Con la pandemia alejada de los titulares y las medidas
de mitigación relajadas en buena parte del planeta, los líderes reunidos en la
II Cumbre Mundial sobre Covid, celebrada de forma virtual, se han comprometido
a no perder el ímpetu en la lucha contra esta pandemia de coronavirus y a
prepararse para futuras epidemias.
“La pandemia no se ha
acabado” fue el mantra más repetido por los participantes en la segunda cumbre
mundial sobre la Covid-19, que se celebró de manera virtual en un momento en el
que Estados Unidos está a punto de alcanzar el millón de fallecidos por la
enfermedad.
“Tenemos que evitar la autocomplacencia. Esta cumbre es
una oportunidad de mantener el pie en el acelerador para controlar esta
pandemia y prevenir futuras crisis de salud”, dijo el presidente
estadounidense, Joe Biden, en un discurso grabado en video.
El canciller alemán, Olaf Scholz, reconoció por su parte que la guerra
en Ucrania ha desplazado a la pandemia de los titulares y que, “después de más
de dos años, la gente está simplemente cansada de leer sobre la Covid-19”.
Sin embargo, insistió en la necesidad de no bajar la guardia ante una
pandemia que sigue activa y que ha matado a más de 6,2 millones de personas en
todo el mundo, una cifra equivalente a “la población de Singapur o de
Dinamarca”.
Dotación
de nuevos fondos
Igual que ocurrió en su primera edición, que tuvo
lugar en septiembre pasado, esta segunda cumbre virtual impulsada por Estados
Unidos contó con importantes ausencias: Rusia no recibió una invitación y China,
inmersa en un rebrote de la Covid-19 en varias ciudades, no participó.
Las decenas de países que asistieron se comprometieron a invertir en
total más de 3.000 millones de dólares (2.880 millones de euros) para seguir
combatiendo la pandemia y prepararse para otras posibles que puedan llegar en
el futuro, según la Casa Blanca.
De esa suma, 962 millones de dólares (924 millones de euros), incluidos
450 millones de dólares aportados por EE.UU. y otros 450 millones prometidos
por la Unión Europea (UE), se destinarán a un nuevo fondo de seguridad global y
preparación para la pandemia que el Banco Mundial (BM) lanzará a mediados de
este año.
Más allá de su aportación a ese fondo, el Gobierno de Biden acudió a la
cita con poco que prometer en el plano económico, debido a la negativa del
Congreso estadounidense a autorizar nueva ayuda de emergencia para luchar
contra la Covid-19.
Biden lamentó esa situación durante la cumbre y recordó que ha pedido al
Congreso 5.000 millones de dólares para combatir la pandemia a nivel global,
pero que esa propuesta está estancada en el legislativo.
Una fuente oficial estadounidense alertó en declaraciones a la prensa de
que hay países que están rechazando las donaciones de vacunas de EE.UU. porque
no tienen los recursos que necesitan para gestionarlas, como refrigeradores
para almacenarlas, algo que el Congreso podría solucionar.
EE.UU.
comparte patente con la OMS
A falta de nuevos fondos, Estados Unidos acudió a
la cita virtual con un compromiso significativo en el plano de la propiedad
intelectual: el anuncio de que compartirá con la OMS la patente de una
tecnología clave para fabricar vacunas de la Covid-19.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) cederán al Fondo de
Patentes para Medicamentos de la OMS (MPP, en inglés) su licencia de la
proteína S estabilizada, que ha ayudado a fabricar varias vacunas de la Covid-19,
como las de Pfizer y Moderna.
Esas dos farmacéuticas estadounidenses se han negado por ahora a
compartir la tecnología específica que está detrás de sus vacunas, pero la OMS
confía en que el anuncio de Estados Unidos ayude a fabricantes de todo el mundo
a desarrollar nuevas tratamientos e inmunizaciones.
Los
retos pendientes
En la cumbre virtual, copresidida por Belice,
Alemania, Indonesia y Senegal, se abordaron varios de los desafíos de la actual
fase de la pandemia, como el estancamiento de la campaña global de vacunación o
la escasez de terapias contra la Covid-19 en países pobres.
“Debemos acelerar los esfuerzos para vacunar al 70% de
la población global, especialmente aquellos con comorbilidades”, subrayó el
primer ministro de Belice, John Briceño, que junto al presidente de Colombia,
Iván Duque, fue el único líder latinoamericano que dio un discurso virtual en
la cumbre.
Briceño, presidente de turno de Caricom, alertó del descenso en el
número de tests que se están haciendo a nivel global y recordó que
Latinoamérica y el Caribe es la región más afectada del mundo por la pandemia,
y que la cuenca caribeña en particular ha registrado recientemente un aumento
del 15% en los contagios.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció
durante la cumbre que España destinará 200 millones de dólares más (192
millones de euros) a la campaña de vacunación global contra la Covid-19.
Esa inversión le permitirá llegar a donar 100 millones de dosis “si las
condiciones epidemiológicas lo requieren”, lo que supone 30 millones de vacunas
más que las previstas hasta ahora. BP
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