Una
adicción comportamental es aquella conducta repetida que resulta placentera al
principio, pero que acaba convirtiéndose en actos impulsivos-compulsivos que no
son fáciles de controlar. Una que está adquiriendo especial auge en los últimos
años es la relacionada con el teléfono móvil, puerta de entrada para otras
adicciones, como a las redes sociales, a las compras, al juego
online…
Lo
cierto es que cada vez estos aparatos son más completos y participan en
prácticamente todos los ámbitos de la vida, incluido el trabajo, pues facilita
la actividad laboral fuera del horario laboral.
Eso
sí, en la Guía clínica sobre adicciones comportamentales de Socidrogalcohol se
recuerda que no todas aquellas personas con uso/abuso del teléfono se deben
considerar adictos. En este sentido, es necesario valorar si este
comportamiento resulta patológico y si se encuentran involucrados en el
desarrollo de la misma la ansiedad, impulsividad o neuroticismo.
“Puede
parecer exagerado, pero muchas personas con teléfono móvil ‘sufren’ si se han
quedado sin batería o cobertura, pueden presentar ansiedad, malestar, pánico,
sudores si pierden el móvil, si no pueden contestar a las llamadas o mensajes,
en este fenómeno se llama nomofobia”, apunta el documento.
Sobre
el consumo de redes sociales, la plataforma Cibervoluntarios recuerda que
aplicaciones como Instagram o Tiktok ofrecen la posibilidad de controlar el
tiempo dedicado a ellas. En ajustes, el usuario puede ver tanto los minutos que
ha pasado consumiendo estas redes o cómo establecer un límite de tiempo para
que, cuando se alcance, el teléfono móvil avise con una notificación.
Antón
Durán, director de la Fundación Hay Salida para el tratamiento de las
adicciones, explica que uno de los grandes peligros de estas plataformas es
mostrar vidas idealizadas. Según el experto, cuando muchos usuarios, sobre todo
adolescentes, consumen durante todo el día este tipo de contenidos y, por
ejemplo, comparan de forma constante su físico con el que ven en estas
plataformas, es frecuente que no solo quede afectada su salud mental, también
la física. En este sentido, pueden desarrollar un trastorno de la conducta
alimentaria (TCA). “Casi todos los trastornos de personalidad o de alimentación
nacen en la adolescencia”, afirma.
Por
otra parte, “cada vez que entra un paciente en la fundación, tenga la adicción
que tenga, no puede utilizar un smartphone, sino un teléfono de teclas que no
tenga acceso a Internet”, indica Durán, quien añade que un consejo para limitar
el tiempo en estas aplicaciones es directamente eliminarlas del móvil.
Asimismo,
el experto apunta que otra recomendación es desactivar las notificaciones, que
aparecen constantemente y afectan a la atención. “La atención la tenemos
fragmentada y sobre todo en la gente que es más vulnerable puede generar
ansiedad y trastornos de déficit de atención”, lamenta.
Otros
consejos de los expertos para reducir el tiempo de uso del teléfono móvil son:
-Buscar
otros hobbies que sustituyan su uso. Un buen hábito con beneficios para el
cerebro es la lectura.
-Hacer
ejercicio físico.
-Tratar
de no mirar el móvil cuando se esté compartiendo tiempo con otras personas,
como amigos o familiares.
-Intentar
dejar el teléfono móvil fuera de la habitación por las noches. De esta manera,
no se caerá en la tentación de mirarlo mientras se trata de conciliar el
sueño.
-Restringir
la participación en grupos de mensajería instantánea para tener así más tiempo
extra.
-Poner
en modo avión el móvil siempre que se esté comiendo.
Síntomas
de que puedes ser adicto al móvil
El
programa terapéutico Desconect@ indica que las señales de riesgo de una
adicción al uso de estos dispositivos son:
-Pasar
demasiado tiempo en la habitación.
-Enfadarse
o cambiar de humor si en un momento dado se restringe el uso del aparato.
-Sufrir
cambios emocionales repentinos.
-Hablar
o mandar mensajes por teléfono sin descanso.
-Utilizar
el móvil en sitios inadecuados y/o a deshoras.
-Se
produce una falta de comunicación con la familia, así como un bajo rendimiento
escolar.
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