Ofrecemos estos
breves puntos con la intención de que puedan servir para la meditación
individual o comunitaria. Son tomados de las lecturas y de las oraciones de la
misa del domingo 1 de septiembre de
2024.
Se dividen en tres
partes: lo que Dios nos dice (con un comentario que nos puede ayudar a
comprender el Evangelio); lo que nosotros podemos decirle a Él como respuesta;
y de qué modo podemos llevarlo a la vida cotidiana. Dios quiera que ayuden a
muchos a dedicarle, cada domingo, un tiempo especial a Dios, nuestro Señor.
Dios nos habla
•
Moisés habló al pueblo diciendo: “Y ahora, Israel,
escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en
práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les
da el Señor, el Dios de sus padres. No añadan ni quiten nada de lo que yo les
ordeno. Observen los mandamientos del Señor, su Dios, tal como yo se los
prescribo… Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y
prudentes” (Deut 4,1-2.6).
•
“Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escúchenme
todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede
mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre… Porque es del
interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones,
las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la
maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el
orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las
que manchan al hombre»” (Mc
7,14.15.21-23).
•
“Dejen de lado, entonces, toda impureza y todo resto de
maldad, y reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de
salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla” (Sant 1,21-22).
Reflexión
“La tradición de sus
mayores que ellos afectaban observar como derivada de la ley era contraria a la
ley dada por Moisés. Por eso dice Isaías: Tus taberneros echan agua al vino,
indicando que al austero precepto de Dios los mayores habían mezclado una
tradición aguada, esto es, una ley adulterada y contraria a la Ley, como lo
manifestó el Señor, diciéndoles: ¿Por qué vosotros anuláis el mandamiento de
Dios por mantener vuestra tradición?
Y no sólo anularon la
ley de Dios por sus transgresiones, echando agua al vino, sino erigiendo en
contra de ella su propia ley, ley que todavía hoy se llama «farisaica». En esta
ley quitan unas cosas, añaden otras e interpretan no pocas a su capricho. De
todo esto se sirven particularmente sus propios maestros.
Queriendo reivindicar
dichas tradiciones, no quisieron someterse a la ley de Dios, que los orientaba
hacia la venida de Cristo, antes bien, recriminaban al Señor porque curaba en
sábado, cosa que ciertamente —como ya dijimos— la ley no prohibía, ya que, en
cierto modo, ella también curaba circuncidando al hombre en sábado, pero se
cuidaban muy bien de inculparse a sí mismos por transgredir el precepto de Dios
en nombre de la tradición y de la mencionada ley farisaica, no teniendo en
cuenta el principal mandamiento de la
ley, que es el amor a Dios” San
Ireneo de Lyon, Tratado contra las herejías (Lib 4, 12,1—13,3).
Nosotros le hablamos
•
Ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día. Tú,
Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te
invocan (antífona de entrada).
•
Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, infunde en
nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa
nuestra vida, acrecientes en nosotros lo que es bueno y con tu amor de Padre lo
conserves constantemente. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén (Oración colecta).
•
Qué grande es tu bondad, Señor. Tú la reservas para tus
fieles (antífona de Comunión).
Nuestra vida cambia
•
¿Tratamos de vivir según la voluntad de Dios por amor a Él?
•
¿Conocemos lo que hay en nuestro corazón, lo bueno para darle
gracias a Dios y lo malo para arrepentirnos y pedirle a Dios que nos ayude a
cambiar?
•
¿Descubrimos que la voluntad de Dios es el camino de nuestra
felicidad y vida verdadera?
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