La diabetes es una de las
enfermedades más comunes en el mundo moderno y una de las principales causas de
muerte. Hay muchos tipos, pero todos comparten un síntoma: un nivel
inusualmente alto de azúcar en la sangre. Todos los tipos pueden ser muy
manejables. La diabetes tiene varios síntomas. Algunos son bien conocidos, como
la micción frecuente y la sed insaciable, pero también hay varias formas en que
esta enfermedad puede afectar a los pies. Tanto si eres consciente de que se te
ha diagnosticado diabetes como si experimentas síntomas frecuentes en los pies,
a continuación se exponen varios síntomas de los pies relacionados con la
diabetes que le conviene conocer.
Síntomas de los pies
relacionados con la diabetes
Neuropatía diabética: Contar con
niveles ocasionalmente altos de azúcar en la sangre después de una merienda
especialmente dulce está bien, pero cuando tus niveles de azúcar en la sangre
son crónicamente altos, corres el riesgo de sufrir daños en los nervios. Esto
se denomina neuropatía diabética, una afección en la que los nervios de las
piernas y los pies están dañados, lo que te impide sentir el calor, el frío o
el dolor. Aunque al principio esto pueda parecer un sueño, si no sientes un
corte o una llaga en la pierna, ésta puede infectarse. Con el tiempo, los
músculos se dañarán, causando deformidades en los pies.
Enfermedad vascular
periférica: Con la diabetes, el flujo sanguíneo no suele ser óptimo. Esto significa
que todos los tejidos y células del cuerpo no reciben suficiente alimento. Las llagas,
los cortes y las heridas tardan mucho más tiempo de lo normal en curarse, lo
que abre la posibilidad de que se produzcan infecciones, úlceras o gangrena, es
decir, la muerte de un tejido por falta de sangre y oxígeno.
Úlceras del pie diabético: Las úlceras
en los pies son un signo de diabetes no tratada o no diagnosticada. Son heridas
profundas que provocan hinchazón, irritación, enrojecimiento e incluso olores
extraños. También puede haber tejidos negros y gangrena parcial o completa. Por
otro lado, una úlcera en el pie puede no mostrar ningún síntoma si no está
infectada. Consulta a tu médico si observas alguna decoloración inusual de la
piel. Los casos graves no tratados pueden conducir a la amputación.
Síntomas generales en los pies
Las tres afecciones comentadas
anteriormente son puramente causadas por la diabetes. Los siguientes problemas
relacionados con la alimentación pueden afectar a todo el mundo y a cualquier
persona, pero hay que prestar especial atención si se conocen los antecedentes
de la diabetes, ya que pueden complicarse y empeorar radicalmente con rapidez.
Como norma general, se recomienda que todo paciente diabético se examine los
pies a diario.
Infecciones por hongos: Los hongos
pueden afectar a las uñas o a la piel. Una uña con hongos cambiará de color y
textura. Suele tratarse con una pomada tópica, un tratamiento que suele durar
hasta un año. Una infección de la piel por hongos en el pie se conoce
comúnmente como ‘pie de atleta’. Puede provocar picor, enrojecimiento y agrietamiento
de la piel, y es muy contagiosa. Si has sufrido una infección por hongos en los
pies recientemente, considera la posibilidad de hacerte algunas pruebas para
evaluar sus niveles de azúcar en sangre.
Juanetes y dedos de martillo: El juanete
es una afección en la que el dedo gordo del pie comienza a doblarse hacia el
interior del segundo dedo. Puede estar causado por el uso de zapatos mal
ajustados, la artritis reumatoide, la edad avanzada o la genética. Como
tratamiento, el médico puede recomendarte el uso de una férula por la noche
para mantener la cola recta. Puedes tratar el dolor en casa con una bolsa de
hielo y usar zapatos acolchados. La mejor manera de prevenir un juanete es
mantenerse activo. Los dedos en martillo, por su parte, están causados por el
debilitamiento de los músculos. Esto puede estar directamente relacionado con
una mala circulación sanguínea debida a la diabetes.
Callos y durezas: Las
callosidades y los callos suelen estar causados por la fricción. Se trata de
una acumulación de piel endurecida en distintas zonas del pie: los callos se
forman en las articulaciones de los dedos, mientras que las callosidades son
más propensas a aparecer en la planta del pie. Ambas cosas suelen estar
causadas por una distribución desigual del peso o por un calzado mal ajustado.
Pueden eliminarse tras sumergir los pies en agua caliente y frotar suavemente
la piel muerta. Sin embargo, pueden ser un signo de deformidades del pie
causadas por la diabetes. Los daños nerviosos causados por la diabetes pueden
conducir a un debilitamiento de los músculos que acabará provocando llagas,
ampollas, rojeces, callos y callosidades e incluso juanetes y dedos en
martillo. Consulta a tu médico si experimentas con frecuencia callos y
callosidades acompañados de sensaciones de hormigueo o entumecimiento. SF
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