Hay un gesto en la Misa que pasa muchas veces desapercibido por los fieles,
me refiero al momento en que, después de recibir y preparar las ofrendas del
pan y el vino, el sacerdote se
lava las manos ¿Qué significado
tiene este gesto? ¿Es por mera higiene?
En una ocasión, tuve la oportunidad de asistir al sacerdote en la
celebración eucarística, en el momento en que le acerqué la jarra y el
manutergio (toalla) para que pudiera lavarse las manos, escuché que dijo en voz
baja mientras mojaba sus dedos: “Lávame
Señor de todos mis delitos y purifícame de todos mis pecados”, desde
allí comprendí que este acto tenía un sentido más allá que un simple momento de
aseo.
De hecho, la Instrucción
General del Misal Romano establece que: “Después de la oración
Humilde y sinceramente arrepentidos, o después de la incensación, el sacerdote,
de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto: Lava del
todo mi delito, Señor, mientras el ministro vierte el agua” (IGMR 145).
Por lo tanto, las palabras que el sacerdote pronuncia, quieren manifestar
el deseo de obtener por parte del Señor una purificación no solamente exterior, sino también interior. Esta
oración está inspirada en las palabras que el Salmo 51 expresa: “Lávame
a fondo de mi culpa y de mi pecado purifícame” (Sal 51, 4).
San Cirilo de Jerusalén en una de sus Catequesis
nos da una explicación concreta del verdadero sentido de este acto: “Habéis visto cómo el diácono alcanzaba el agua, para lavarse las manos, al
sacerdote y a los presbíteros que estaban alrededor del altar. Pero en modo
alguno lo hacía para limpiar la suciedad corporal. Digo que no era ése el
motivo, pues al comienzo tampoco vinimos a la Iglesia porque llevásemos manchas
en el cuerpo. Sin embargo, esta ablución de las manos es símbolo de que debéis
estar limpios de todos los pecados y prevaricaciones. Y al ser las manos
símbolo de la acción, al lavarlas, significamos la pureza de las obras y el
hecho de que estén libres de toda reprensión. ¿No has oído al bienaventurado
David aclarándonos este misterio y diciendo: “Mis manos lavo en la inocencia y
ando en torno a tu altar, Señor” (Sal 26,6)? Por consiguiente, lavarse las
manos es un signo de la inmunidad del pecado” (2, Catequesis Mistagógica V).
Consecuentemente, este gesto no es solamente para beneficio del sacerdote,
sino que también lo hace a nombre
de todos los fieles que participamos de la celebración. En muchos
momentos de la Misa pedimos a Dios su perdón y su purificación para poder así
participar dignamente de los sagrados misterios que vamos a celebrar. Asimismo,
busca ayudarnos a disponernos interiormente con un corazón puro para recibir al
Señor que se nos da en alimento.
De ahora en adelante sería bueno que, cada vez que observemos que el
sacerdote lava sus manos en la Misa, digamos en nuestro interior junto con él:
“Lávame Señor de todos mis delitos y purifícame de todos mis pecados” y nos preparémonos para recibir a Cristo
Eucaristía. DARM
LE VOY A COMPARTIR UNA ANÉCDOTA DE MI VIDA SABE QUE YO ESTOY CASA POR CIVIL Y POR LA SANTA MADRE IGLESIA PERO DESGRACIADAMENTE NO HICIMOS VIDA MI ESPOSO Y YO Y EN ESTOS PRECISOS MOMENTOS ESTAMOS YA SEPARADOS TUVIMOS MUCHOS PROBLEMAS Y NUNCA TUVIMOS UNA BONITA COMUNICACION .
ResponderBorrarDE ESTO YA VA HACER COMO 25 AÑOS SEPARADOS PERO EN ESTOS MOMENTOS YA TENGO COMO 14 AÑOS COMPARTIENDO MI VIDA CON UN BUEN HOMBRE HONESTO HUMILDE Y MUY CARIÑOSO QUE ME ESCUCHA Y YO A EL Y NOS QUEREMOS Y AMAMOS TANTO QUE ME SIENTO TAN ORGULLOSA Y TAN BENDECIDA POR HABER ENCOTRADO A MI ACTUAL PAREJA .
ResponderBorrarDÍGAME USTED QUE YO ESTOY COMETIENDO UN GRAN PECADO PORQUE MI ESPOSO NO ME QUIZO DAR EL DIVORCIO .
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