El mundo presente de
tiempo y espacio llegará a su fin. Esta es una verdad de fe católica. En ese
día los muertos resucitarán y Cristo aparecerá en todo esplendor y majestad
para juzgar a toda la humanidad (juicio final).
El término “fin de
los tiempos” aplica a la Primera Venida del Señor. (Heb 1,2. 9,26 y 1 Cor
10,11) y también a los eventos que preceden a su Segunda Venida (Mt 24,13 y 2
Tim 2,1 y 2 P 3,3).
Sobre cuando y como
se destruirá el mundo presente no sabemos nada definitivo. 2 Pedro 3,7,10,12
dice que será por fuego pero esto puede representar un fenómeno inexplicable
por el que el mundo presente terminará y un mundo nuevo comenzará a existir
(Cf. Apocalipsis 12,12). (Ver Catecismo 1042s.: “La esperanza de los cielos
nuevos y de la tierra nueva”).
Es inútil especular
la fecha del fin del mundo.
Mas de aquel día y
hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el
Padre. -Mateo 24,36
Lo que si debemos
hacer es trabajar intensamente para propagar el Reino del Señor, ser fieles en
la tribulación y estar preparados.
Velad, pues, porque
no sabéis ni el día ni la hora. -Mateo 25,13
El Cardenal
Ratzinger, hablando en el contexto de Fátima, opinó que no estamos aun en el
fin del mundo ya que aun no se han dado los eventos previos indicados por la
Biblia. Una cronología general de estos eventos basada en las Sagradas
Escrituras está recopilada en el Catecismo #673-677.
En segundo plano
están las profecías de místicos reconocidos por la Iglesia. Aunque estas no son
doctrina de la Iglesia, pueden ayudarnos a comprender los tiempos futuros si
las interpretamos en su conjunto con prudencia. Estas parecen indicar los
siguientes eventos:
Primero ocurrirá una
apostasía menor ¿estamos ya en ella? y una tribulación, después de la cual se
unirán los cristianos separados con la Iglesia Católica y habrá una “Era de
Paz” que marcará el “Triunfo del Corazón Inmaculado de María” anunciado por la
Virgen en Fátima. Será el reinado espiritual de los Corazones de Jesús y María.
El Santo Padre JPII
ha manifestado un gran optimismo al comienzo del tercer milenio por la “Nueva
Evangelización” y la “civilización del amor”. El nos habla de una nueva
primavera para la Iglesia.
Todo esto debe
ocurrir antes de los eventos descritos en el catecismo que desembocan en la
Gran Apostasía, el Anticristo y la Gran Tribulación.
Otras
interpretaciones son posibles pero creo que esta es la que mejor encaja con las
Sagradas Escrituras, la enseñanza del Catecismo y las profecías marianas y de
místicos aprobados. JR
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