Abad y
obispo, 27 de Noviembre
Elogio: Cerca de Riez, en la Provenza, san
Máximo, abad del monasterio de Lérins, sucesor de san Honorato, el fundador de
ese cenobio y, luego, obispo de la Iglesia de Riez.
País: Francia - †: 460
San Máximo
nació en la Provenza, cerca de Digne. Sus padres, que eran cristianos, lo
educaron en el amor de la virtud, de suerte que a nadie sorprendió que el joven
abrazase la vida religiosa en el monasterio de Lérins. Tomó el hábito de manos
de san Honorato, el fundador. Cuando éste fue elegido obispo de Arles el año
426, Máximo le sucedió como segundo abad de Lérins. San Sidonio dice que el
santo dio nuevo lustre al monasterio con su ejemplo. El don de milagros de san
Máximo, así como su fama de santidad, atraían nutridas muchedumbres al
monasterio. En una época, el santo tuvo que huir y se ocultó en el bosque, a
pesar de que era el período de lluvias, para evitar que el clero y el pueblo de
Fréjus le eligiesen obispo. Sin embargo, poco después, quedó vacante la sede de
Riez, en la Provenza, y san Máximo tuvo que aceptar el nombramiento, no sin
antes hacer el vano intento de escapar en una barca. Los padres del santo eran
originarios de Fréjus, de suerte que los habitantes le consideraban como un
paisano y le acogieron con gran júbilo. San Máximo siguió observando la regla
monástica, en cuanto se lo permitían sus deberes episcopales. Su amor a la
pobreza, su espíritu de penitencia y de oración, su despego del mundo y su
humildad, en todo lo cual se había distinguido en el claustro, se mantuvieron
al nivel de siempre en su nueva misión.
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