Comprender
las distinciones entre el síndrome del intestino irritable (SII) y la
enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es crucial, ya que estas afecciones,
si bien comparten síntomas similares, tienen naturalezas, implicaciones y
enfoques de tratamiento fundamentalmente diferentes.
¿Qué
define la EII y el SII?
La
enfermedad inflamatoria intestinal (EII)
abarca afecciones caracterizadas por inflamación crónica del tracto digestivo,
en particular la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Estas
afecciones son de naturaleza autoinmune, lo que significa que el sistema
inmunológico del cuerpo ataca por error a sus propios tejidos y provoca
inflamación. No existe cura para la EII, pero el tratamiento puede controlar
los síntomas y la inflamación.
El
síndrome del intestino irritable (SII),
por otro lado, es un trastorno funcional que afecta el tracto gastrointestinal,
caracterizado por síntomas como dolor abdominal, hinchazón y alteración de los
hábitos intestinales sin inflamación visible subyacente. El SII se controla
principalmente mediante ajustes en el estilo de vida y alivio de los síntomas,
ya que sus causas exactas no se comprenden completamente, pero se cree que
involucran factores como sensibilidad a los alimentos, estrés y desequilibrios
de la flora intestinal.
¿Qué
síntomas se comparten y qué síntomas son únicos de cada trastorno?
Síntomas
similares
Tanto
el SII como la EII comparten una variedad de síntomas gastrointestinales, lo
que a menudo conduce a una confusión inicial en el diagnóstico. Éstas incluyen:
·
Dolor abdominal y
calambres: ambas afecciones pueden causar malestar y
dolor significativos en el abdomen, aunque la naturaleza y los desencadenantes
del dolor pueden diferir.
·
Hinchazón y gases: las personas con cualquiera de estas afecciones pueden
experimentar hinchazón y gases incómodos.
·
Diarrea: las deposiciones frecuentes, a veces urgentes, son comunes tanto
en el SII como en la EII.
·
Estreñimiento: particularmente en el síndrome del intestino irritable y en
algunos casos de EII, el estreñimiento puede ser un síntoma predominante y
provocar malestar e hinchazón importantes.
Síntomas
exclusivos del SII
Los
síntomas del SII están relacionados principalmente con los aspectos funcionales
del sistema gastrointestinal, sin signos visibles de inflamación o enfermedad
en los exámenes médicos. Los síntomas únicos incluyen:
·
Diarrea y
estreñimiento alternos: el SII se destaca
por su variabilidad, y algunos pacientes experimentan episodios alternos de
diarrea y estreñimiento (SII mixto).
·
Moco en las heces: si bien no es exclusivo del SII, la presencia de moco en las heces
se asocia más comúnmente con él.
·
Sensación de
evacuación incompleta: muchas personas
con SII informan que sienten que no han vaciado completamente sus intestinos después
de un movimiento.
·
Agudizaciones de
síntomas provocadas por la ingesta de alimentos o el estrés: los síntomas del SII a menudo empeoran con ciertos alimentos o
estrés, sin la presencia de inflamación sistémica.
Síntomas
exclusivos de la EII
Los
síntomas de la EII pueden superponerse a los del SII, pero incluyen una
variedad de síntomas sistémicos más graves debido a la inflamación subyacente y
al posible daño a la pared intestinal. Éstos incluyen:
·
Sangrado rectal y
heces con sangre: un indicador clave de EII, que no suele
observarse en el SII.
·
Pérdida de peso: puede ocurrir una pérdida de peso involuntaria en la EII debido a
la mala absorción de nutrientes.
·
Fiebre y fatiga: los síntomas sistémicos como fiebre y fatiga significativa son más
comunes en la EII, lo que refleja su naturaleza inflamatoria.
·
Inflamación de los
ojos, erupciones cutáneas y dolor en las articulaciones: la EII puede afectar otras partes del cuerpo y provocar síntomas
fuera del tracto gastrointestinal.
·
Deficiencias
nutricionales: debido a la malabsorción, las personas con
EII pueden experimentar deficiencias de vitaminas y minerales.
·
Inflamación interna
grave: visible mediante diagnóstico por imágenes y
endoscopia, lo que indica daño al revestimiento intestinal.
·
Cicatrización y
estenosis intestinales: con el tiempo, la
EII puede provocar cicatrices y estrechamiento de los intestinos, lo que podría
provocar obstrucciones.
Diagnóstico
y tratamiento
El
diagnóstico de estas afecciones implica diferentes enfoques. El
diagnóstico de EII se basa en evidencia objetiva de inflamación a través de
pruebas como colonoscopias e imágenes, mientras que el diagnóstico de SII suele
ser de exclusión, respaldado por criterios basados en síntomas (criterios Roma
IV): dolor abdominal recurrente en promedio al menos 1 día a la semana en los
últimos 3 días meses, asociado con dos o más de los siguientes criterios:*
1.
Relacionado
con la defecación.
2.
Asociado
con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
3.
Asociado
con un cambio en la forma (apariencia) de las heces.
*Criterios
cumplidos durante los últimos 3 meses con inicio de síntomas al menos 6 meses
antes del diagnóstico.
Las
estrategias de tratamiento divergen significativamente. Los tratamientos para
la EII tienen como objetivo reducir la inflamación mediante medicamentos como
corticosteroides e inmunomoduladores y, en algunos casos, cirugía. El control
del SII se centra en el alivio de los síntomas mediante cambios en la dieta,
ajustes en el estilo de vida y, a veces, medicamentos para aliviar el dolor o
regular las deposiciones.
Comprender
el papel del estrés
Ambas
condiciones están influenciadas por el estrés, que puede exacerbar los
síntomas. Sin embargo, el manejo del estrés en cada condición adquiere
connotaciones diferentes debido a sus causas subyacentes. Para el SII, el
manejo del estrés puede ser un componente central de las estrategias de manejo
de los síntomas. Por el contrario, si bien la reducción del estrés es
beneficiosa para las personas con EII, el tratamiento se centra principalmente
en controlar los procesos inflamatorios.
Diagnóstico
Diagnóstico
del SII:
·
Enfoque basado en
criterios: el diagnóstico del SII sigue principalmente
los criterios de Roma IV, enfatizando los patrones de síntomas: dolor abdominal
durante al menos 1 día por semana en los últimos 3 meses, con síntomas que
comenzaron al menos 6 meses antes y asociado con dos o más de los siguientes:
relacionados con la defecación, asociados con un cambio en la frecuencia de las
deposiciones y/o asociados con un cambio en la forma (apariencia) de las heces.
·
Exclusión de otras
condiciones: No existen pruebas específicas para el SII.
En cambio, los esfuerzos de diagnóstico se centran en descartar otras
afecciones. Las pruebas pueden incluir análisis de sangre para excluir la
enfermedad celíaca, pruebas de intolerancia a la lactosa y análisis de heces
para descartar infecciones o marcadores inflamatorios indicativos de EII.
·
Reconocimiento de
trastornos funcionales: el SII se
identifica como un trastorno funcional, lo que significa que los síntomas no
tienen una causa patológica visible. Este reconocimiento es crucial para guiar
el enfoque del tratamiento, centrándose en el manejo de los síntomas y la
mejora de la calidad de vida.
Diagnóstico
de EII:
·
Marcadores
inflamatorios: los análisis de sangre se utilizan para
buscar marcadores de inflamación, anemia (a menudo causada por sangrado en los
intestinos) o signos de infección.
·
Procedimientos
endoscópicos: la colonoscopia y la gastroscopia permiten la
visualización directa del revestimiento intestinal y la capacidad de tomar
biopsias, esenciales para diagnosticar la EII y distinguir entre colitis
ulcerosa y enfermedad de Crohn.
·
Pruebas de imagen: se utilizan tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y
rayos X (a veces con contraste de bario) para observar el tracto
gastrointestinal, detectar complicaciones de la EII, como estenosis, fístulas y
abscesos, y evaluar el grado de inflamación.
Tratamiento
Tratamiento
del SII:
·
Modificaciones en
el estilo de vida y la dieta: esto
incluye ajustes en la dieta para controlar los síntomas, como la dieta baja en
FODMAP, que reduce la ingesta de ciertos carbohidratos que pueden desencadenar
síntomas.
·
Medicamentos: según el tipo de SII (con predominio de estreñimiento, diarrea
predominante o mixto), los medicamentos pueden incluir suplementos de fibra,
laxantes, agentes antidiarreicos, antiespasmódicos y ISRS para el dolor y la
depresión.
·
Terapias psicológicas: dado el importante papel del estrés y los factores psicológicos en
el SII, los tratamientos pueden incluir terapia cognitivo-conductual (TCC),
hipnoterapia y asesoramiento.
Tratamiento
de la EII:
·
Medicación: el objetivo es reducir la inflamación, controlar los síntomas e
inducir y mantener la remisión. Los medicamentos incluyen aminosalicilatos,
corticosteroides, inmunomoduladores y terapias biológicas dirigidas a vías
específicas de la respuesta inmune.
·
Apoyo nutricional: los cambios en la dieta pueden ayudar a controlar los síntomas y
prevenir la desnutrición. En casos graves, especialmente en la enfermedad de
Crohn, pueden ser necesarios suplementos nutricionales o nutrición enteral.
·
Cirugía: para la enfermedad de Crohn, es posible que se necesite cirugía
para extirpar secciones dañadas del tracto gastrointestinal, abordar
complicaciones como fístulas o aliviar los síntomas cuando no responden a los
medicamentos. En la colitis ulcerosa, la cirugía podría implicar la extirpación
de todo el colon y el recto (proctocolectomía) como posible cura. JQR
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