Los
científicos han descubierto recientemente que las proteínas tardígradas
ralentizan el metabolismo de las células humanas, lo que sugiere una posible
vía para la tecnología antienvejecimiento.
Los
tardígrados, a menudo conocidos como osos de agua, se encuentran entre los
organismos más resistentes de la Tierra y muestran una capacidad de
supervivencia excepcional en condiciones severas. Desafían las probabilidades
al resistir la desecación total, temperaturas superiores a 150 grados Celsius,
radiación extrema cientos de veces por encima de la tolerancia humana e incluso
sobrevivir al duro vacío del espacio.
Investigaciones
anteriores han demostrado que estas diminutas criaturas, que miden menos de
medio milímetro de largo, pueden quedar inactivas como mecanismo defensivo
cuando se enfrentan a condiciones ambientales significativas.
Investigadores
de la Universidad de Wyoming (UW) en Estados Unidos han estado trabajando para
comprender los complejos procesos utilizados por los tardígrados para entrar y
salir de la animación suspendida en respuesta a factores estresantes
ambientales. Sus hallazgos arrojan luz sobre el uso de proteínas en las células
tardígradas, que provocan la formación de gel y ralentizan eficazmente
funciones vitales clave.
Se
demostró que estas proteínas generan un estado similar a un gel en las células
humanas, ralentizando el metabolismo celular de la misma manera que lo hacen
los tardígrados. Además, los científicos descubrieron que las células humanas
que producían estas proteínas tardígradas eran más resistentes a diferentes
estímulos cuando se ponían en animación suspendida. Sorprendentemente, se
descubrió que este proceso de imbuir a las células humanas con características
tardígradas era reversible.
“Cuando
se alivia el estrés, los geles tardígrados se disuelven y las células humanas vuelven
a su metabolismo normal”, dijo el coautor del estudio Thomas Boothby de la
Universidad de Washington.
Investigaciones
anteriores encontraron que las versiones de proteínas tardígradas tienen el
potencial de mejorar la estabilidad de un importante fármaco utilizado en el
tratamiento de la hemofilia (un trastorno hemorrágico hereditario en el que la
sangre no coagula adecuadamente). Los investigadores creen que este
descubrimiento revolucionario puede allanar el camino para avances
significativos en tecnologías que se pueden utilizar para
estabilizar importantes productos farmacéuticos sin necesidad de refrigeración.
Más
importante aún, este nuevo hallazgo proporciona evidencia de que las proteínas
de los tardígrados pueden mejorar el potencial de almacenamiento de
tratamientos como las células madre y hacer que los tratamientos que salvan
vidas sean accesibles para las personas donde la refrigeración no es posible.
Los detalles del estudio fueron publicados en la revista Protein Science.
JQR
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