Cristo en la Ciudad – Ella llega cuando todo parece
hundirse.
Andén húmedo. Lluvia que no cesa. Olor a sal y a
motor.
A veces, la ciudad es un puerto sin horizonte. Todo
va rápido. Todo pesa. Todo parece romperse. Y el alma… flota como puede.
Entonces, llega Ella. No como sirena que canta
ilusiones, sino como Madre que lanza redes. No para atraparte, sino para
salvarte.
La Virgen del Carmen no es un mito del mar. Es
presencia silenciosa en los naufragios cotidianos:
— la ansiedad que no dejas ver,
— las noches sin respuestas,
— los miedos que no entienden ni los más cercanos.
No viene a prometer que no habrá tormentas. Viene a
recordarte que no estás solo en la barca. Y que su escapulario no es un
amuleto… es un abrazo tejido de fe, una promesa en medio del oleaje.
Ella llega cuando todo parece hundirse. Y no te
rescata del mar… te enseña a mirarlo con otros ojos. RM
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