María Ana Sala, Beata
Monja Marcelina, 24
de Noviembre
Martirologio Romano: En
Milán, Italia, beata María Ana Sala, virgen de la Congregación de Hermanas de
Santa Marcelina, que, entregada totalmente a la formación de las niñas, fue
maestra cimentada en la fe y la piedad. († 1891)
Fecha de
beatificación: 26 de octubre de 1980 por S.S. Juan Pablo II.
Nació en Brivio
(pueblo italiano de la provincia de Lecco) el 21 de abril de 1829.
Fue una de las
primeras alumnas de la naciente escuela de las Hermanas Marcelinas en el pueblo
de Vimercate.
Fue acogida por la
Madre Marina Videmari, rápidamente se distinguió por lo ejemplar de su vida y por
su aprovechamiento escolar.
En 1848, entró a
formar parte de de la nueva Congregación, comprendió de inmediato que su ideal
y su misión tendrían que ser en la enseñanza, la educación, la formación de las
jóvenes en la escuela y en la familia.
Sor María Ana se
santificó en la sencillez por su total fidelidad al Carisma de la congregación
que había elegido. De su vida y ejemplo, surgen tres enseñanzas: la necesidad
de la formación de un buen carácter firme, sensible, equilibrado; el valor
santificador del compromiso en el propio deber, asignado por la obediencia y la
importancia esencial de la obra educativa.
Su pedagogía fue la
que su director espiritual, Monseñor Luis Biraghi, le recomendó: estar cercana,
estar junto a las jóvenes en cada momento y circunstancia, participando de su
vida cotidiana, en clases, en la capilla, en el comedor, en la recreación, en
el dormitorio.
Entre sus mejores
alumnas, se recuerda a la joven Judith Alghisi Montini, la que después sería mamá
del futuro papa Paulo VI.
María Ana Murió
santamente el 24 de noviembre de 1891.
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