biblia con frecuencia para beber más de la fuente.
·
Leer con el
fin de amar y obedecer mas a Dios y amar mas al prójimo
·
No buscar
en la Biblia ciencia natural sino un mensaje espiritual.
Pregunta en tu parroquia que actividades se desarrollarán durante este
mes e intégrate a las celebraciones, retiros espirituales, sesiones de estudio,
etc. que te ofrezcan, no desperdicies nada de la riqueza que puedes llegar a
poseer en el estudio de la Biblia en el seno de la Iglesia que la escribió.
Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de
Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus
hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual. PdeF
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