Casiano de Tánger, Santo
Mártir, 03 de Diciembre
Martirologio Romano: En Tánger, de la Mauritania Tingitana, en lo que hoy es Marruecos,
san Casiano, mártir († c. 298).
Se cuenta que, cuando san
Marcelo el Centurión fue juzgado en Tánger por Aurelio Agricolano,
un escribiente llamado Casiano se encargó de tomar las actas del proceso.
Cuando éste oyó que Agricolano pronunciaba la sentencia de muerte contra
Marcelo, que había servido tan fielmente al emperador, gritó que no estaba
dispuesto a seguir tomando nota y arrojó al suelo el estilo y las tabletas. En
medio del asombro de los presentes y las risas de Marcelo, Aurelio Agricolano
se levantó de un salto, bajó atropelladamente de la tribuna judicial y preguntó
a Casiano por qué había arrojado las tabletas y vociferado en esa forma
indigna. Casiano respondió que lo había hecho porque la sentencia era injusta.
Entonces Agricolano le mandó apresar.
Ahora bien -dicen las “actas"- el bienaventurado mártir Marcelo se
había reído porque el Espíritu Santo le había revelado el futuro y se
regocijaba de que Casiano estuviese destinado a compartir su martirio. Aquel
mismo día, se cumplió el deseo de Marcelo, quien fue martirizado ante una gran
muchedumbre. Poco después -es decir el 3 de diciembre- el fiel Casiano fue
conducido al mismo sitio en el que había sido juzgado Marcelo y sus respuestas
fueron casi idénticas a las del Centurión, por lo que mereció obtener la corona
del martirio, con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo, cuyo es el honor y la
gloria, la excelencia y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.
Acerca de la explicación que da el autor sobre la risa de San Marcelo,
séanos permitido comentar que no hacía falta un carisma del Espíritu Santo para
comprender que Casiano iba a ser condenado. Lo más probable es que San Marcelo
se haya reído al ver el divertido espectáculo de un juez que saltaba de la
tribuna lleno de cólera, porque un escribiente le desafiaba delante de toda la
corte de justicia.
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