Levantarse
antes o después. Atender a tiempo ese dolor de garganta o dejarlo para más
adelante. Limpiar el suelo o dedicarse a ver ‘noticias’ en Internet.
Cada elección
empieza algo nuevo en la historia humana. En la mayoría de las ocasiones,
parecerá algo insignificante. En otras, se ven con claridad las importantes
consecuencias de ciertas elecciones.
Luego, empiezan
a cruzarse hechos y personas según lo que cada uno había elegido anteriormente.
Los resultados, en ocasiones, son sorprendentes.
Aquella persona
que madrugó tuvo un encuentro decisivo para su vida que le llevó a fundar una
familia. En esa familia nacería luego un médico que salvaría muchas vidas. Una
de esas vidas salvadas llegaría a ser presidente.
Desde lo pequeño
y desde lo grande, las decisiones preparan encuentros, solucionan problemas,
empiezan crisis, alivian a enfermos, desencadenan incendios.
Mientras, cada
uno sigue su camino, sin sospechar lo que las decisiones de hoy van a producir
en la propia vida y en la vida de otros, cercanos o lejanos.
La historia
real, la que no cabe en los libros, está compuesta de hechos surgidos desde las
incontables decisiones de los humanos. Luego habrá quienes busquen comprender
los hechos, pero sin llegar nunca a descifrar qué decisiones concretas llevaron
a esa derrota de un ejército o a ese enriquecimiento de todo un país.
En los cruces
de la historia, unas personas se saludan, otras se despiden, otras empiezan una
carrera y otras ingresan en un hospital porque acaba de dar inicio una
enfermedad que se alargará varios meses.
Al final de
tantas decisiones y tantos resultados, sabemos que hay un Padre que nos espera,
que acoge a quienes han buscado amar y se han dejado perdonar, y que consigue
comprender, porque es Dios y todo lo puede, el sentido profundo de todo lo
surgido desde esa misteriosa red de hombres y mujeres libres y responsables que
toman, cada día, nuevas decisiones... FP
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