jueves, 24 de noviembre de 2022

Micro hábitos…

La vida nos exige estar capacitados para hacer frente a las distintas situaciones que se nos presentan. En realidad, estamos constantemente aprendiendo y capacitándonos para resolver, lo mejor posible, cada uno de los retos de la vida. Hay unas pocas decisiones que son para toda la vida, pero hay muchas pequeñas decisiones que afectan concretamente a la calidad de vida cotidiana. 
En definitiva, estamos constantemente decidiendo y para eso necesitamos entrenamiento. Podemos hacer cosas difíciles, pero no improvisando, sino con entrenamiento. 
Esos pequeños hábitos que vamos adquiriendo, de forma más o menos consciente, nos entrenan para las decisiones y actuaciones difíciles y nos permiten alcanzar grandes retos.  
Subir hasta una cumbre de 3.000 m. de altura nos parece imposible, pero si es asequible subir 100 m. diarios. Eso mismo se puede aplicar a los distintos retos de la vida. 
Ya tenemos muchos micro hábitos adquiridos que nos facilitan la vida: dejar los objetos en un lugar determinado para encontrarlos rápidamente, ponernos el cinturón nada más arrancar el coche, dar las gracias por pequeños servicios recibidos, etc. 
De la misma forma, podemos proponernos adquirir nuevos hábitos para mejorar nuestra calidad de vida. 
El truco de los diez minutos 
Hay metas que nos parecen inalcanzables, pero que podemos conseguir con un pequeño  esfuerzo de diez minutos diarios. Cuando practicamos algo costoso, dedicando solamente 10 minutos no lo aborrecemos. 
Por ejemplo, es más asequible hacer 10 min. diarios de gimnasia en tu casa que ir varias horas a la semana a un gimnasio que te aburre, te cuesta dinero y te mete en transporte y atascos. 
Por ejemplo, micro hábitos de diez minutos diarios que pueden cambiar muchas cosas: leer un libro 10 min. diarios, hacer ejercicio físico diez minutos diarios, aprender un idioma 10 min. diarios, ordenar los papeles o los archivos de la computadora otros 10 min. En otro orden de cosas, hablar con Dios, en un lugar tranquilo, 10 min. diarios. Y, al revés, no dedicar a las redes sociales más de 10 min. diarios. Antes de empezar a trabajar cada día, dedicar 10 min. a organizar el día. Al terminar la semana laboral, el viernes o sábado, dedicar 10 min. a prever los objetivos importantes de la semana próxima: tranquiliza mucho terminar y comenzar la semana con las ideas claras. Etc, etc…. 
Nota: no basta con decidir esos 10 min.: hay que especificar la hora concreta del día en que lo vas a hacer. 
¿Y si nos proponemos adquirir otros nuevos micro hábitos?: 
Entrar sonriente a la casa al regresar del trabajo.

Dejar tranquilo a quien acaba de llegar a casa desde el trabajo.

Cuando entres en la Iglesia, lo primero saludar a Jesucristo en el Sagrario: Él es el  verdaderamente importante de ese lugar.

Entrar sonriente al trabajo y saludar cordialmente al llegar, después de haber soportado una hora de atascos.

Ceder el paso a coches y peatones un par de veces al día.

Al comenzar el día, ponte en manos de tu Padre Dios y ofrécele tus actividades de ese día.

Escuchar con interés a tu esposo, esposa, hijos, cuando te cuentan algo importante para ellos, aunque para ti sea intrascendente.

Otro gran truco, el examen diario. Muy sencillo, al final del día, antes de dormir, hazte tres preguntas: ¿qué hice bien?, ¿qué hice mail?, ¿qué podría haber hecho mejor?  En pocos minutos tendrás tus respuestas y eso sí que mejorará definitivamente tu vida.

Cada uno de los lectores podría añadir aquí su lista personal de experiencias y sería muy enriquecedor. Aquí solamente hay un botón de muestra.

Nota: lo que llamamos micro hábitos, porque parece más vendedor, la ascética cristiana lo llama virtudes. 

Nota final: el complemento de este escrito serían los micro hábitos negativos que perjudican nuestra vida. JO

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