La antífona de la misa de hoy dice: “Alabemos a
Joaquín y Ana por su hija; en ella les dio el Señor la bendición de todos los
pueblos”.
La madre de nuestra Señora, la Virgen María, nació
en Belén. El culto de sus padres le está muy unido. El nombre Ana significa
‘gracia, amor, plegaria’. La Sagrada Escritura nada nos dice de la santa. Todo
lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de
Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un
propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre
significa ‘el hombre a quien Dios levanta’, y, según san Epifanio, ‘preparación
del Señor’. Descendía de la familia real de David.
Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían
sus rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia,
otra al templo y la tercera a los más necesitados.
Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan
ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso
y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el
saludo. En el templo, Joaquín oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar
en la casa de Dios.
Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para
obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad Ana intensificó sus
ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana
de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes: habiendo
orado tanto al Señor, fue escuchada, y así llegó su hijo Samuel, quien más
tarde sería un gran profeta.
Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su
constante oración con el advenimiento de una hija singular, María. Esta niña,
que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre
de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado.
Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos
fueron honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad,
donde se levantaron templos bajo su advocación.
Aunque el culto de la madre de la santísima Virgen
María se había difundido en Occidente, especialmente desde el siglo XII, su
fiesta comenzó a celebrarse en el siglo siguiente. AdeM
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