El sol en exceso es
uno de los principales enemigos de una piel saludable, pero más allá de que las
personas busquen cuidarse, existen mitos que pueden confundir. El Comité de
expertos de la Campaña Nacional de Prevención de Cáncer de Piel de la Sociedad
Argentina de Dermatología los enumeró para despejar todo tipo de dudas:
El sol en exceso puede provocar cáncer de piel.
Verdadero. La exposición crónica o las
exposiciones agudas con quemaduras pueden causarlo años o décadas
después.
El bronceado protege la piel del sol.
Falso. El bronceado se produce
después de que el sol dañó la piel. El color de piel propio de las razas de
piel más oscuras es más efectivo. Muchas personas que tienen cáncer de piel han
vivido muchos años al sol y supuestamente tenían la piel “curtida”. Lamentablemente
no es así.
Se debe cambiar el factor de protección a medida
que la piel se tuesta.
Falso. La protección tiene que ser
siempre la misma. El objetivo es tomar un bronceado muy leve. Bronceado intenso
es sinónimo de daño.
Las quemaduras solares durante la infancia y
adolescencia aumentan el riesgo de padecer melanoma maligno.
Verdadero. Después de una quemadura solar
la piel necesita unos 15 días para curar las ampollas y meses para volver a
exponer la zona sin volver a irritarse. Pueden además dejar manchas parduscas
que parecen pecas, pero no se van, como testigo de la quemadura. Pero el daño
ocasionado puede manifestarse muchos años después. Por eso evitarlas es de enorme
importancia en la prevención.
Los chicos tienen que cuidarse más que los adultos.
Falso. A cualquier edad el sol provoca
daño sobre la piel. En general, los consejos de foto- protección son iguales a
cualquier edad. En los menores de dos años hay que utilizar cremas protectoras
sólo en pequeñas áreas y en los menores de 6 meses no hay que usarlos.
Las camas pueden provocar cáncer de piel.
Verdadero. El bronceado provocado por
los rayos ultravioletas A que emiten las camas solares pueden causarlo. Los usuarios
de este método tienen riesgo bastante aumentado.
Las cremas autobronceantes no son dañinas.
Verdadero. Son productos que producen
un cambio en la capa superficial de la piel que da apariencia de bronceado.
Pero no lo es ni representa ningún riesgo. Y por eso tampoco otorga esa mínima
protección contra el enrojecimiento que da el bronceado (equivalente a un
factor de protección 2-4)
Los días nublados no hace falta protegerse.
Falso. Algunos rayos ultravioletas
tienen energía suficiente para atravesar las nubes y tener efecto sobre la
piel. Por eso no hay que descuidarse los días nublados o con resolana.
Es necesario tomar mucho sol para producir vitamina
D.
Falso. Los rayos ultravioletas B
activan la vitamina D de la piel a su forma activa. Se necesita una cantidad
mínima de sol (depende de las latitudes) en un área chica del cuerpo (cara y
manos) para obtener este efecto. El resto de la vitamina D se adquiere mediante
alimentos. Las personas mayores, que suelen estar poco al sol y que tienen un
mayor requerimiento diario de esta vitamina pueden adquirirla ingiriéndola sin
necesidad de exposiciones que son dañinas para su salud.
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