Obispo, 05 de Marzo
Elogio: Conmemoración
de san Teófilo, obispo de Cesarea de Palestina, que bajo el emperador Septimio
Severo brilló por su sabiduría e integridad de vida.
El testimonio
principal acerca de san Teófilo de Cesarea de Palestina se encuentra en la
Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea. La primera de las tres menciones
que hace el historiador (todas en el libro V de su obra) incluye a Teófilo
entre los obispos célebres del período que está considerando, es decir, hacia
el año 190 (año X del emperador Cómodo). Las otras dos citas se refieren a un
problema que agitó a las iglesias locales desde el siglo segundo y hasta
comenzado el cuarto, hasta que el Concilio de Nicea (año 325) zanjó la
cuestión: se trató de si la Pascua debía celebrarse siguiendo la fecha judía,
es decir, el día 14 de Nisán, esto es: 14 días después de la luna nueva del
equinoccio de primavera (en el hemisferio norte), cayera el día de la semana en
que cayera (esto decían los «cuartodecimanos»), o si debía trasladarse la
celebración al domingo siguiente a esa fecha (esto decían los «dominicales»,
tesis que finalmente prevaleció). Parece una cuestión menor, y lo era
efectivamente para algunos obispos que consideraban que el problema se resolvía
según la tradición de cada sitio, pero algunas iglesias locales estaban
sinceramente contrariadas por la existencia de las dos tradiciones, y en
algunos casos se había llegado a la excomunión mutua.
San Teófilo de
Cesarea, junto con san Narciso de Jerusalén, perteneció al partido de los
dominicales, y aún en época de Eusebio se conservaba la carta que, con la firma
de estos dos santos y otros obispos, enviaran a las iglesias de Asia para
oponerse a la práctica ‘cuartodecimana’. Unos siglos después de Eusebio, Beda
el Venerable pretende transcribir la carta, pero la autenticidad del texto
transmitido por Beda ha sido denegada por los historiadores. No sabemos más
sobre Teófilo, ni cuándo ni cómo murió, aunque podemos afirmar casi con
completa certeza que no fue mártir, porque sería verdaderamente muy extraño que
ese dato hubiera sido pasado por alto por Eusebio. Es posible (aunque
conjetural) que muriera hacia el 195, a inicios del imperio de Septimio Severo.
Teófilo es
también mencionado por San Jerónimo, quien en el capítulo 43 de su Catálogo de
Escritores Eclesiásticos lo describe como adversario de los cuartodecimanos, en
una breve noticia biográfica que depende sin duda del texto de Eusebio. No
aparece sin embargo en los martirologios antiguos, hasta el de Petrus De
Natalibus (s. XV), de donde parece que pasa al de Baronio, es decir, al primer
Martirologio Romano, donde queda inscrito con el mismo elogio que en el
Martirologio actual. La fecha de inscripción el 5 de marzo es arbitraria,
debida al Card. Baronio.
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