Texto
del Evangelio (Lc 12,35-38): En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén ceñidos vuestros lomos y las
lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la
boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los
siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se
ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que
venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de
ellos!».
Comentario del Evangelio
Hoy Jesús hace una declaración llamativa: Dios —que es
nuestro Dios— desea ser nuestro ‘siervo’. Preguntémonos: en el universo de las
religiones, ¿hay alguna otra religión que crea en un ‘Dios-siervo’? No,
radicalmente no. Tal atrevimiento es exclusivo del cristianismo.
—Por si fuera poco, para la fe cristiana el
‘Dios-siervo’ no es ninguna novedad. En efecto, la profecía de Isaías (unos 600 años antes de Cristo) dedica
amplio espacio (especialmente, el
capítulo 53) al ‘Siervo sufriente de Yahvé’: se refería a la pasión de
Jesucristo. ¿Lo sabías?
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