viernes, 17 de noviembre de 2023

Señales de insuficiencia cardiaca, afección más mortal que muchos cánceres…

La insuficiencia cardiaca es una de las enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte de España (y del mundo). En nuestro país, afecta a casi el 2% de la población. Pero este porcentaje puede sobrepasar el 10% de los pacientes mayores de 70 años e incluso el 18% de los pacientes mayores de 80, así que es una enfermedad muy frecuente. Y puede manifestarse a cualquier edad.
Según enfatiza Alejandro Recio, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, la insuficiencia cardiaca es una gran desconocida para la población en general, “aunque tiene una mortalidad superior a la de la mayoría de los cánceres. Es una causa de mortalidad y de ingresos hospitalarios muy frecuente”.
Este especialista explica que “con la mejora de los tratamientos del infarto agudo de miocardio y otras patologías cardíacas se consigue salvar muchas vidas, pero el corazón de estos pacientes queda deteriorado y, a largo plazo, terminará provocando insuficiencia cardíaca. Por eso, y por su relación con el envejecimiento de la población, cada vez hay más personas con insuficiencia cardiaca. Es la causa número uno de hospitalizaciones en mayores de 65 años”. 
¿Cómo afecta la insuficiencia cardiaca?
Lo que sucede cuando alguien padece insuficiencia cardiaca es que el músculo cardíaco no es capaz de bombear la sangre de la forma que debiera, y esto afecta a la forma en la que los nutrientes y el oxígeno llegan al resto del cuerpo en función de las necesidades del organismo. Por ejemplo, si la persona hace ejercicio, el corazón no es capaz de bombear la sangre con la fuerza suficiente para realizar la actividad sin notar falta de aire o cansancio. “Cuando la sangre no es capaz de bombearse de manera adecuada, lo que ocurre con mucha frecuencia es que la sangre se va quedando remansada y el líquido se va acumulando, tanto en los pulmones como en el resto del cuerpo”, explica Recio. Y esto va a provocar, añade este especialista, la falta de aire, lo que se conoce en términos médicos como disnea, y la hinchazón típica que se ven en las piernas, y esto es lo que provoca la sintomatología de la insuficiencia cardiaca.
Signos de alarma que pueden hacer sospechar
Los factores que más influyen en la aparición de la insuficiencia cardiaca son los que se conocen como factores de riesgo cardiovascular. Y son principalmente: la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Pero existen una serie de signos o síntomas que pueden indicar que se padece este síndrome, enumera el cardiólogo:
·        Aumento de la disnea o sensación de falta de aire ante actividades cotidianas que antes no nos lo provocaban.
·        Notar que el corazón se acelera y tener la sensación de palpitaciones frecuentes.
·        Incremento rápido de peso (por ejemplo, pesar un lunes 50 kg y el miércoles 54 kg).
·        Hinchazón de piernas, tobillos, pies (sobre todo al final del día).
·        Tos nocturna y despertarse por la noche con mucha intranquilidad y necesidad de incorporarnos para respirar mejor o necesidad de abrir las ventanas.
 “Si bien no es necesario que todos estos síntomas se den juntos, el principal signo que nos debe hacer pensar es la aparición de falta de aire con actividades que antes no nos la provocaban”, precisa Recio, quien resalta la importancia de estar atentos a estas señales, porque “cuanto antes se trata, mejor pronóstico hay”.  El doctor subraya que, además, otras afectaciones sistémicas pueden provocar un trastorno en lo que sería la circulación global que puede llevar a tener la misma sintomatología de insuficiencia cardíaca. Por ejemplo, cuando tenemos una anemia severa, pues te puede llegar a provocar insuficiencia cardíaca. O también las alteraciones de la tiroides.
Pruebas para descartar insuficiencia cardiaca: en el médico de familia 
El doctor indica que existen varias pruebas muy simples para descartar este síndrome, que las puede hacer cualquier médico de familia, como un ECG, una Rx de tórax, una analítica para ver el perfil de función del riñón y de la tiroides y algo fundamental ‘que ya lo deberían tener todos los médicos de cabecera’: un análisis de péptidos natriuréticos, en concreto la NT-proBNP, una molécula específica de la insuficiencia cardiaca.
“Si la NT-proBNP es normal, podemos quedarnos tranquilos de no tener insuficiencia cardíaca. Pero si está alterada, nos pone en la pista de que tenemos. Es el marcador definitivo para poder hacer el diagnóstico y, sin embargo, no lo tienen todavía todos los médicos de familia, aunque está en el programa marco de todas las comunidades autónomas. El paciente debe exigir que, si tiene la sospecha, esa prueba debería de realizarse”, lamenta Recio. Si este análisis confirma la insuficiencia cardiaca, luego el cardiólogo realiza una ecocardiografía para establecer de qué tipo se trata.
Tratamientos (revolucionarios) de la insuficiencia cardiaca
Los tratamientos de la insuficiencia cardiaca han progresado mucho en los últimos años, comenta el responsable de la SEC de este síndrome: “Ha habido una gran revolución porque se han introducido nuevas moléculas que logran disminuir de manera marcada la mortalidad por insuficiencia cardiaca”, resalta el cardiólogo.
Para mejorar la calidad de vida también hay fármacos. Se llama el tratamiento fundacional de la insuficiencia cardíaca. Recio se refiere a tomar 4 fármacos, que son los que en concreto han disminuido la mortalidad: beta bloqueantes, sacubitril/valsartán, ARM (antagonista de la aldosterona) e inhibidores del SGLT2. “Estos fármacos pueden hacer que el paciente incluso no necesite tomar diuréticos, que es lo que hasta ahora todos los pacientes recibían y que sirven para orinar, pero no cura la enfermedad. Hay que aspirar a que todos los pacientes tengan el tratamiento que sí mejora la enfermedad. Porque por desgracia no está todo lo extendido que debiera, principalmente porque ni la sociedad ni mucha parte del cuerpo médico tiene la conciencia de que la insuficiencia cardíaca es una enfermedad tan grave”, afirma Recio.
¿Se puede confundir con otras enfermedades?
Recio advierte de que muy frecuentemente los síntomas de insuficiencia cardiaca se parecen a los de otras enfermedades: “Muchos pacientes acuden porque notan falta de aire, tos nocturna, sibilancias nocturnas, pitos nocturnos, que se confunden con muchísima frecuencia con crisis de asma y crisis de broncospasmos, que se tratan habitualmente con aerosoles”. Parece que sufren de bronquitis, pero con antibióticos no mejoran. Por eso resulta fundamental hacer una analítica con el marcador NT-proBNP, pues te dice rápidamente si se padece o no insuficiencia cardiaca, recalca el doctor.
Pautas para prevenir la insuficiencia cardiaca
Para el cardiólogo primero es controlar los factores de riesgo que llevan a la insuficiencia cardíaca, es decir, tomarse la tensión de vez en cuando para comprobar si está alta, hacerse un análisis una vez al año para descartar diabetes y enfermedad renal. También estas otras pautas: 
·        Practicar ejercicio a diario. O al menos tres veces por semana (45 minutos).
·        No fumar.
·        Reducir el peso.
·        Buena alimentación basada en frutas y verduras.

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