Las
buenas intenciones no siempre conducen a buenos resultados, especialmente
cuando se trata de hábitos de salud. Muchas tendencias populares de bienestar
que lucen bien en las redes sociales o suenan lógicas en teoría podrían estar
socavando sus objetivos de salud. Los expertos médicos están cada vez más
preocupados por cómo ciertas prácticas ‘saludables’ pueden resultar
contraproducentes y provocar problemas inesperados como deficiencias de
nutrientes, problemas metabólicos e incluso complicaciones de salud a largo
plazo. Veamos algunos hábitos de salud comunes que, según los médicos, podrían
estar haciendo más daño que bien y aprendamos qué recomienda la ciencia en su
lugar.
1. Eliminar
todo el azúcar
A
menudo se culpa al azúcar de una variedad de problemas de salud y, si bien los
azúcares refinados que se encuentran en los alimentos procesados deben
limitarse, no es necesario eliminar por completo el azúcar. La Asociación Estadounidense
del Corazón sugiere mantener los azúcares agregados a no más del 6% de la
ingesta calórica diaria. Para la mayoría de las mujeres, eso es alrededor de
100 calorías (6 cucharaditas) y para los hombres, alrededor de 150 calorías (9
cucharaditas).
Sin
embargo, no todos los azúcares son iguales. Los azúcares naturales que se
encuentran en las frutas frescas aportan nutrientes esenciales, mientras que
los azúcares refinados añaden calorías vacías sin ningún beneficio nutricional.
Según los expertos, el cuerpo procesa todo el azúcar de la misma manera, ya sea
azúcar de mesa, miel o néctar de agave. La clave es la moderación, no la
eliminación total.
2. Eliminar
todos los carbohidratos
Los
carbohidratos suelen tener mala reputación, pero son la principal fuente de
energía del cuerpo. Eliminarlos por completo puede provocar antojos y niveles
bajos de energía. Los expertos afirman que elegir el tipo correcto de carbohidratos
marca la diferencia.
En
lugar de carbohidratos refinados que provocan picos de azúcar en sangre, como
el pan blanco y los pasteles, opta por carbohidratos complejos que contienen
fibra y mantienen estables los niveles de energía. Los cereales integrales, las
legumbres y las verduras son buenas opciones que proporcionan energía duradera,
y nutrientes esenciales. En lugar de eliminar los carbohidratos por completo,
centrarte en el equilibrio es un enfoque más sostenible.
3. Hacer
ejercicio en exceso
Esforzarte
en el gimnasio a veces puede hacer más daño que bien. Hacer ejercicio de forma
demasiado intensa sin un descanso adecuado puede provocar lesiones, agotamiento
y un aumento de los niveles de cortisol, lo que puede contribuir al aumento de
peso. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan
entre 150 y 300 minutos de actividad de intensidad moderada o entre 75 y 150
minutos de actividad vigorosa por semana.
Los
expertos aconsejan aumentar gradualmente la intensidad del ejercicio mientras
permites permites que el cuerpo se recupere. Las actividades más ligeras,
como el yoga o caminar, pueden ser beneficiosas en los días de descanso. El
progreso sostenible en la forma física se logra con la constancia, no con el
esfuerzo excesivo.
4. Adoptar
una dieta estrictamente vegana sin una planificación adecuada
Una
dieta basada en plantas puede ser una gran opción, pero sin una planificación
cuidadosa puede provocar deficiencias de nutrientes. Algunas personas se lanzan
al veganismo sin tener en cuenta la necesidad de nutrientes clave como la
vitamina B12, el zinc y el calcio, que se encuentran comúnmente en los
productos animales.
Los
dietistas señalan que es fundamental garantizar la variedad y el equilibrio de
nutrientes. Si bien las dietas basadas en plantas pueden ser beneficiosas,
puede ser necesario agregar alimentos fortificados o suplementos para
satisfacer las necesidades nutricionales. Algunos expertos sugieren una dieta
‘principalmente vegetal’ más flexible en lugar de evitar estrictamente los
productos animales, lo que permite un mejor equilibrio y la facilidad para mantener
una nutrición adecuada.
5. Depender
de suplementos antioxidantes en dosis altas
En un
momento dado, se creía que las dosis altas de antioxidantes como la vitamina C,
la vitamina E, el selenio y el zinc reducían el daño muscular y mejoraban la
recuperación. Sin embargo, investigaciones más recientes sugieren que tomar
cantidades excesivas en realidad puede interferir con la adaptación natural del
cuerpo al ejercicio.
El
cuerpo se fortalece respondiendo al estrés, como el ejercicio, que ayuda a
desarrollar músculos y huesos más fuertes. Las dosis elevadas de antioxidantes
pueden interrumpir este proceso y reducir los beneficios de la actividad
física. Los estudios también han vinculado ciertos suplementos antioxidantes
con un mayor riesgo de algunos tipos de cáncer. En lugar de depender de
suplementos, obtener antioxidantes de alimentos integrales como frutas,
verduras y frutos secos es un enfoque más seguro y eficaz.
6. Comer
estrictamente sano durante la semana y luego darte un gusto
Planificar
un día de ayuno puede parecer una buena manera de equilibrar los hábitos
alimentarios estrictos, pero puede ser contraproducente. En lugar de fomentar
una relación sostenible con la comida, suele fomentar los atracones y la culpa.
Ser demasiado estricto con las elecciones de alimentos durante la semana puede
aumentar las probabilidades de darse un gusto excesivo en el día de ayuno designado,
lo que puede generar malestar y arrepentimiento. Un mejor enfoque es intentar
lograr un equilibrio todos los días, permitiéndote algún capricho
ocasional sin sentir la necesidad de ‘ganártelo’ mediante una disciplina
estricta.
7. Eliminar
el gluten sin una razón médica
Para
quienes padecen enfermedad celíaca o intolerancia al gluten, evitar el gluten
es necesario. Sin embargo, si no tienes estas afecciones, no hay razón para
eliminarlo. Los cereales integrales como el trigo, la cebada y el centeno contienen
fibra, vitaminas B y minerales esenciales que favorecen el bienestar general.
Las investigaciones indican que evitar el gluten innecesariamente puede
provocar una falta de nutrientes importantes y no proporciona ningún beneficio
adicional para la salud. En lugar de eliminar el gluten por completo, los
expertos recomiendan elegir cereales integrales sin procesar para favorecer la
digestión y la salud en general.
8. Saltarte
el desayuno en nombre del ayuno intermitente
El
ayuno intermitente es una tendencia en aumento, pero saltarte el desayuno puede
no ser la mejor opción para todo el mundo. Los expertos explican que saltarte
la primera comida del día puede provocar una caída del azúcar en sangre, lo que
desencadena antojos intensos de alimentos ricos en calorías y azúcar más tarde.
También puede afectar a la concentración, los niveles de energía y la salud
digestiva. Aunque el ayuno tiene sus beneficios, no es una solución única para
todos. Para quienes se sienten lentos o demasiado hambrientos después de
saltarse el desayuno, un desayuno rico en nutrientes puede ser una mejor
opción.
9. Guardar
el consumo de alcohol para el fin de semana
Evitar
el alcohol durante la semana y luego excederte el fin de semana no es la opción
más saludable que podría parecer. Incluso si tu consumo total de alcohol
durante la semana se mantiene dentro de los límites recomendados, beber en
exceso en una sola noche puede tener efectos negativos. Los expertos señalan
que beber demasiado de una sola vez aumenta el riesgo de accidentes, daño
hepático y otros problemas de salud a largo plazo. Un enfoque más inteligente
es la moderación: distribuir el consumo de alcohol y llevar un registro de
cuánto bebes en una sola sesión puede ayudar a mantener una mejor salud
general. JQR
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