lunes, 23 de abril de 2018

Neumonía: Qué es, síntomas, causas, diagnóstico, tratamiento y prevención

¿Qué es?
La neumonía es una infección de los pulmones. Los pulmones tienen 2 partes principales: las vías respiratorias (que también se llaman bronquios) y los alvéolos (que también se llaman sacos de aire). Cuando respira, el aire desciende a través de las vías respiratorias hasta los alvéolos. Desde los alvéolos, el oxígeno entra en la sangre mientras que el dióxido de carbono sale de esta. Cuando tiene neumonía, los alvéolos se inflaman (se irritan y se hinchan) y se llenan de líquido. Esto hace que respirar sea muy difícil. 
La neumonía, por lo general, es provocada por una bacteria o un virus. También puede ser provocada por hongos o sustancias irritantes que se inspiran a los pulmones. 

Diferentes tipos de neumonía
Existen 4 tipos de neumonía: 
1) La neumonía extrahospitalaria es el tipo más común de neumonía. Puede contraerla en áreas públicas (como en el trabajo, la escuela, la tienda de comestibles o el gimnasio). Las bacterias, los virus, los hongos o las sustancias irritantes que se encuentran en el aire pueden provocar neumonía extrahospitalaria. La bacteria Streptococcus pneumoniae es la causa más común de este tipo de neumonía. Este tipo de neumonía también puede desarrollarse después de tener un resfriado o gripe. 
2) La neumonía intrahospitalaria (que también se llama neumonía adquirida en una institución) es un tipo de neumonía que se puede contraer durante la estadía en el hospital, en especial si permanece en una unidad de cuidados intensivos (ICU, por sus siglas en inglés) o si está usando un respirador para que lo ayude a respirar. 
Este tipo de neumonía también incluye la neumonía que se desarrolla después de realizarse una cirugía mayor (como la cirugía de pecho) y la neumonía que se desarrolla mientras permanece o recibe tratamiento en centros de diálisis renal y centros de atención crónica. Puede ser peligrosa, en especial para los niños pequeños, los adultos mayores y las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado. 
3) La neumonía por aspiración es un tipo de neumonía que se desarrolla después de inhalar partículas en los pulmones. Esto se produce con mucha frecuencia cuando pequeñas partículas ingresan en los pulmones después de vomitar y no está lo suficientemente fuerte para toser y expulsar las partículas de los pulmones. 
4) La neumonía oportunista es un tipo de neumonía que afecta a las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado. Es provocada por determinados organismos que, por lo general, no hacen enfermar a las personas sanas, pero que pueden ser peligrosos para las personas que tienen afecciones como virus de inmunodeficiencia humana (VIH), síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o para las personas que se han realizado en forma reciente un trasplante de un órgano. 

Síntomas
Los síntomas de la neumonía pueden variar de leves a graves, según los factores de riesgo y el tipo de neumonía que tiene. Los síntomas comunes son similares a los síntomas provocados por un resfriado o gripe. Entre estos se incluyen los siguientes: 
También, es posible que sude, que le duela la cabeza o que se sienta muy cansado. 
Si tiene alguno de estos síntomas o si en forma repentina empieza a empeorar después de tener un resfriado o gripe, consulte a su médico de familia.
  • Tos.
  • Fiebre.
  • Expulsión de mucosidad al toser.
  • Dificultad para respirar.
  • Escalofríos.
  • Dolor de pecho.
¿Qué es la neumonía errante?
La neumonía errante es un caso leve de neumonía. Por lo general, es provocada por un virus o por la bacteria Mycoplasma pneumoniae. Cuando tiene neumonía errante, es posible que los síntomas no sean tan graves ni duren tanto como los de alguien que tiene un caso más grave de neumonía. Es probable que no necesite hacer reposo en cama ni permanecer en el hospital si tiene neumonía errante. 

Causas y factores de riesgo
Usted tiene más riesgo de desarrollar neumonía si: 
Es mayor de 65 años. A medida que envejece, el sistema inmunitario tiene menos capacidad para combatir las infecciones como la neumonía. Los bebés y los niños pequeños también tienen mayor riesgo dado que su sistema inmunitario aún no está completamente desarrollado. 
Tiene una enfermedad o una afección que le debilita el sistema inmunitario. Cuando el sistema inmunitario está debilitado, es más fácil que tenga neumonía dado que el cuerpo no puede combatir la infección. Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado también tienen probabilidades de desarrollar neumonía a causa de bacterias, virus y gérmenes que no provocan neumonía en personas sanas. 
Las personas que tienen alguno de los siguientes problemas están en mayor riesgo: 
Las personas que se han realizado un trasplante de órgano en forma reciente y las personas que están recibiendo quimioterapia también tienen mayor riesgo. 
Trabaja en el área de construcción o agricultura. Trabajar en entornos donde inhala polvo, sustancias químicas, contaminación del aire o emanaciones tóxicas puede dañarle los pulmones y hacerlos más vulnerables a infecciones como la neumonía. 
Fuma o abusa de alcohol. Fumar daña los diminutos vellos que se encuentran en los pulmones que ayudan a eliminar los gérmenes y las bacterias. El abuso de alcohol puede aumentar el riesgo de neumonía por aspiración, un tipo de neumonía que se desarrolla después de inhalar partículas en los pulmones. Esto se produce con mucha frecuencia cuando vomita e ingresan pequeñas partículas en los pulmones, dado que no está lo suficientemente fuerte para toser y expulsar las partículas. El abuso de alcohol también interfiere en la función de los glóbulos blancos (que son los responsables de combatir las infecciones). 
Está hospitalizado, en especial en una unidad de cuidados intensivos. La neumonía que se contrae en un hospital (que se llama neumonía intrahospitalaria) puede ser más grave que otros tipos de neumonía. Su riesgo aumenta si está usando un respirador para que lo ayude a respirar. Los respiradores hacen que sea difícil toser y pueden atrapar los gérmenes que provocan infecciones en los pulmones. 
Se ha realizado en forma reciente una cirugía mayor o ha tenido una lesión grave. Recuperarse de una cirugía mayor o de una lesión grave por lo general lo debilita. También puede hacer que sea difícil toser, que es la defensa más rápida del cuerpo para eliminar las partículas de los pulmones. La recuperación también requiere por lo general que haga mucho reposo en cama. Estar acostado boca arriba durante un período prolongado puede permitir que se junte líquido o mucosidad en los pulmones, por lo que se crea un lugar para que crezcan bacterias.
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), en especial si ha recibido corticoesteroides inhalados durante 24 semanas o más.
  • Virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
  • Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
  • Enfermedad cardíaca.
  • Enfisema.
  • Diabetes.
 Diagnóstico
Su médico diagnosticará neumonía en función de sus antecedentes médicos y de los resultados de un examen físico. Este también podría necesitar hacer algunas pruebas, como una radiografía de tórax o un análisis de sangre. Una radiografía de tórax puede mostrar a su médico si tiene neumonía y cuán extendida está la infección. Los análisis de sangre y de mucosidad pueden ayudar a su médico a determinar si la neumonía es provocada por una bacteria, un virus o un organismo micótico. 

Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de neumonía que tiene, de cuán grave son los síntomas, de cuán sano está en general y de su edad. 
Para la neumonía bacteriana, es probable que su médico recete antibióticos. La mayoría de los síntomas deben mejorar en el término de algunos días, aunque la tos puede durar varias semanas. Asegúrese de seguir con cuidado las indicaciones de su médico. Use todo el medicamento antibiótico que recete su médico. De lo contrario, pueden permanecer algunas bacterias en el cuerpo. Esto puede hacer que reaparezca la neumonía. También puede aumentar el riesgo de resistencia a los antibióticos. Los antibióticos no funcionan para tratar las infecciones virales. Si usted tiene una neumonía viral, es probable que su médico hable con usted sobre las maneras de tratar los síntomas. Hay medicamentos de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés) disponibles para bajar la fiebre y aliviar el dolor y la tos. Sin embargo, tener algo de tos está bien dado que puede ayudar a limpiar los pulmones. Asegúrese de hablar con su médico antes de tomar un inhibidor de la tos. 
Si la neumonía es provocada por un hongo, es posible que su médico le recete un medicamento antimicótico. 
Si su caso de neumonía es grave, es posible que necesite ser hospitalizado. Si está experimentando falta de aire, pueden darle oxígeno para ayudar a su respiración. También podría recibir antibióticos por vía intravenosa (IV). Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado, alguna enfermedad cardíaca o alguna afección pulmonar, y las personas que ya estuvieron muy indispuestas antes de desarrollar neumonía tienen más probabilidades de ser hospitalizadas. Los bebés, los niños pequeños y los adultos que tienen 65 años o más también tienen un mayor riesgo. 

¿Qué puedo hacer en el hogar para sentirme mejor?
Además de tomar cualquier antibiótico y/o medicamento que recete su médico, debe hacer lo siguiente:
  • Descanse mucho. El reposo ayudará al cuerpo a combatir la infección.
  • Beba abundante cantidad de líquido. Los líquidos lo mantendrán hidratado y pueden ayudar a aflojar la mucosidad de los pulmones. Intente tomar agua, té tibio y sopas claras.
  • Si fuma, deje de hacerlo y evite el humo de segunda mano. El humo puede hacer que sus síntomas empeoren. Fumar también aumenta su riesgo de desarrollar neumonía y otros problemas pulmonares en el futuro. También debe evitar las chimeneas encendidas u otras áreas donde es posible que el aire no esté limpio.
  • No vaya a la escuela ni al trabajo hasta que desaparezcan los síntomas. Esto, por lo general, significa esperar hasta que se vaya la fiebre y la tos con mucosidad. Pregunte a su médico cuándo está bien que regrese a la escuela o al trabajo.
  • Use un humidificador de vapor frío o tome un baño de agua tibia para ayudar a limpiar los pulmones y hacer que sea más fácil respirar.
 Seguimiento médico
Su médico puede programar una cita de seguimiento después de diagnosticarle neumonía. En esta visita, su médico podría realizarle otra radiografía de tórax para asegurarse de que la infección por neumonía está desapareciendo. Tenga en cuenta que los resultados de la radiografía de tórax pueden tardar meses en volver a ser normales. Sin embargo, si los síntomas no mejoran, su médico puede decidir intentar con otra forma de tratamiento. 
Aunque puede sentirse mejor, es importante que asista a las citas de seguimiento, en especial si fuma. La infección puede seguir en los pulmones incluso si ya no experimenta ningún síntoma. 

Complicaciones
Los casos graves de neumonía pueden requerir tratamiento en el hospital. Es posible que su médico le dé oxígeno para ayudarlo a respirar o antibióticos por vía IV. 
Entre las complicaciones de la neumonía se incluyen el derrame pleural y la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo. El derrame pleural se produce cuando se acumula líquido en las capas del tejido que se encuentra entre los pulmones y la pared del pecho y se infecta. Esto puedo hacer que respirar sea muy difícil. Para drenar el líquido, es posible que necesite colocarse un tubo entre los pulmones y la pared torácica o someterse a cirugía. 
Aparecen bacterias en el torrente sanguíneo cuando la infección por neumonía en los pulmones se propaga a la sangre. Esto aumenta el riesgo de que la infección se propague a otros órganos del cuerpo. Las bacterias que se encuentran en el torrente sanguíneo se tratan con antibióticos. 
Las personas que tienen problemas cardíacos o pulmonares, las personas que fuman o las personas de 65 años o más tienen más probabilidades de experimentar complicaciones a causa de la neumonía. 

Prevención
Usted puede ayudar a prevenir la neumonía haciendo lo siguiente: 
Vacúnese contra la gripe todos los años. Las personas a menudo desarrollan neumonía bacteriana después de un caso de gripe. Usted puede reducir este riesgo recibiendo la vacuna contra la gripe en forma anual. La vacuna contra la gripe no lo protege de todas las cepas de la gripe, solo de las 3 a 4 cepas que el médico considera que serán las más peligrosas o las más extendidas el año siguiente. 
Aplíquese la vacuna antineumocócica. 
Practique una buena higiene. Las manos entran en contacto con muchos gérmenes durante todo el día. Usted los recoge de superficies como manijas de puertas, manos de otras personas y el teclado de su computadora. Tómese tiempo para lavarse las manos con frecuencia, en especial después de usar el baño y antes de comer. Use agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos. Si no hay jabón ni agua disponible, usar un gel antiséptico para manos es la siguiente mejor opción. 
No fume. Fumar daña los pulmones y hace que sea más difícil para el cuerpo defenderse de gérmenes y enfermedades. Si fuma, hable con su médico de familia sobre cómo dejar el hábito lo antes posible. 
Lleve un estilo de vida saludable. Siga una dieta equilibrada con muchas frutas y verduras. Haga ejercicio en forma regular. Duerma mucho. Estas medidas ayudan a mantener fuerte el sistema inmunitario. 
Evite estar con personas enfermas. Estar rodeado de personas que están enfermas aumenta el riesgo de contagiarse de lo que ellos tienen. 

Vacuna
No existe una vacuna para todos los tipos de neumonía, pero hay 2 vacunas disponibles. La primera se llama vacuna neumocócica conjugada (PCV, por sus siglas en inglés). Se recomienda para todos los niños menores de 5 años. La vacuna de polisacárido neumocócico (PPSV, por sus siglas en inglés) se recomienda para niños de 2 años o más que tienen mayor riesgo de neumonía (como niños que tienen el sistema inmunitario debilitado) y para adultos que tienen factores de riesgo de neumonía. Se recomienda esta vacuna si usted: 
Las vacunas antineumocócicas no pueden prevenir todos los casos de neumonía. Pero pueden hacer que las personas que están en riesgo tengan menos probabilidades de experimentar las graves complicaciones de la neumonía, que posiblemente ponen la vida en peligro.
  • Tiene 65 años o más.
  • Fuma.
  • Abusa de alcohol.
  • Tiene determinadas afecciones crónicas, como asma, diabetes, alguna enfermedad cardíaca o pulmonar.
  • Tiene cirrosis.
  • Tiene una afección que le debilita el sistema inmunitario, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), insuficiencia renal o un bazo dañado.
  • Se ha realizado una extracción del bazo por cualquier motivo.
  • Tiene la enfermedad de células falciformes.
  • Tiene implantes cocleares (un dispositivo electrónico que lo ayuda a oír).
  • Está tomando medicamentos por un trasplante de órgano reciente (estos medicamentos inhiben el sistema inmunitario).
  • Está recibiendo quimioterapia.
Las vacunas son gratuitas en todos los centros de vacunación y hospitales públicos del país. NIH

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