Eremita,
29 de Septiembre
Elogio: En
Palestina, san Quiríaco, anacoreta, de vida austerísima, que habitó en cuevas
hasta casi nonagenario y fue ejemplo de anacoretas y defensor de la verdadera
fe contra los errores de los origenistas.
País: Israel - †: 557
Nació en Corintio el 9 de enero del 449. Deseoso de perfección, se
retiró a Palestina y recibió el hábito de san Eutimio, uno de los padres del
monaquismo palestinense. Sin embargo, juzgándolo demasiado joven de edad, no pudo
quedarse entre ellos. Quiríaco entonces se retiró entre los discípulos de san
Gerásimo, que vivían a orillas del Jordán. Aquí transcurrieron nueve años de
noviciado. A la muerte de sus dos maestros volvió a la «laura» de san Eutimio
otros nueve años. En el curso de su larga existencia cambió varias veces de
residencia monástica.
En su tiempo, la vida en los monasterios se encontraba gravemente
turbada por divisiones y contrastes sobre las doctrinas teológicas no aclaradas
aun en los concilios. Quiríaco fue llamado a hacer frente con su autoridad a
los monjes que sostenían las teorías origenistas. Su biógrafo, llamado Cirilo
de Escitópolis, se acercó al monasterio de Susakim para hacerle una visita, y
lo encontró en compañía de un gran león que vivía con él como si se tratara de
un perro guardián. Murió en la gruta de San Caritón a la edad de 108 años, a
inicios del 557.
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