Nicolás Stensen, Beato
Obispo y Científico,
05 de Diciembre
Martirologio
Romano: En
Schwerin, en la región del norte de Alemania, tránsito del beato Nicolás
Stensen, obispo titular de Titiópolis, el cual, siendo oriundo de Dinamarca,
fue primero uno de los más preclaros investigadores de las ciencias naturales
de su tiempo, pero al abrazar la fe católica, queriendo servir a Dios en la
tutela de la verdad, fue ordenado presbítero y después obispo, y desarrolló con
todo esmero su misión en la Europa septentrional (†1686).
Hijo de un pastor luterano, nació en Copenhague el 10 de enero de 1638, donde estudia matemáticas, ciencias naturales e idiomas, y empieza a estudiar anatomía con Thomas Bartholin.
En 1660 va a Holanda,
donde descubre el conducto exterior de la glándula salival parótida (conducto
de Stensen) y hace la primera descripción completa del aparato lacrimal.
Importantes son sus
trabajos sobre los músculos: función de los intercostales, estructura fibrilar
de las masas musculares, condición muscular de la lengua y del corazón, entre
otros.
Basándose en
experimentos fisiológicos, su mentalidad cartesiana le lleva a expresar
geométricamente los mecanismos del movimiento muscular voluntario; pero rechazó
el uso del microscopio que hubiera aclarado su teoría.
Vuelve a su patria en
1664, y, al negársele una merecida cátedra, marcha a París y a Florencia donde
vive protegido por el gran duque Fernando II.
Allí nace su afición a
la geología y una inquietud religiosa que le lleva a convertirse al catolicismo
en 1667.
En 1669 publica un
Prodromus, avance de un tratado geológico, en el que da geniales ideas sobre el
significado de los fósiles y la formación de los cristales. Postuló, en
estratigrafía, el Principio de Superposición o ley de Stensen. En cristalografía
también lleva su nombre una ley acerca de la constancia de ángulos
interfaciales.
Cada vez le atraía más
la vida espiritual y el afán de contribuir a soldar la división de los
cristianos. Efectuó algunos viajes científicos y pasó dos años en Copenhague
como Anatomicus regius; regresó a Florencia, donde, en 1675, se ordenó
sacerdote.
Dos años después fue
consagrado obispo y enviado como vicario apostólico a las ciudades hanseáticas.
Grandes fueron sus sufrimientos en aquel medio totalmente luterano, en el que
se hizo valer por su prestigio científico y por su vida pobre y sacrificada.
Murió santamente en
Schwerin en 1686. Fue beatificado el 23 de
octubre de 1988.
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