Un estudio realizado por el Observatorio Humanitario de Cruz Roja
Argentina aseguró que, luego de dos años de pandemia, los trabajadores de salud
sienten “mayor cansancio, aumento de la intensidad de sus tareas y miedo a
contagiar a sus familiares”.
Este es uno de los resultados de una encuesta nacional realizada del 29
de octubre al 14 de noviembre dentro del programa de esa organización que
también investigó el impacto de la pandemia sobre la niñez, la juventud y las
personas adultas mayores.
Un 78% del personal encuestado destacó su temor de contagiar a personas
allegadas (un 46% señaló que tenía ‘mucho’ miedo, y un 32% dijo que ‘bastante’),
según el trabajo que comprende un total de 1.872 casos en 22 provincias y
abarca al personal de salud de instituciones públicas y privadas, en distintos
cargos, desde personal técnico hasta auxiliares, cuerpo médico, personal de
enfermería y directivos.
Por otro lado, un 80% de las personas encuestadas sostuvo que la
intensidad y el ritmo de trabajo aumentaron entre ‘mucho’ y ‘bastante’,
mientras que un 78% indicó lo mismo respecto de la presión sobre las tareas. En menor proporción se
mencionó un incremento de la cantidad de horas de trabajo (58%) y la reducción
de los tiempos de descanso (56%).
Otro dato que destacó la Cruz Roja es que un 32% manifestó haberse
sentido discriminado en algún momento por ser personal de salud, en tanto que
un 65% de las personas encuestadas comentaron que se sienten entre poco (52%) y
nada (13%) acompañadas por la sociedad.
“El personal de Salud está en la primera línea de la
batalla contra la Covid-19. Como sociedad, es fundamental que conozcamos cuál
es su situación en este momento para ver cómo podemos brindarles apoyo y
trabajar juntos en su recuperación dentro de un plan de salida de la pandemia”,
dijo Diego Tipping, presidente de Cruz Roja Argentina.
En cuanto a los aspectos físicos y emocionales, un 71% declaró que
siente más cansancio que antes de la pandemia, un 53% que experimenta más
ansiedad y un 45%, más tristeza.
Otro dato relevante es que dos de cada 10 personas que trabajan en el
sector tienen algún familiar que falleció por el coronavirus y un 35%, algún
compañero de trabajo que murió por el mismo motivo.
Preguntados sobre cómo consideran su calidad de vida, un 55% señaló que
es buena y un 23%, muy buena, mientras que un 55% afirmó que sigue igual que
antes de la pandemia y un 13%, que mejoró. BP
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