Las
palabras del Papa fueron pronunciadas en la Plaza de San Pedro, al final de la
catequesis semanal entre unas 20 mil personas que acudieron a la Ciudad del
Vaticano para verlo y escucharlo.
El
manifestó su preocupación por “la posible prolongación del conflicto” y agregó
con énfasis: “mientras en el mundo ya hay muchos frentes de guerra abiertos.
¡Callen las armas! ¡Se escuche el grito de paz de los pueblos, de la gente, de
los niños! Hermanos y hermanas, la guerra no resuelve ningún problema, solo
siembra muerte y destrucción, aumenta el odio y multiplica la venganza. La
guerra cancela el futuro. Exhorto a los creyentes a tomar en este conflicto una
sola parte: la de la paz; pero no de palabra, con la oración, con la dedicación
total”.
Finalmente,
el Papa comunicó una convocatoria: “Pensando en esto, he decidido convocar, el
viernes 27 de octubre, una jornada de ayuno y oración, de penitencia, a la cual
invito a unirse, de la forma que consideren oportuno, a las hermanas y los
hermanos de las varias confesiones cristianas, los pertenecientes a otras
religiones y a cuantos tienen en el corazón la causa de la paz en el mundo. Esa
tarde a las 18.00 en San Pedro viviremos, en espíritu de penitencia, una hora
de oración para implorar sobre nuestros días la paz, la paz en este mundo. Pido
a todas las Iglesias particulares que participen, preparando iniciativas
similares que involucren al Pueblo de Dios”.
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