La neumonía es una infección de
los pulmones. Los pulmones tienen 2 partes principales: las vías respiratorias
(que también se llaman bronquios) y los alvéolos (que también se llaman sacos
de aire). Cuando respira, el aire desciende a través de las vías respiratorias
hasta los alvéolos. Desde los alvéolos, el oxígeno entra en la sangre mientras
que el dióxido de carbono sale de esta. Cuando tiene neumonía, los alvéolos
se inflaman (se irritan y se hinchan) y se llenan de líquido. Esto hace que
respirar sea muy difícil.
La neumonía, por lo general, es
provocada por una bacteria o un virus. También puede ser provocada por hongos o
sustancias irritantes que se inspiran a los pulmones.
Diferentes tipos de neumonía
Existen 4 tipos de
neumonía:
1) La neumonía extrahospitalaria es el tipo más común de neumonía. Puede contraerla en áreas
públicas (como en el trabajo, la escuela, la tienda de comestibles o el
gimnasio). Las bacterias, los virus, los hongos o las sustancias irritantes que
se encuentran en el aire pueden provocar neumonía extrahospitalaria. La
bacteria Streptococcus pneumoniae es la causa más común de este tipo de
neumonía. Este tipo de neumonía también puede desarrollarse después de tener un
resfriado o gripe.
2) La neumonía intrahospitalaria (que también se llama neumonía adquirida en una institución) es un
tipo de neumonía que se puede contraer durante la estadía en el hospital, en
especial si permanece en una unidad de cuidados intensivos (ICU, por sus siglas
en inglés) o si está usando un respirador para que lo ayude a respirar.
Este tipo de neumonía también
incluye la neumonía que se desarrolla después de realizarse una cirugía mayor
(como la cirugía de pecho) y la neumonía que se desarrolla mientras permanece o
recibe tratamiento en centros de diálisis renal y centros de atención crónica.
Puede ser peligrosa, en especial para los niños pequeños, los adultos mayores y
las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado.
3) La neumonía por aspiración es un tipo de neumonía que se desarrolla después de inhalar partículas
en los pulmones. Esto se produce con mucha frecuencia cuando pequeñas
partículas ingresan en los pulmones después de vomitar y no está lo
suficientemente fuerte para toser y expulsar las partículas de los
pulmones.
4) La neumonía oportunista es un tipo de neumonía que afecta a las
personas que tienen el sistema inmunitario debilitado. Es provocada por
determinados organismos que, por lo general, no hacen enfermar a las personas
sanas, pero que pueden ser peligrosos para las personas que tienen afecciones
como virus de inmunodeficiencia humana (VIH), síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (SIDA), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o para las
personas que se han realizado en forma reciente un trasplante de un
órgano.
Síntomas
Los síntomas de la neumonía
pueden variar de leves a graves, según los factores de riesgo y el tipo de
neumonía que tiene. Los síntomas comunes son similares a los síntomas
provocados por un resfriado o gripe. Entre estos se incluyen los
siguientes:
También, es posible que sude,
que le duela la cabeza o que se sienta muy cansado.
Si tiene alguno de estos
síntomas o si en forma repentina empieza a empeorar después de tener un
resfriado o gripe, consulte a su médico de familia.
- Tos.
- Fiebre.
- Expulsión de mucosidad al toser.
- Dificultad para respirar.
- Escalofríos.
- Dolor de pecho.
¿Qué es la neumonía errante?
La neumonía errante es un caso
leve de neumonía. Por lo general, es provocada por un virus o por la bacteria
Mycoplasma pneumoniae. Cuando tiene neumonía errante, es posible que los
síntomas no sean tan graves ni duren tanto como los de alguien que tiene un
caso más grave de neumonía. Es probable que no necesite hacer reposo en cama ni
permanecer en el hospital si tiene neumonía errante.
Causas y factores de riesgo
Usted tiene más riesgo de
desarrollar neumonía si:
Es mayor de 65 años. A medida que envejece, el sistema inmunitario tiene
menos capacidad para combatir las infecciones como la neumonía. Los bebés y los
niños pequeños también tienen mayor riesgo dado que su sistema inmunitario aún
no está completamente desarrollado.
Tiene una enfermedad o una afección que le debilita
el sistema inmunitario. Cuando el sistema inmunitario está debilitado, es más fácil que
tenga neumonía dado que el cuerpo no puede combatir la infección. Las personas
que tienen el sistema inmunitario debilitado también tienen probabilidades de
desarrollar neumonía a causa de bacterias, virus y gérmenes que no provocan
neumonía en personas sanas.
Las personas que tienen alguno de los siguientes problemas están en
mayor riesgo:
Las personas que se han
realizado un trasplante de órgano en forma reciente y las personas que están
recibiendo quimioterapia también tienen mayor riesgo.
Trabaja en el área de construcción o agricultura. Trabajar en entornos donde inhala polvo,
sustancias químicas, contaminación del aire o emanaciones tóxicas puede dañarle
los pulmones y hacerlos más vulnerables a infecciones como la neumonía.
Fuma o abusa de alcohol. Fumar daña los diminutos vellos que se
encuentran en los pulmones que ayudan a eliminar los gérmenes y las bacterias.
El abuso de alcohol puede aumentar el riesgo de neumonía por aspiración, un
tipo de neumonía que se desarrolla después de inhalar partículas en los
pulmones. Esto se produce con mucha frecuencia cuando vomita e ingresan
pequeñas partículas en los pulmones, dado que no está lo suficientemente fuerte
para toser y expulsar las partículas. El abuso de alcohol también interfiere en
la función de los glóbulos blancos (que son los responsables de combatir las
infecciones).
Está hospitalizado, en especial en una unidad de
cuidados intensivos. La neumonía que se contrae
en un hospital (que se llama neumonía intrahospitalaria) puede ser más grave
que otros tipos de neumonía. Su riesgo aumenta si está usando un respirador
para que lo ayude a respirar. Los respiradores hacen que sea difícil toser y
pueden atrapar los gérmenes que provocan infecciones en los pulmones.
Se ha realizado en forma reciente una cirugía mayor
o ha tenido una lesión grave. Recuperarse de una cirugía mayor o de una lesión grave por lo general lo
debilita. También puede hacer que sea difícil toser, que es la defensa más
rápida del cuerpo para eliminar las partículas de los pulmones. La recuperación
también requiere por lo general que haga mucho reposo en cama. Estar acostado
boca arriba durante un período prolongado puede permitir que se junte líquido o
mucosidad en los pulmones, por lo que se crea un lugar para que crezcan
bacterias.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC), en especial si ha recibido corticoesteroides inhalados durante 24
semanas o más.
- Virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
- Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
(SIDA).
- Enfermedad cardíaca.
- Enfisema.
- Diabetes.
Su médico diagnosticará neumonía
en función de sus antecedentes médicos y de los resultados de un examen físico.
Este también podría necesitar hacer algunas pruebas, como una radiografía de
tórax o un análisis de sangre. Una radiografía de tórax puede mostrar a su
médico si tiene neumonía y cuán extendida está la infección. Los análisis de
sangre y de mucosidad pueden ayudar a su médico a determinar si la neumonía es
provocada por una bacteria, un virus o un organismo micótico.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo
de neumonía que tiene, de cuán grave son los síntomas, de cuán sano está en
general y de su edad.
Para la neumonía bacteriana, es
probable que su médico recete antibióticos. La mayoría de los síntomas deben
mejorar en el término de algunos días, aunque la tos puede durar varias
semanas. Asegúrese de seguir con cuidado las indicaciones de su médico. Use
todo el medicamento antibiótico que recete su médico. De lo contrario, pueden
permanecer algunas bacterias en el cuerpo. Esto puede hacer que reaparezca la
neumonía. También puede aumentar el riesgo de resistencia a los
antibióticos. Los antibióticos no funcionan para tratar las infecciones
virales. Si usted tiene una neumonía viral, es probable que su médico hable con
usted sobre las maneras de tratar los síntomas. Hay medicamentos de venta libre
(OTC, por sus siglas en inglés) disponibles para bajar la fiebre y aliviar el
dolor y la tos. Sin embargo, tener algo de tos está bien dado que puede ayudar
a limpiar los pulmones. Asegúrese de hablar con su médico antes de tomar un
inhibidor de la tos.
Si la neumonía es provocada por
un hongo, es posible que su médico le recete un medicamento antimicótico.
Si su caso de neumonía es grave,
es posible que necesite ser hospitalizado. Si está experimentando falta de
aire, pueden darle oxígeno para ayudar a su respiración. También podría recibir
antibióticos por vía intravenosa (IV). Las personas que tienen el sistema
inmunitario debilitado, alguna enfermedad cardíaca o alguna afección pulmonar,
y las personas que ya estuvieron muy indispuestas antes de desarrollar neumonía
tienen más probabilidades de ser hospitalizadas. Los bebés, los niños pequeños
y los adultos que tienen 65 años o más también tienen un mayor riesgo.
¿Qué puedo hacer en el hogar para sentirme mejor?
Además de tomar cualquier
antibiótico y/o medicamento que recete su médico, debe hacer lo siguiente:
- Descanse mucho. El reposo ayudará al cuerpo a
combatir la infección.
- Beba abundante cantidad de líquido. Los
líquidos lo mantendrán hidratado y pueden ayudar a aflojar la mucosidad de
los pulmones. Intente tomar agua, té tibio y sopas claras.
- Si fuma, deje de hacerlo y evite el humo de
segunda mano. El humo puede hacer que sus síntomas empeoren. Fumar también
aumenta su riesgo de desarrollar neumonía y otros problemas pulmonares en
el futuro. También debe evitar las chimeneas encendidas u otras áreas
donde es posible que el aire no esté limpio.
- No vaya a la escuela ni al trabajo hasta que
desaparezcan los síntomas. Esto, por lo general, significa esperar hasta
que se vaya la fiebre y la tos con mucosidad. Pregunte a su médico cuándo
está bien que regrese a la escuela o al trabajo.
- Use un humidificador de vapor frío o tome un
baño de agua tibia para ayudar a limpiar los pulmones y hacer que sea más
fácil respirar.
Su médico puede programar una
cita de seguimiento después de diagnosticarle neumonía. En esta visita, su
médico podría realizarle otra radiografía de tórax para asegurarse de que la
infección por neumonía está desapareciendo. Tenga en cuenta que los resultados
de la radiografía de tórax pueden tardar meses en volver a ser normales. Sin
embargo, si los síntomas no mejoran, su médico puede decidir intentar con otra
forma de tratamiento.
Aunque puede sentirse mejor, es
importante que asista a las citas de seguimiento, en especial si fuma. La
infección puede seguir en los pulmones incluso si ya no experimenta ningún síntoma.
Complicaciones
Los casos graves de neumonía
pueden requerir tratamiento en el hospital. Es posible que su médico le dé
oxígeno para ayudarlo a respirar o antibióticos por vía IV.
Entre las complicaciones de la
neumonía se incluyen el derrame pleural y la presencia de bacterias en el
torrente sanguíneo. El derrame pleural se produce cuando se acumula líquido en
las capas del tejido que se encuentra entre los pulmones y la pared del pecho y
se infecta. Esto puedo hacer que respirar sea muy difícil. Para drenar el
líquido, es posible que necesite colocarse un tubo entre los pulmones y la
pared torácica o someterse a cirugía.
Aparecen bacterias en el
torrente sanguíneo cuando la infección por neumonía en los pulmones se propaga
a la sangre. Esto aumenta el riesgo de que la infección se propague a otros
órganos del cuerpo. Las bacterias que se encuentran en el torrente sanguíneo se
tratan con antibióticos.
Las personas que tienen
problemas cardíacos o pulmonares, las personas que fuman o las personas de 65
años o más tienen más probabilidades de experimentar complicaciones a causa de
la neumonía.
Prevención
Usted puede ayudar a prevenir la
neumonía haciendo lo siguiente:
Vacúnese contra la gripe todos los años. Las personas a menudo desarrollan neumonía
bacteriana después de un caso de gripe. Usted puede reducir este riesgo
recibiendo la vacuna contra la gripe en forma anual. La vacuna contra la gripe
no lo protege de todas las cepas de la gripe, solo de las 3 a 4 cepas que el
médico considera que serán las más peligrosas o las más extendidas el año
siguiente.
Aplíquese la vacuna antineumocócica.
Practique una buena higiene. Las manos entran en contacto con muchos
gérmenes durante todo el día. Usted los recoge de superficies como manijas de
puertas, manos de otras personas y el teclado de su computadora. Tómese tiempo
para lavarse las manos con frecuencia, en especial después de usar el baño y
antes de comer. Use agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos. Si no hay
jabón ni agua disponible, usar un gel antiséptico para manos es la siguiente
mejor opción.
No fume. Fumar daña los pulmones y hace que sea más difícil para el cuerpo
defenderse de gérmenes y enfermedades. Si fuma, hable con su médico de familia
sobre cómo dejar el hábito lo antes posible.
Lleve un estilo de vida saludable. Siga una dieta equilibrada con muchas frutas
y verduras. Haga ejercicio en forma regular. Duerma mucho. Estas medidas ayudan
a mantener fuerte el sistema inmunitario.
Evite estar con personas enfermas. Estar rodeado de personas que están enfermas
aumenta el riesgo de contagiarse de lo que ellos tienen.
Vacuna
No existe una vacuna para todos
los tipos de neumonía, pero hay 2 vacunas disponibles. La primera se llama
vacuna neumocócica conjugada (PCV, por sus siglas en inglés). Se recomienda
para todos los niños menores de 5 años. La vacuna de polisacárido neumocócico
(PPSV, por sus siglas en inglés) se recomienda para niños de 2 años o más que
tienen mayor riesgo de neumonía (como niños que tienen el sistema inmunitario
debilitado) y para adultos que tienen factores de riesgo de neumonía. Se
recomienda esta vacuna si usted:
Las vacunas antineumocócicas no
pueden prevenir todos los casos de neumonía. Pero pueden hacer que las personas
que están en riesgo tengan menos probabilidades de experimentar las graves
complicaciones de la neumonía, que posiblemente ponen la vida en peligro.
- Tiene 65 años o más.
- Fuma.
- Abusa de alcohol.
- Tiene determinadas afecciones crónicas, como
asma, diabetes, alguna enfermedad cardíaca o pulmonar.
- Tiene cirrosis.
- Tiene una afección que le debilita el sistema
inmunitario, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el síndrome
de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), insuficiencia renal o un bazo
dañado.
- Se ha realizado una extracción del bazo por
cualquier motivo.
- Tiene la enfermedad de células falciformes.
- Tiene implantes cocleares (un dispositivo
electrónico que lo ayuda a oír).
- Está tomando medicamentos por un trasplante de
órgano reciente (estos medicamentos inhiben el sistema inmunitario).
- Está recibiendo quimioterapia.
Las vacunas son gratuitas en todos los centros de
vacunación y hospitales públicos del país. NIH
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